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Putin presenta el foro de los BRICS en Rusia como alternativa a la hegemonía de Occidente

El mandatario recibe en Kazán a las delegaciones de una treintena de países emergentes. La presencia de António Guterres indigna a Ucrania

Xi Jinping y Vladímir Putin, este martes en Kazán.Foto: Alexander Zemlianichenko | Vídeo: EPV
Javier G. Cuesta

La decimosexta cumbre de los BRICS ha comenzado este martes en la ciudad rusa de Kazán con un objetivo claro en la mente de su anfitrión, Vladímir Putin: consolidar una plataforma que ofrezca a Moscú una alternativa económica y diplomática a Occidente. Más de dos decenas de líderes internacionales y 36 delegaciones de países figuran en la lista de invitados por el Kremlin a esta ciudad tártara a orillas del Volga. Entre ellos está el secretario general de la ONU, António Guterres, que se reunirá el jueves cara a cara con Putin por primera vez desde abril de 2022, al inicio de la invasión rusa de Ucrania. El encuentro del máximo responsable de Naciones Unidas con el autócrata ruso, junto con su negativa a participar en la cumbre de paz de Suiza —a la que tampoco acudió Moscú—, han indignado al Gobierno de Volodímir Zelenski.

Una de las prioridades del Kremlin para el foro de los BRICS, que se celebra hasta el jueves, es impulsar un sistema financiero que permita a Rusia eludir las sanciones occidentales por la guerra de Ucrania. “Estamos desarrollando plataformas relevantes en el marco de esta asociación. (...) Sistemas financieros, instrumentos de pago y mecanismos de inversión. El crecimiento económico de los miembros de los BRICS dependerá cada vez menos de influencias o interferencias externas”, proclamó el mandatario ruso en un encuentro con empresarios del bloque en vísperas de la cumbre. “El PIB de los BRICS supera al del G-7 [del que formaba parte Moscú hasta la anexión ilegal de Crimea en 2014] y continúa creciendo”, presumió.

A Putin le espera una intensa agenda de encuentros estos tres días. El dirigente ruso ha recibido este martes a casi todos los líderes de los principales miembros de los BRICS: el presidente chino, Xi Jinping; el primer ministro indio, Narendra Modi; el mandatario sudafricano, Cyril Ramaphosa; y el líder egipcio, Abdelfatá al Sisi, cuyo país se unió a la plataforma el año pasado. El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, no pudo acudir al foro tras sufrir un accidente doméstico. Además, Putin tiene previsto mantener otros encuentros bilaterales el miércoles y el jueves con invitados de países que no forman parte del grupo, entre ellos el mandatario turco, Recep Tayyip Erdogan, y una delegación palestina.

Narendra Modi y Vladímir Putin
El primer ministro de la India, Narendra Modi, y el presidente ruso, Vladímir Putin, en el primer día de la cumbre, en Kazán.Alexander Zemlianichenko (via REUTERS)

En la reunión prevista entre Putin y Guterres, el jueves, se prevé que la invasión rusa de Ucrania sea el tema central. Esta será la segunda vez que el secretario general de Naciones Unidas viaja a Rusia desde que comenzó la agresión. En su anterior viaje oficial, hace dos años y medio, Guterres refutó los pretextos con los que el mandatario ruso y su ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, justificaban que su “operación militar especial” podía ampararse en el derecho internacional para, supuestamente, proteger a la población de la región ucrania de Donbás, en el este del país.

“De conformidad con las resoluciones aprobadas por la Asamblea General de la ONU, la invasión rusa de Ucrania es una violación de su integridad territorial y de la Carta de las Naciones Unidas”, advirtió entonces Guterres. “Tengo la profunda convicción de que cuanto antes pongamos fin a esta guerra, mejor será para el pueblo de Ucrania, para el pueblo de Rusia y el mundo”.

Sin embargo, la visita del secretario general de Naciones Unidas a la cumbre de los BRICS ha indignado a Kiev. “Rechazó la invitación de Ucrania a la primera cumbre por la paz global en Suiza, pero aceptó la invitación a Kazán del criminal de guerra Putin. Esta es una elección equivocada que no promueve la causa de la paz, solo daña la reputación de la ONU”, ha declarado el Ministerio de Exteriores ucranio a través de la red social X (antes Twitter).

El portavoz adjunto de Guterres, Farhan Haq, ha confirmado que el secretario general de la ONU asistirá a la cumbre de Kazán y que se entrevistará con Putin, sin precisar el momento del viaje ni la fecha de la reunión con el líder del Kremlin, pues se halla aún en Adis Abeba en la cumbre de la Unión Africana. Guterres irá a Kazan “como hizo previamente en (la anterior cumbre del grupo en) Sudáfrica, y como siempre ha sido su costumbre al asistir a reuniones de organizaciones con un gran número de estados miembros importantes, como el G7 o el G20″. Haq añadió que los BRICS “representan casi a la mitad de la humanidad” y, por ello, la reunión “es de gran importancia para el trabajo de la ONU con los países miembros” de esa organización, informa María Antonia Sánchez-Vallejo desde Nueva York.

