Modi lamenta ante Putin la muerte de niños y le espeta: “La guerra no es la solución”
El primer viaje oficial del gobernante indio a Rusia en un lustro está marcado por el malestar por la cercanía del Kremlin con Pekín y el reclutamiento de sus ciudadanos para luchar en Ucrania
El primer ministro de la India, Narendra Modi, ha lanzado un inusual reproche a Vladímir Putin. El dirigente indio ha advertido este martes al presidente ruso, Vladímir Putin, de que la guerra “no es la solución” y la muerte de niños, una tragedia, un día después del bombardeo masivo ruso sobre Ucrania en el que fue alcanzado un hospital pediátrico de Kiev. Modi, en su primer viaje oficial a Rusia en un lustro, y bajo al sombra creciente de la alianza militar ruso-china sobre su propio país, ha acudido a la capital rusa en una visita de dos días para abordar con Putin un complicado juego geopolítico con numerosas aristas. Una, la compra de petróleo ruso a precio de saldo —por las sanciones de Occidente, que limitan al mínimo las importaciones de crudo ruso por la invasión de Ucrania—; y otra, la creciente cooperación militar de Moscú con Pekín frente al acercamiento de Nueva Delhi a Washington.
“Cualquier persona que cree en la humanidad siente dolor cuando mueren personas, y especialmente cuando mueren niños inocentes”, ha espetado Modi ante Putin este martes. El lunes perdieron la vida más de 40 personas en una oleada de decenas de misiles rusos sobre territorio ucranio. “La guerra no es la solución. La solución no puede pasar por la guerra. Las bombas, los misiles y los rifles no pueden garantizar la paz, y por eso hacemos hincapié en el diálogo; el diálogo es necesario”, ha advertido el primer ministro indio al presidente ruso tras dirigirse a él como “amigo mío”. Este, a su vez, ha galardonado al dirigente asiático con la Orden de San Andrés, la que fuera la máxima distinción del Imperio Ruso.
La visita no continuó como esperaba el Kremlin tras las duras declaraciones de Modi. Ambas partes suspendieron después del encuentro cara a cara otra reunión en formato ampliado con las delegaciones de sus Gobiernos. Según la versión del portavoz de Putin, Dmitri Peskov, los dirigentes “ya habían repasado exhaustivamente toda su agenda” antes.
Putin ha eludido mencionar la guerra durante en la parte de sus conversaciones abierta a los medios . Según Peskov, “Modi no pretende ser un mediador en Ucrania, pero es, como los dirigentes de Rusia, un partidario de la paz”.
Los dos mandatarios mantuvieron un primer encuentro informal este lunes por la tarde en el que se felicitaron mutuamente por renovar el poder una vez más, con Modi en el cargo desde 2014 y Putin desde el fin de año de 1999, y Peskov comparó la atención de Occidente a la visita de Modi con un ataque de celos. “Tener celos significa vigilar de cerca, y vigilar de cerca significa conceder una gran importancia. Y aquí no se equivocan: hay algo a lo que dar gran importancia”, aseveró el portavoz del Kremlin.
Sin embargo, la sintonía no es total con Moscú. La India hizo un gesto a Kiev y estuvo presente en la cumbre de paz para Ucrania celebrada a mediados de junio en Suiza. Nueva Delhi no suscribió la propuesta del Gobierno de Volodímir Zelenski, pero tampoco reconoce ni la anexión ilegal de Crimea por Rusia en 2014 ni la ocupación del resto de territorios ucranios. “Un acuerdo de paz es posible si este es aceptable para las partes del conflicto”, afirmó el jefe de la comitiva india, Shri Pavan Kapoor, tras señalar que a aquella cumbre no acudió Rusia.
Además, la India ha mostrado su indignación con Moscú estos meses por el reclutamiento de ciudadanos suyos para la invasión de Ucrania. Nueva Delhi reconoció la muerte de al menos dos personas en junio, y un mes antes desarticuló una red de alistamiento en sus calles a través de ofertas de trabajo falsas en Rusia. Por su parte, el diario Le Monde reveló en febrero que decenas de parados de la India rural fueron alistados con otros engaños a través de empresas con sede en Dubái. Según los medios rusos, Putin prometió a Modi sacar a todos sus ciudadanos del frente.
