Ir al contenido
_
_
_
_

La UE acelera las concesiones a Trump para hacer efectivo el arancel del 15% en sus coches

El pacto mantiene el gravamen de los automóviles del 27,5% hasta que Bruselas abra su mercado en sectores estratégicos. No beneficia por ahora al vino y espirituosos

El comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, durante la rueda de prensa de este jueves.

El acuerdo comercial para evitar una guerra arancelaria transatlántica está por fin fijado negro sobre blanco. Pero sigue habiendo grises que demuestran la desconfianza mutua, incluso casi un mes después del acuerdo político cerrado en Escocia entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. La muestra más significativa es la cláusula sobre los coches, un sector crucial para Europa y que obliga a Bruselas a acelerar todo el proceso para demostrar su compromiso con el acuerdo impuesto por Washington.

La declaración conjunta ahora firmada dice que se acabará aplicando a los automóviles el tope de 15% acordado para la mayoría de productos europeos vendidos al otro lado del Atlántico, incluidos productos farmacéuticos, semiconductores y madera. Pero los coches y sus piezas solo se beneficiarán cuando la UE demuestre, con hechos, que va a cumplir con lo prometido.

Washington condiciona la rebaja a que Europa introduzca formalmente legislación para eliminar sus gravámenes sobre todos los productos industriales —incluidos los vehículos estadounidenses— y conceda acceso preferencial a una gama de productos agrícolas, entre ellos el cerdo, el bisonte, los lácteos y tipos de marisco. Mientras tanto, se mantendrá el actual arancel del 27,5%, con el “compromiso de aplicar el 15% del tope a coches y piezas de automóviles” desde el primer día que la UE “presente formalmente el proceso legislativo necesario” para implementar el acuerdo arancelario.

Según un alto cargo de la Casa Blanca que habló bajo la condición del anonimato, el arancel del 27,5% a los vehículos europeos se mantiene por ahora para asegurarse de que la UE “acomete su parte”. “En cuanto puedan introducir esa legislación (...), introducirla de verdad, podremos aportar esa rebaja. Ambas partes están muy interesadas en moverse rápido”, ha apuntado el alto cargo.

Desde Bruselas, el comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, ha asegurado que la “intención firme” de Bruselas es lanzar ese proceso “este mismo mes”. Si se cumplen las fechas, ha dicho en rueda de prensa, cuenta con la palabra del secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, de que entonces los nuevos aranceles “se aplicarán de forma retroactiva desde el 1 de agosto”.

La condicionalidad en el apartado sobre los vehículos “es solo un ejemplo de la ambigüedad del acuerdo, que deja espacio tanto para la interpretación como para una posible escalada”, advierte en un análisis la institución financiera ING.

Menos suerte aún han tenido sectores como el vino o los espirituosos, que no han logrado aranceles preferentes por debajo del 15%, como pretendían. “Por ahora”, ha subrayado Sefcovic. “No hemos logrado meterlos todavía”, ha reconocido. Pero ha agregado: “Los colegas estadounidenses saben que esto es algo muy importante para nosotros (…) las puertas no están cerradas para siempre”. En este sentido, ha aludido al acuerdo conjunto, que indica que “EE UU y la UE acuerdan considerar otros sectores y productos que son importantes para sus economías y cadenas de valores para su inclusión en la lista de productos a los que solo se aplican los aranceles” del 15%.

Plataformas digitales

A cambio, Bruselas ha resaltado el logro —no sin esfuerzo, subraya— de evitar que Washington introdujera en el acuerdo condiciones que implicaran tocar las pioneras normas europeas para la moderación de las plataformas digitales, especialmente el reglamento de servicios digitales DSA y el de mercados digitales (DMA), que el Gobierno de Trump ha criticado reiteradamente. “Hemos trabajado mucho para asegurarnos de que no se toca de ninguna forma nuestra legislación digital legitima, así como tampoco los impuestos a los servicios digitales de nuestros Estados miembros”, ha subrayado una fuente comunitaria conocedora de los detalles de la larga negociación. “Le hemos dejado muy claro a EE UU que ningún cambio a las leyes estaba sobre la mesa”, recalca también la Comisión en sus comunicados oficiales.

El Ejecutivo europeo también resalta la importancia de haber incluido específicamente que a sectores clave como el farmacéutico se le aplicará el 15% y nada más, en vista del esperado anuncio estadounidense de fuertes aumentos de aranceles a este sector de forma inminente. Esta “garantía exclusiva”, como la ha definido Von der Leyen, constituye una “póliza de seguro en la forma de ese techo del 15%”, señala la fuente al respecto, demostrando a la vez que tampoco Bruselas se acaba de fiar del todo de Washington.

