Dimite el primer ministro de Nepal tras las protestas que han causado 19 muertos y 400 heridos
Las “manifestaciones de la generación Z” logran levantar el bloqueo a las principales redes sociales, como Facebook, decretado por del Gobierno


El primer ministro de Nepal, Khagda Prasad Sharma Oli, ha dimitido este martes tras las protestas que han sacudido el país. Su decisión llega después de que el Gobierno anunciara horas antes que da marcha atrás al bloqueo de las principales redes sociales, una medida que había suscitado una enorme ola de rechazo popular en los últimos días, y derivado en duras protestas contra el Gobierno y la corrupción, que causaron el lunes al menos 19 muertos y unos 400 heridos, según medios locales.
El bloqueo ha canalizado una corriente de descontento que ha ido más allá de la mera prohibición y se ha extendido por todo el país. Los manifestantes, principalmente jóvenes pertenecientes a la llamada generación Z (nacidos entre finales de los noventa y principios de la década de los 2010), tomaron el lunes las calles de la capital nepalí, Katmandú, donde llegaron a irrumpir en el complejo parlamentario, después de que el Gobierno prohibiera la semana pasada el acceso a algunas de las principales plataformas, como Whatsapp, Facebook, X, Instagram y Youtube.
“Hemos retirado el cierre de las redes sociales. Ahora funcionan”, ha asegurado este martes Prithvi Subba Gurung, ministro de Comunicaciones y Tecnología de la Información, además de portavoz del Gobierno, según recoge Reuters, a pesar de que el lunes, a última hora, el primer ministro se había negado a dar marcha atrás.
El Ejecutivo de este país del Himalaya, donde viven 29 millones de personas, decretó el jueves el fundido a negro de aquellas redes sociales que no se hubieran inscrito en un registro obligatorio creado como parte de una campaña para luchar contra el uso indebido de las redes sociales y combatir la creación de cuentas falsas para difundir mensajes de odio, noticias falsas y publicaciones fraudulentas. Miembros de la oposición alertaron de una posible reacción explosiva en las calles.
Las protestas han sido convocadas y lideradas por jóvenes, que han salido a las calles en muchos casos vestidos con uniformes escolares y portando libros, además de carteles con eslóganes que denunciaban la medida, y también al Gobierno. “Dad marcha atrás a la prohibición; devolvednos nuestra voz”; “Di no a la corrupción, di sí a la integridad”; “Nuestro futuro no está en venta”, se podía leer entre los mensajes de los convocados el lunes, según imágenes publicadas por The Kathmandu Post.
Las protestas, que se extendieron por ciudades de todo el país, derivaron en choques violentos con las fuerzas de seguridad. Las autoridades han llegado a desplegar al ejército y se han impuesto toques de queda en diferentes distritos, mientras los ciudadanos han denunciado el uso de gas lacrimógeno, balas de goma e incluso disparos de armas de fuego por parte de la policía.
En Katmandú se vivieron el lunes momentos tensos cuando los manifestantes rompieron una barricada y se adentraron en el complejo parlamentario. La multitud empezó a lanzar objetos contra las columnas de policías antidisturbios que protegían el edificio legislativo, y prendió fuego a una ambulancia que se encontraba en la zona, según el relato de un funcionario citado por Reuters.
Organismos internacionales se han mostrado consternados ante la violencia empleada por las autoridades. “Hemos recibido varias denuncias muy preocupantes sobre el uso innecesario o desproporcionado de la fuerza por parte de las fuerzas de seguridad”, ha declarado Ravina Shamdasani, portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos. “Instamos a las autoridades a que respeten y garanticen los derechos de reunión pacífica y libertad de expresión”.
El primer ministro nepalí, uno de los principales destinatarios de la furia ciudadana, había responsabilizado a supuestos “infiltrados” del desenlace de las protestas. “Debido a la infiltración y a nuestros intentos de proteger algunas instituciones constitucionales del incendio y el vandalismo, hoy se ha producido un incidente muy desafortunado”, había asegurado Oli en un comunicado emitido el lunes a última hora. También había dicho que el Gobierno pagará una indemnización a las familias de los fallecidos y proporcionará tratamiento gratuito a los heridos. Los altercados han provocado también la dimisión del ministro del Interior, Ramesh Lekhak.
Los organizadores de las protestas, que fueron quienes las bautizaron como las “manifestaciones de la generación Z”, aseguran que son el reflejo de la frustración generalizada de los jóvenes por lo que perciben como una falta de acción del Gobierno para combatir la corrupción y potenciar las oportunidades económicas.
Las protestas del lunes tuvieron un primer chispazo en un movimiento digital que llevaba semanas cobrando impulso: la campaña “Nepo Kid” (derivada de las palabras nepotismo y niño en inglés), dirigida contra los hijos de políticos y figuras influyentes del país acusados de vivir de la corrupción, que había ganado popularidad en redes sociales. “Los Nepo Kids presumen de su estilo de vida en Instagram y TikTok, pero nunca explican de dónde viene el dinero”, denunciaba un usuario en TikTok.
Los manifestantes de la Generación Z reclamaban, además del fin del apagón de las redes sociales, otras medidas como la dimisión del primer ministro y la creación de un organismo de control independiente, similar a un defensor del pueblo, para que los funcionarios rindan cuentas por la corrupción, el abuso de poder y la injusticia, según The Kathmandu Post.
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