_
_
_
_

David McAllister, eurodiputado alemán: “Europa no es importante para Trump. Hay que afrontar esta realidad”

El presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores en la Eurocámara reclama que la UE gaste más y mejor en defensa para hacerse cargo de su propia seguridad

David McAllister
El presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, David McAllister, en 2020.JOHANNA GERON (Reuters)

En un par de décadas, el discurso del vicepresidente de Estados Unidos, J. D. Vance, en la Conferencia de seguridad de Múnich a mitad de febrero pasado se analizará “como un ejemplo de cómo el orden transatlántico mantenido durante más de 75 años empezó a cambiar”. “Estoy muy seguro”, certifica David McAllister (54 años, Berlín), eurodiputado alemán y presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento Europeo, de que ese momento, que vivió en directo, ha marcado un antes y un después. “Él, más o menos, declaró el final de la alianza transatlántica, al menos como la hemos conocido”, asume este conservador alemán, miembro, como él mismo recuerda, del que ha sido probablemente el partido político más partidario de mantener un lazo muy estrecho entre Estados Unidos en la Europa continental, la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Alemania.

Ese historial de su organización da idea de la importancia del cambio en el discurso que dio hace un par de semanas quien, con casi total seguridad, será el próximo canciller alemán, Friedrich Merz. El líder de la CDU habló de “reforzar Europa tan rápido como sea posible para, paso a paso, alcanzar la independencia de Estados Unidos”. McAllister, que cita a Merz varias veces en la entrevista, abunda en esa línea. Primero cuando pide un nuevo Gobierno alemán rápido, porque “el mundo no espera a Berlín”; y segundo, cuando afirma que intentará seguir apostando por la relación transatlántica. “Pero obviamente Europa no juega ningún papel importante para esta Administración [de Donald Trump], y tenemos que afrontar esta realidad”, añade.

McAllister, hijo de escocés y alemana, es una de las voces más respetadas en Bruselas cuando se habla de relaciones exteriores y la Unión. También cuando se analizan las relaciones con Estados Unidos. Llegó a la Eurocámara en 2014 y una de sus primeras responsabilidades fue presidir la delegación parlamentaria encargada de las relaciones con la primera potencia mundial. Tres años después, pasó a presidir la Comisión de Asuntos Exteriores. “El Parlamento lleva años pidiendo que Europa haga más por su propia defensa y seguridad. Una y otra vez”, reivindica cuando se le pregunta si el plan de rearme lanzado por el Ejecutivo de Ursula von der Leyen llega tarde y tiene la envergadura necesaria.

No más llamadas de atención

“Hasta ahora, la UE me recordaba a alguien que está tumbado en la cama. Suena el despertador. Te despiertas y pulsas el botón de repetición en unos minutos. Y entonces, por supuesto, vuelve a sonar. Luego otra vez. Y ahora ha llegado el momento. Europa tiene que despertar de verdad. Y punto. No, no, no más llamadas de atención. Durante demasiado tiempo, los europeos hemos pensado que nuestro modelo de negocio es que 330 millones de estadounidenses son responsables de la seguridad y protección de 450 millones de europeos. Y eso se ha acabado”, analiza.

Cuando el conservador McAllister empieza a desglosar cómo hay que afrontar esta nueva era, recuerda en algunos razonamientos a Josep Borrell, a quien alaba durante la entrevista. “Necesitamos gastar más, mucho más. Pero tenemos que gastarlo de forma más eficaz”, explica, utilizando un argumento que también empleaba quien era hasta hace poco alto representante para la Política Exterior de la UE. “Una manera de gastarlo más eficazmente es que lo hagamos conjuntamente. La Comisión Europea no es responsable de la política de seguridad y defensa. Miren los tratados. Es claramente una responsabilidad nacional. Pero lo que sí puede hacer la Comisión Europea es coordinar nuestra industria de defensa y dar incentivos. Es decir, que los Estados miembros inviertan más conjuntamente y también mucho más”.

Para ilustrar esta parte teórica, el eurodiputado recurre a un ejemplo: los franceses tiene su propio carro de combate, Leclerc; los alemanes, Leopard; los británicos, Challenger. “Pero eso no significa que un soldado que ha sido entrenado en un Leclerc pueda sentarse en el Leopard”, lamenta. “El tanque de la próxima generación tiene que ser un proyecto europeo. El avión de combate de la próxima generación debe ser un proyecto europeo. Todo el mundo está intentando desarrollar algo. Tenemos que superar estos ídolos nacionales, por favor. El reto es muy grande. Tenemos que pensar a escala europea, y en unos ejércitos europeos integrados, que es la perspectiva a largo plazo”.

No es casualidad que este político alemán, hijo de un escocés que desembarcó en las playas Normandía en 1944, mencione al Reino Unido en sus razonamientos sobre la seguridad europea. “No puedo imaginar ninguna decisión importante sobre la futura arquitectura europea de seguridad y paz sin el Reino Unido”. “Tiene una de las industrias de defensa más importantes de Europa”. Señala todo esto antes de entrar a hablar de la propuesta del presidente francés, Emmanuel Macron, sobre ampliar el escudo nuclear francés al resto de la UE. Sabe que eso en su país es terreno peligroso, lo deja claro cuando afirma que “es un debate extremadamente complejo”, pero tampoco le da carpetazo: “Es algo que los líderes tendrán que discutir en los próximos años. Europa no tiene estas capacidades militares y esto nos hace, hasta cierto punto, vulnerables en el caso de Estados Unidos no se comprometa con sus garantías”.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_