Estados Unidos refuerza su alianza con Japón, India y Australia para frenar a China en el Indopacífico
Biden se reúne en la Casa Blanca con los presidentes de esos países en el marco del Quad, un foro que había caído en el olvido
Pocos en el campo de las relaciones internacionales conocían, o recordaban, la existencia del Diálogo de Seguridad Cuadrilateral, o Quad, pese a que el foro formado por EE UU, India, Japón y Australia existe desde 2007, cuando se creó para cristalizar los impulsos de cooperación regional surgidos a consecuencia del tsunami de 2004. Después de años en suspenso, y tras un intento de Donald Trump de revitalizarlo en 2017, el pacto tripartito de seguridad anunciado hace una semana por EE UU, el Reino Unido y Australia, denominado Aukus —un dique de contención al expansionismo chino en el Indopacífico—, ha sacado al Quad del olvido.
En marzo mantuvo una reunión virtual, pero este viernes el Quad se ha consagrado como plataforma regional de peso con una cumbre presencial en la Casa Blanca en la que han participado el presidente Joe Biden y los primeros ministros de la India, Narendra Modi; Japón, Suga Yoshihide, y Australia, Scott Morrison. Con el último, Biden se entrevistó este lunes en Nueva York, con ocasión de la Asamblea General de la ONU; con los demás lo ha hecho este viernes en la Casa Blanca, destacando especialmente la bilateral que ha mantenido con Modi, la primera en persona para ambos. La situación de Afganistán, donde Pakistán, el principal aliado de los talibanes, gana terreno en detrimento de la India, añadía importancia al encuentro, calificado de “histórico” por Modi. También los interesados movimientos de China en el país centroasiático, como gran beneficiario del cambio de régimen en Kabul para impulsar sus proyectos de infraestructuras y reconstrucción.
Al respecto, el comunicado divulgado tras la cumbre subraya la “estrecha coordinación” de sus miembros para abordar la política diplomática, económica y de derechos humanos hacia el país centroasiático. “Reafirmamos que Afganistán no debe utilizarse para amenazar o atacar a otros países o para albergar o entrenar a terroristas; tampoco para planificar o financiar atentados”, explica el texto.
Aunque la Casa Blanca insiste en calificar el Quad de grupo informal, y en equipararlo a otras iniciativas regionales como la Asean —de la que forma parte China—, la crisis de los submarinos nucleares ha resaltado la importancia estratégica de esta iniciativa. Nadie menciona a China expresamente —ni el pacto Aukus ni el Quad—, pero el régimen de Pekín es el destinatario de la mayoría de los mensajes. No en balde “un Indopacífico abierto y libre, inclusivo” es la prioridad del Quad, casi su lema existencial, como han reiterado este viernes los cuatro dirigentes, lo que equivale a decir que su pretensión es mantener a raya las incursiones indebidas de China en sus aguas. Los cuatro defienden un orden arraigado “en el derecho internacional” que aspira a impulsar “sin dejarse intimidar por la coerción” -otro guiño a China, pero también a Corea del Norte- la seguridad y la prosperidad “en el Indopacífico y más allá”, reza el comunicado final.
Los tres países convocados por Biden son antagonistas de China en distintos grados, de la amenaza militar que representa para Japón, al alineamiento diplomático de última hora de Australia, pasando por la tradicional desconfianza hacia Pekín de la otra superpotencia asiática, la India. Según un borrador del comunicado final de la reunión, al que ha tenido acceso la agencia japonesa Kyodo News, los participantes tenían previsto advertir contra “cualquier intento de cambiar el statu quo en [aguas de] el mar de la China Meridional y el mar del Este de China”.
El comunicado final destaca la deseable desnuclearización de la península de Corea, con un llamamiento a Pyongyang para que se abstenga de “provocaciones”; el fin de la violencia en Birmania, así como la liberación de los presos políticos, y la disposición del grupo a “enfrentar los desafíos al orden marítimo basado en reglas”, una alusión a las áreas donde China está redoblando sus reivindicaciones territoriales. Incursiones de patrulleras chinas en aguas de las islas Senkaku, controladas por Japón —las islas Diaoyu en denominación de Pekín, que reclama su soberanía sobre ellas—, se han multiplicado este año. También preocupa una potencial escalada en el estrecho de Taiwán.
El objetivo oficial y confeso de la convocatoria del Quad —”una reunión informal de las principales democracias en el Indopacífico”, según altos funcionarios de la Casa Blanca— es potenciar la cooperación en una amplia gama de asuntos, como el despliegue de la red 5G —otro casus belli con Pekín—, dotación de becas en universidades de prestigio de EE UU, asuntos pesqueros, el suministro de semiconductores, la lucha contra el cambio climático o la contribución conjunta a la salud global. En marzo, los cuatro miembros del Quad anunciaron su objetivo de donar mil millones de dosis de vacunas contra la covid-19 antes de finales de 2022, reforzando a la vez la capacidad productiva de la India. La colaboración cuadrilateral en la pandemia “va por buen camino”, ha destacado Biden.
Hay también varios grupos de trabajo en el ámbito de la ciberseguridad. “No es una organización de seguridad regional”, insistió este jueves, en una entrevista telefónica con periodistas, un alto funcionario de la Casa Blanca. No obstante, reconoció, “la Administración de Biden entiende que los desafíos del siglo XXI se desarrollarán en gran medida en el Indopacífico, y estamos redoblando nuestros esfuerzos” para enfrentar la amenaza, según la misma fuente.
Desde que la Administración de Trump, tan belicosa hacia China como la de Biden aunque ambas aborden la confrontación de distinto modo, relanzase el foro del Quad, el grupo ha mantenido varios encuentros de alto nivel y realizado ejercicios militares conjuntos cada vez más importantes en la zona, como los últimos, en 2020, en el golfo de Bengala, al noroeste del océano Índico. El escenario donde, según Washington, se dirimirá el poder global en el siglo XXI.
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