La India camina sobre un delicado equilibrio entre Occidente y Moscú. Putin y Modi han abordado una alternativa para los pagos entre ambos países debido a que los bancos rusos fueron desconectados del sistema Swift tras el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania y al mismo tiempo se ha disparado su intercambio comercial. La India tiene su propio sistema bancario, RuPay, y Rusia promovió su modelo Mir, aunque este último también ha sido sancionado por el Departamento del Tesoro estadounidense y cualquier entidad de un tercer país que lo emplee también puede ser castigada.
La India ha sido uno de los países más beneficiados de las sanciones a Rusia. Nueva Delhi compra petróleo a Moscú a precio de saldo y lo refina para su mercado interno y para revenderlo posteriormente a Occidente. Así, el volumen comercial entre ambos países se ha multiplicado de unos 10.000 millones de dólares (9.230 millones de euros) antes de la guerra a 65.000 millones en 2023, de los que 54.000 millones corresponden a las importaciones de crudo indias. No obstante, Rusia solo recibe divisas de la India, pues las exportaciones de bienes de la potencia asiática apenas se han incrementado de 3.000 a 4.000 millones de dólares en este tiempo.
“El mundo entero debe reconocer que gracias a la cooperación entre India y Rusia en el sector energético, hemos garantizado la estabilidad en el mercado global”, ha manifestado Modi ante Putin al defender este martes su compra masiva de crudo ruso, el recurso clave con el que el Kremlin financia su guerra en Ucrania.
El Departamento del Tesoro estadounidense tampoco ha vetado la importación de crudo ruso mientras sus clientes se atengan al tope que impuso Washington de 60 dólares por barril. El motivo es que su precio podría dispararse si la oferta se reduce de pronto, lo que incluso podría beneficiar a Rusia si vende menos, pero mucho más caro.
La sombra china
Este ha sido el primer cara a cara entre Modi y Putin desde septiembre de 2022, y es otra vuelta a la cuadratura del triángulo entre Rusia, la India y China, en el que estos dos últimos países disputan su propia guerra fría. Ambas naciones comparten más de 3.300 kilómetros de frontera y el estatus de potencias nucleares, y cuando todo el planeta miraba hacia Ucrania en 2022, ambos Estados se enzarzaron en nuevos choques fronterizos en el Himalaya con varios muertos, una constante que también sucedió en 2020 y 2021.
El primer ministro indio se ha decidido a viajar a Moscú cuando Pekín cristaliza con el Kremlin lo que han denominado “una nueva era” en su asociación estratégica. Desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania, en febrero de 2022, Modi y Putin solo se habían visto en persona en septiembre de 2022, en la cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), en Samarcanda (Uzbekistán). Como comparación, los dirigentes de Rusia y China se visitaron mutuamente dos veces en 2023, en Moscú y Pekín, y este año Putin repitió viaje oficial a la capital china en mayo. Además, el presidente ruso y su homólogo chino, Xi Jinping, se han reunido más veces en foros internacionales como la cumbre de la OCS de Astaná (Kazajistán) del pasado 3 de julio.
“La creciente cercanía entre Rusia y China seguramente creará malestar en la India”, señala a este periódico por correo Nivedita Kapur, experta en relaciones internacionales de la Escuela Superior de Economía de Rusia. La experta remarca que “los nuevos desafíos de China también han hecho que la India se haya convertido en un miembro activo de la alianza Quad (Estados Unidos, India, Australia y Japón) y promueva la cooperación en el Indo-Pacífico para consternación de Rusia”.
“Rusia ha sido muy cuidadosa hasta ahora al mantener su neutralidad en las disputas entre la India y China”, explica la experta, “y a Nueva Delhi le interesa mantener un estrecho vínculo con Moscú: debido a su geografía y a su proyección euroasiática, la India no quiere provocar una situación en la que Rusia se quede sola con China como socio viable o acabe en una alianza entre ambas”.
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