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Meloni busca soluciones para liberar a la periodista italiana encarcelada en Irán

Un grupo de negociadores italianos trata de pactar una salida con Teherán mientras gana peso la hipótesis de un posible intercambio con un ciudadano iraní detenido en Italia

Manifestacion por Cecilia Sala
Una manifestación en Turín para exigir la liberación de la periodista Cecilia Sala detenida en Irán, este lunes.Andrea Alfano/LaPresse (LAPRESSE)

El Gobierno italiano está negociando con el Gobierno iraní para liberar a la periodista Cecilia Sala, que lleva diez días encarcelada en una celda de aislamiento de la prisión de Evin, conocida por ser el lugar de detención de disidentes iraníes y ciudadanos extranjeros. Teherán ha confirmado este lunes el arresto, ya confirmado hace unos días por las autoridades italianas, pero no ha ofrecido más detalles sobre los delitos que se le imputan a la italiana y se ha limitado a señalar que fue apresada “por violar las leyes de la República islámica”. Se trata de una acusación genérica que deja abiertas las opciones de negociación por las vías diplomáticas y políticas.

La primera ministra, Giorgia Meloni, ha explicado a través de un comunicado que “sigue con atención constante la compleja historia de Cecilia Sala desde el día en que fue detenida, el 19 de diciembre” y está trabajando “con el fin de que la periodista italiana vuelva a casa lo antes posible”. Meloni ha explicado también que está en contacto y “de acuerdo” con los padres de la informadora y “activando todas las interlocuciones posibles y con la prudencia necesaria, que se espera sigan manteniendo también los medios de comunicación italianos”.

Los negociadores italianos han pedido máxima discreción para no comprometer la negociación. El domingo la embajadora italiana en Irán, Paola Amadei, que pudo visitar a la periodista en la prisión de Evin hace unos días, se reunió con el viceministro de Asuntos Exteriores iraní. Aunque el contenido del encuentro es confidencial, las autoridades italianas han hablado de una reunión “dialogante”, lo que indica que los canales diplomáticos están abiertos. Y además han revelado que, en el transcurso del cara a cara, el representante de Teherán abordó también el caso del ciudadano suizo-iraní detenido en el aeropuerto de Milán el 16 de diciembre, tres días antes del arresto de la periodista italiana, en aplicación de una orden de captura estadounidense. El hombre, Mohammad Abedini Najafabadi, un ingeniero considerado cercano al régimen iraní, está acusado ―junto con Mahdi Mohammad Sadeghi, detenido en Estados Unidos― de exportar a la Guardia de la Revolución Islámica iraní, considerada una organización terrorista por Washington, tecnología estadounidense sensible para la fabricación de drones. La justicia estadounidense cree que estas aeronaves no tripuladas se habrían utilizado en el ataque en Jordania el que fueron asesinados tres militares estadounidenses el pasado enero y le imputa delitos de conspiración, asociación ilícita y violación de las leyes comerciales que pueden acarrear la cadena perpetua en el país norteamericano. Estados Unidos ha pedido la extradición, que deberá decidir un tribunal milanés en las próximas semanas.

Una fotografía de archivo fechada el 26 de septiembre de 2023 muestra a la periodista italiana Cecilia Sala como invitada en el programa de televisión "Stasera c'è Cattelan" en los estudios de la RAI en Milán (Italia).
Una fotografía de archivo fechada el 26 de septiembre de 2023 muestra a la periodista italiana Cecilia Sala como invitada en el programa de televisión "Stasera c'è Cattelan" en los estudios de la RAI en Milán (Italia).MOURAD BALTI TOUATI (EFE)

Precisamente la coincidencia temporal de ambos arrestos preocupa al Gobierno italiano. Sobre todo, por la forma en la que Sala fue detenida, directamente en su hotel poco antes de su regreso a Italia y más teniendo en cuenta que no era la primera vez que trabajaba en Irán, que siempre había seguido las estrictas normas que el régimen de los ayatolás impone para informar desde ese país y que contaba con un visado en regla para trabajar como periodista.

Por el momento no hay elementos decisivos que permitan vincular los dos casos, pero cada vez gana más peso, según apuntan los medios locales, la hipótesis de que las autoridades de Teherán buscan un intercambio con el ingeniero iraní arrestado en Milán.

El vicepresidente del Gobierno italiano y ministro de Exteriores, Antonio Tajani, explicó el domingo por la noche en televisión que se trata de “una negociación muy delicada” y que “la situación es bastante complicada”. No obstante, aseguró que “el diálogo está abierto” y apuntó que los negociadores italianos “han notado una cierta voluntad sobre todo en lo que respecta al trato a Cecilia”. Tal y como ha explicado el ministro, la periodista se encuentra encarcelada en una celda de aislamiento, por lo que está sola, al parecer por expresa petición de las autoridades italianas, que tratan de evitar que sufra el hacinamiento propio de la prisión de Evin, símbolo de la represión del régimen iraní y el principal centro de detención para los disidentes políticos, donde es habitual que los presos soporten torturas y condiciones infrahumanas, según numerosas denuncias de organizaciones internacionales. “Estamos trabajando para traerla a casa lo antes posible”, ha asegurado Antonio Tajani.

Durante las primeras 24 horas, Sala permaneció detenida sin posibilidad de comunicarse con nadie. Después los guardianes le permitieron hacer dos llamadas, una a su familia y otra a su pareja, el también periodista Daniele Raineri. Sala les dijo que se encontraba bien y que no estaba herida. Aunque es probable que estuviera leyendo al teléfono un texto escrito, porque utilizó expresiones que no suenan naturales en italiano, y que más bien parecen una traducción automática del inglés.

La embajadora italiana Paola Amadei pudo reunirse con Cecilia Sala en prisión el pasado viernes, ocho días después del arresto, para comprobar su estado de salud y las condiciones de detención. “He encontrado a una mujer fuerte. Sala es una profesional formada que conoce bien Irán”, relató la embajadora, que llevó ropa y algunos bienes de primera necesidad a la periodista.

El abogado italiano de Mohammad Abedini Najafabadi ha solicitado este lunes el arresto domiciliario para su detenido, que rechaza las acusaciones que pesan sobre él, a la espera de que el tribunal milanés se pronuncie sobre su extradición a Estados Unidos. La medida, según los medios, podría facilitar las negociaciones.

Un portavoz del Departamento de Estado estadounidense, en declaraciones al diario italiano La Repubblica, ha reclamado “la liberación inmediata e incondicional” de todos los detenidos arbitrariamente y sin ninguna causa justificada en Irán, incluida Cecilia Sala y ha señalado que el régimen islámico debe dejar de detener arbitrariamente a ciudadanos extranjeros para utilizarlos como “palanca política para el chantaje”. También ha confirmado que Washington mantiene la solicitud de extradición del iraní detenido en Italia y ha apuntado que los drones de Mohammad Abedini “sirven para apoyar a grupos terroristas y milicias proiraníes que pretenden desestabilizar” Oriente Medio.

El arresto de la periodista italiana podría enmarcarse dentro de la denominada “diplomacia de los rehenes”, aplicada con frecuencia por regímenes políticos como el iraní o también Rusia o China, en el contexto de sanciones económicas y aislamiento diplomático. Según un reciente informe del Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI), esta práctica consiste en la detención arbitraria de ciudadanos extranjeros para utilizar a los prisioneros para obtener favores o la liberación de iraníes detenidos en el extranjero. “La práctica de la toma de rehenes por parte de la República Islámica ha constituido uno de los fundamentos de su política exterior desde 1979”, señala el instituto francés en alusión al año de la revolución islámica que transformó Irán en una teocracia.

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