El acuerdo “representa una demostración concreta de nuestro compromiso a un comercio e inversión justo, equilibrado y mutuamente beneficioso”, asevera pese a todo la declaración conjunta. “Previsibilidad para nuestras empresas y consumidores. Estabilidad en la mayor relación comercial del mundo y seguridad para los empleos europeos y el crecimiento económico a largo plazo”, ha celebrado Von der Leyen el acuerdo que, afirma además, “refuerza las relaciones transatlánticas”.

La declaración conjunta fija también los primeros productos o sectores que se beneficiarán de una exención del 15%, con un arancel “cero o cerca de cero”: se trata de “recursos naturales no disponibles, como el corcho”, así como todos los aviones y piezas de aviones, medicamentos genéricos y sus ingredientes y precursores químicos". Una lista, señala Bruselas, que las dos partes “trabajan para expandir en el futuro”.

“Esto no es el final”

“Esto no es el final, solo el comienzo”, ha insistido una y otra vez Sefcovic. Que el acuerdo por escrito haya tardado casi un mes en ser firmado por las dos partes —el acuerdo político, de palabra, se cerró en un club de golf de Trump en Escocia a finales de julio entre el estadounidense y Von der Leyen— es una muestra más de lo difíciles que han sido unas negociaciones inciertas hasta el último momento.

Von der Leyen y Trump se estrechan la mano tras el acuerdo sobre aranceles sellado en Turnberry (Escocia) el pasado 27 de julio.

El pacto final se consolida tres días después de que varios líderes europeos muy implicados en las negociaciones, desde Von der Leyen al presidente de Francia, Emmanuel Macron, o el canciller alemán, Friedrich Merz, estuvieran en la Casa Blanca arropando al presidente Ucranio, Volodímir Zelenski, en su encuentro con Trump. No se ha desvelado si la cuestión de aranceles fue de nuevo tratada en algún aparte fuera de las cámaras. Pero Trump aludió durante una de sus alocuciones al “gran acuerdo” que había cerrado con la alemana.

En una primera valoración desde el Ministerio de Economía que dirige Carlos Cuerpo, se ha destacado que el acuerdo marco “confirma y concreta” lo negociado en julio y destaca “que se haya logrado disipar la incertidumbre, también en torno a sectores tan importantes como el farmacéutico o semiconductores”. Desde la semana que viene, adelantan las fuentes, “se retomarán reuniones con los sectores más expuestos, para profundizar en la valoración de impactos y necesidades específicas”.

Además del 15% generalizado, por este acuerdo, la UE se comprometió a adquirir productos energéticos estadounidenses (GNL, petróleo y energía nuclear) por valor unos 640.000 millones de euros. Según el documento, lo hará “hasta 2028”, fecha en la que Bruselas pretende que la UE haya dejado de adquirir energía de Rusia. Además, según el acuerdo bilateral, se expresa la “intención” de la UE de comprar chips de inteligencia artificial estadounidenses por “al menos” 40.000 millones de dólares.

El comisario europeo de Comercio, Maros Sefcovic, durante la rueda de prensa de este jueves.

Europa también declara su intención de invertir en equipamiento de defensa estadounidense —uno de los puntos que más ha destacado Trump desde el anuncio en Escocia—, aunque igualmente en términos vagos: el bloque “planea aumentar sustancialmente su adquisición de equipos militares y de defensa a EE UU, con el apoyo y colaboración del Gobierno estadounidense”. Críticos del acuerdo, como el presidente de la Comisión de Comercio en la Eurocámara, Bernd Lange, han destacado la falta de claridad sobre el acero y aluminio, cuyas exportaciones siguen sometidas al gravamen del 50%. La declaración se limita a indicar que respecto a estos metales y sus productos derivados, las dos partes tienen intención de “estudiar la posibilidad de cooperar para delimitar sus respectivos mercados nacionales del exceso de capacidad, garantizando al mismo tiempo unas cadenas de suministro seguras entre sí, en particular mediante soluciones de contingentes arancelarios”.

Sefcovic ha defendido el acuerdo como el mal menor, ya que la alternativa, aranceles generalizados del 30% a las importaciones europeas e incluso superiores en ciertos sectores, habría supuesto una “guerra comercial con aranceles por las nubes y una escalada política que no ayuda a nadie”.

Antes de la presentación de la declaración final, los embajadores europeos ante la UE fueron convocados de urgencia en la mañana del jueves para analizar el texto, en una reunión que se prolongó hora y media. Según fuentes diplomáticas, la recepción inicial del mismo —a falta de estudiar los detalles— fue ampliamente “positiva” entre las delegaciones, pese a las críticas formuladas por muchas capitales europeas tras conocerse el pacto inicial, que lo recibieron “sin ningún entusiasmo”, como dijo el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_