Seúl asegura que Corea del Norte ha destinado a Rusia nuevas tropas para luchar contra Ucrania

Una de las prioridades del Kremlin es expulsar a las tropas ucranias que ocupan parcialmente la provincia rusa de Kursk. Para ello cuentan desde el pasado otoño con la asistencia de cerca de 11.000 soldados de élite norcoreanos, según los servicios de inteligencia occidentales y de Ucrania. El régimen de Pyongyang, junto con Bielorrusia el aliado más estrecho de Vladímir Putin, habría transferido ahora a Kursk un nuevo contingente de entre 1.000 y 3.000 militares, según han informado los servicios secretos de Corea del Sur.

Medios surcoreanos como el diario JoongAng informaron el miércoles que estos refuerzos han llegado a Kursk entre enero y febrero. Esta ayuda a Rusia se enmarca en el acuerdo de defensa mutua que firmaron los autócratas ruso y norcoreano, Vladímir Putin y Kim Jong-un, en 2024. Pyongyang también ha aportado obuses, misiles y millones de proyectiles de artillería.

Las tropas norcoreanas se retiraron temporalmente en enero del frente de guerra en Kursk debido a las enormes bajas sufridas, según detallaron el 10 de febrero a EL PAÍS oficiales de tres regimientos ucranios que combaten en la provincia rusa.

Los soldados de Kim fueron víctimas de la falta de adaptación a una guerra en la que la hegemonía es de los drones, pero sobre todo fueron víctimas de haber combatido con tácticas de asalto desfasadas y sin apoyo de artillería o de drones rusos, según explicaron estos militares ucranios. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, afirmó en enero que Corea del Norte había sufrido 4.000 bajas —entre heridos y muertos— en tan solo dos meses de combates.

Las fuerzas norcoreanas han regresado al frente de guerra en las últimas semanas, según advirtió Zelenski y habrían confirmado vídeos hechos públicos por varias brigadas ucranias. Estas incorporaciones, que forman parte del contingente inicial de 12.000 hombres, han recibido más preparación e incluso están operando con artillería, algo con lo que no contaban en la primera fase de su participación en la guerra, según han indicado fuentes militares ucranias.

Zapadores y blindados

Los servicios secretos surcoreanos, según JoongAng, han detectado que en el grupo de tropas norcoreanas recién llegadas a Rusia también hay zapadores (ingenieros), unidades blindadas y de guerra electrónica. El Servicio Nacional de Inteligencia de Corea del Sur ha indicado oficialmente en un breve comunicado que se ha producido una transferencia de tropas norcoreanas a Rusia, aunque todavía están investigando de cuántos soldados y equipos se trata.

Kirilo Budánov, jefe de los servicios de inteligencia del Ministerio de Defensa ucranio (GUR), ha advertido este jueves en una entrevista con la agencia estatal Ukrinform que Corea del Norte está obteniendo una experiencia bélica de primer nivel, lo que es una seria amenaza para Seúl y Japón: “Los norcoreanos son los primeros beneficiados en esta situación, su ejército está ganando una experiencia de combate que no tenían desde los años cincuenta”.

“Sus primeras operaciones después de entrenarse en Rusia demostraron unos resultados terribles, que no estaban preparados para la realidad de la guerra, pero están recibiendo más formación y están probando sus armas”, ha comentado Budánov, que ha añadido que también están introduciéndose rápidamente en las nuevas normas de combate determinadas por el uso de drones.

El jefe del GUR añade que la mejora para Corea del Norte también se ha detectado en el uso de sus misiles balísticos KN-23. Estos llegaron a la guerra con una precisión pésima, pero tras ser perfeccionados por ingenieros rusos, su eficacia ha dado un salto adelante.

La ocupación de parte del territorio de Kursk, iniciada en verano de 2024, es una herramienta clave para Zelenski de cara una hipotética negociación para finalizar la guerra. El Kremlin ha afirmado que no hay nada que discutir con Kiev mientras sus soldados estén en suelo ruso. Echar al ejército ucranio de Kursk en los próximos meses sería un éxito propagandístico de Putin, sobre todo si esto sucede antes de la fecha más simbólica para Rusia, el 9 de mayo, aniversario de la victoria de la Unión Soviética en la II Guerra Mundial contra Alemania.