La Fiscalía estudia tres denuncias contra el primer ministro de Portugal por su empresa familiar
Los partidos defienden ante el jefe del Estado la celebración de elecciones anticipadas como salida a la crisis


A la hora en la que Luís Montenegro, ahora primer ministro de Portugal en funciones, se reunía este miércoles con el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, para defender la convocatoria de elecciones “lo más pronto posible”, caía otra pequeña bomba sobre él. El Fiscal General de la República, Amadeu Guerra, informaba a la prensa de que había recibido tres denuncias anónimas contra Montenegro por su empresa familiar, y que su departamento había abierto un proceso de “averiguación preventiva” para determinar si finalmente avanzan con una investigación procesal.
La averiguación preventiva es una herramienta que permite profundizar en un caso cuando aún no hay indicios suficientes que justifiquen la apertura de una investigación formal. Guerra explicó que hasta ahora “no hay justificación para abrir ninguna investigación” y que se está recopilando información. La vertiente judicial puede ser una de las que compliquen el escenario de Luís Montenegro en la campaña electoral si finalmente sigue adelante, aunque él ya ha sostenido en dos ocasiones que se mantendrá como candidato aún en el caso de ser imputado por la Fiscalía.
La actual crisis política estalló cuando se conoció que la empresa Spinumviva, fundada por Montenegro en 2021, siguió recibiendo pagos de sus clientes después de que él asumiera el cargo de primer ministro en 2024. Y, aunque Montenegro abandonó la gerencia en 2022 y traspasó sus acciones a su esposa, al estar casado en régimen de gananciales siguió siendo beneficiario de los ingresos de Spinumviva, que actuó sobre todo como consultora sobre protección de datos.
El caso ha colocado al país nuevamente al borde de las elecciones. El presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, recibe este miércoles a los líderes de los nueve partidos que tienen representación parlamentaria para escuchar su opinión sobre la mejor vía para cerrar esta crisis política antes de convocar al Consejo de Estado este jueves. Tras lo escuchado el martes en la Asamblea de la República, que tumbó la moción de confianza del Gobierno y forzó su caída, se da por hecho que todos coincidirán en que el único camino posible son los comicios, aunque todos digan en público que no los desean.
El primero en acudir al Palacio de Belém fue el propio Luís Montenegro en su condición de presidente del Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha) y pocas horas después de sufrir un amarga derrota en la Asamblea de la República. El primer ministro defendió la celebración de elecciones “lo antes posible”, algo que también prefiere el líder del Partido Socialista (PS), Pedro Nuno Santos, recibido por Rebelo de Sousa en segundo lugar. André Ventura, líder del ultraderechista Chega, desveló que el Jefe del Estado se inclina por convocar elecciones el próximo 11 de mayo y afirmó que solo llegarían a un acuerdo poselectoral con el PSD si cambia de líder. “Con Montenegro, no es no”, ironizó en recuerdo de la frase empleada por el primer ministro para expresar su rechazo a pactar con la extrema derecha el año pasado.

Tras la audiencia, Montenegro señaló que no hay razones para “la alarma”, ya que el adelanto de los comicios no perturbará “ni el funcionamiento del Gobierno ni de la administración pública ni de la economía”. Por su parte, el secretario general del PS indicó que el adelanto no es deseable pero permitirá clarificar la situación y acabar con la inestabilidad que, a su juicio, provoca “el manto de sospecha” que hay sobre el primer ministro. También atacó la gestión del Ejecutivo, al que acusó de “incompetencia” y de no resolver “los problemas de las personas”.
La campaña del PSD, que repetirá casi con seguridad su coalición electoral con el Centro Democrático y Social, se centrará en reivindicar la gestión de sus 11 meses de Gobierno y en responsabilizar a la oposición de la repetición electoral. Y esas líneas, que ya fueron trazadas en el Parlamento y en distintas entrevistas de ministros, también fueron apuntadas este miércoles por Luís Montenegro, que recordó que su Ejecutivo ha tenido casi un año “de completa estabilidad política”. “Tenemos una situación económica, financiera y social consolidada para aclarar la situación en las urnas sin perjudicar la vida de las personas”, dijo. Casi a la misma hora, el ministro de Finanzas, Joaquim Miranda Sarmiento, anunciaba que el crecimiento económico del país para este año podría superar lo previsto y alcanzar el 2,5%.
Cada día que pasa, sin embargo, parece complicarse más la situación del primer ministro en funciones. El pleno donde cayó su Gobierno no contribuyó a mejorar su imagen, a la vista de los intentos casi desesperados de su partido para negociar hasta el último momento con los socialistas la retirada de la moción de confianza a cambio de que la comisión de investigación parlamentaria sobre la empresa de la familia de Montenegro durase poco tiempo. Es difícil de explicar, pero el resumen es este: el Gobierno presenta una moción de confianza a sabiendas de que la perderá y luego se ofrece a retirarla para evitar elecciones a cambio de que la oposición investigue por un tiempo limitado los negocios del primer ministro.
Esa oferta no prosperó, pero transmitió una señal de debilidad que podría empeorar la imagen de Luís Montenegro, ya resentida tras el estallido del escándalo. El último barómetro, publicado por el Correio da Manhã, muestra una caída de la popularidad del primer ministro. Más del 70% de los encuestados no cree su versión de que no tuvo ninguna influencia sobre la empresa familiar desde que llegó al Gobierno.
Los partidos minoritarios, recibidos por la tarde en Belém, también concordaron con la celebración de comicios para zanjar esta crisis. Las dos fechas que baraja el presidente de la República son el 11 o el 18 de mayo.
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