En cuanto a la reunión con Putin, además de otros líderes asistentes a la cumbre de los BRICS según la disponibilidad de estos, el portavoz de la ONU aseguró que “es una de las principales razones de su asistencia”. En el encuentro, el primero entre ambos desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania, el secretario general subrayará, según el portavoz, “su conocida postura sobre la guerra en Ucrania y las condiciones para una paz justa basada en la carta fundacional de la ONU y las resoluciones” del Consejo de Seguridad sobre la integridad territorial y la soberanía de Ucrania.

Renuncias sonadas

La cumbre de los BRICS de Kazán es la primera en la que participan los nuevos miembros: Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán. Además, más de 20 países han mostrado en algún momento interés en formar parte del club, aunque varios han descartado ya la idea. Entre ellos, Argentina, a finales del año pasado, tras la llegada a la presidencia de Javier Milei. También, esta misma semana, dos Estados que el Kremlin considera su patio trasero: Armenia y Kazajistán.

Armenia anunció en verano su salida de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva, la alternativa rusa a la OTAN. En cambio, la renuncia de Kazajistán —uno de los principales socios de Rusia en otros clubes económicos y políticos como la Comunidad de Estados Independientes y la Unión Euroasiática— ha sido más dolorosa para el Kremlin. Como respuesta, las autoridades rusas han vetado la importación de una serie de hortalizas kazajas bajo el débil pretexto de garantizar su seguridad fitosanitaria. “Kasim-Yomart Tokáyev da prioridad a la ONU como organización universal y no alternativa, en la que se pueden y deben discutir todos los problemas internacionales actuales”, ha zanjado el portavoz del presidente de Kazajistán.

Otro feo al Kremlin ha sido el del presidente serbio, Aleksandar Vucic. El líder del principal apoyo ruso en el corazón de Europa ha descartado acudir a Kazán y, en cambio, sí recibirá este miércoles en Belgrado al primer ministro polaco, Donald Tusk.

Putin ha contado, sin embargo, con el respaldo en el foro de su principal socio, China. “Nuestra cooperación es polifacética, entre iguales, mutuamente beneficiosa y absolutamente incondicional”, ha aseverado el autócrata ruso. El líder chino, cuyo país cumple a medias las sanciones contra Rusia y no reconoce los territorios anexionados en Ucrania, evitó hablar de un apoyo sin condiciones y redujo su relación a “la buena vecindad y amistad, la interacción estratégica integral y la cooperación mutuamente beneficiosa”.

Un club con buenas intenciones, pero intereses diferentes

También en China plantean dudas sobre la relevancia real de este club de naciones. El medio oficialista South China Morning Post publicó, a las puertas de la cumbre de Kazán, un análisis en el que su autor, el profesor de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Macao Jian Shixue, destacaba varios problemas a los que se enfrentan los BRICS. “¿Pueden hablar con una sola voz los BRICS? Incluso antes de su reciente expansión, la cooperación se vio ahogada por la falta de acuerdo entre sus miembros sobre cuestiones importantes. Ahora que tiene más miembros, alcanzar un consenso podría resultar aún más difícil”, advertía.

“Es más fácil hablar de cooperación económica que hacerlo”, resaltaba el diario chino, que no considera adecuada la plataforma para adoptar medidas financieras comunes porque sus miembros, o colaboran con Occidente —en alusión a la India, uno de sus mayores rivales regionales— o forman parte de otras plataformas con otros intereses, como Mercosur. Asimismo, el experto subrayaba el “enorme coraje político” necesario para progresar en la desdolarización de la economía internacional.

Putin, que en 2022 quería impulsar una moneda única entre los BRICS, ha desistido en la idea. Ahora planea lanzar un sistema de pagos bancarios alternativo al SWIFT, del que fue expulsado por la invasión de Ucrania. En realidad, estos mecanismos ya existen, desde las criptomonedas a los sistemas de pago nacionales. Sin embargo, Moscú se ha encontrado con que los bancos chinos han dejado de colaborar para evitar problemas con EE UU, un país con el que tienen un mayor volumen de negocio.

“Cada vez es más difícil realizar los pagos e importar las piezas de China”, explica a este periódico una empleada de una compañía gasista rusa. “Cuando un banco chino bloquea los pagos, buscamos otro, generalmente entidades regionales pequeñas, pero es cada vez más complicado”.

BRICS Bridge

Moscú insistirá a sus socios para que comiencen a utilizar profusamente el sistema de pagos BRICS Bridge, según ha filtrado el Ministerio de Finanzas a la prensa rusa. “El sistema financiero global es obsoleto y no está a la altura de los desafíos actuales: está subordinado a los intereses de los países desarrollados”, ha declarado el departamento de Economía del país euroasiático en un informe publicado en vísperas de la cumbre.

Para la experta María Snegóvaya, del think tank CSIS, el boicot al sistema financiero internacional solo es una patada adelante del Kremlin tras los daños provocados por la ofensiva contra Ucrania. “Las mismas elites rusas que intentaron desesperadamente integrarse durante más de 20 años seguidos en estas instituciones, ahora tratan de destruirlas con sus propias manos. La total incapacidad para analizar sus propias acciones roza la locura”, afirma Snegóvaya en su canal de Telegram.

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