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China acusa a EE UU, Reino Unido y Australia de fomentar una “carrera armamentística” con su pacto de defensa

Pekín advierte de que el acuerdo, dirigido a contrarrestar el creciente poderío militar chino en la región Indo-Pacífico, perjudicará la “paz y la estabilidad regionales”

El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Zhao Lijian, en una foto de archivo
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino Zhao Lijian, en una foto de archivoROMAN PILIPEY (EFE)
Macarena Vidal Liy

China ha reaccionado con ira al anuncio de la nueva alianza de seguridad entre Estados Unidos, el Reino Unido y Australia, que dotará a este último país de submarinos nucleares. En la rueda de prensa diaria del Ministerio de Exteriores en Pekín, el portavoz Zhao Lijian ha asegurado que la iniciativa solo servirá para alentar una “carrera de armamento” en Asia-Pacífico y “perjudicará la paz y la estabilidad regionales”.

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El acuerdo, conocido como AUKUS, incluirá a Australia en el exclusivo club de países con submarinos de propulsión nuclear, un tipo que permite desplazamientos mucho más largos sin necesidad de salir a la superficie. Hasta ahora, solo otras seis naciones cuentan con esas naves: EE UU, China, Rusia, Reino Unido, India y Francia. Australia será el único miembro que no cuente con un programa nuclear propio, sea militar o civil.

Aunque en el anuncio del pacto ninguno de los líderes firmantes mencionó por su nombre a China, la iniciativa nace para contrarrestar el creciente poderío militar de Pekín y servir de elemento disuasorio ante posibles ataques contra Taiwán y Japón, y su asertividad en el mar del Sur de China y en la región de Asia-Pacífico. El presidente estadounidense, Joe Biden, mencionó en la presentación de la asociación la necesidad de mantener una región de Indo-Pacífico “libre y abierta”, y de hacer frente al “actual ambiente estratégico”.

La iniciativa ha caído como una bomba en Pekín. El acuerdo no había salido a relucir en la conversación telefónica que Biden había mantenido 48 horas antes con el presidente chino, Xi Jinping, celebrada para tratar de encauzar una relación cada vez más deteriorada entre las dos grandes potencias, y para evitar que un desacuerdo pudiera degenerar en conflicto. El anuncio del pacto también llega antes de que la semana próxima se celebre en Washington una cumbre de la asociación informal de defensa conocida como Quad -India, Australia, Japón y Estados Unidos- que Pekín considera un intento de frenar su influencia en la región de Indo-Pacífico.

En su rueda de prensa, el portavoz Zhao -el más emblemático de los “lobos guerreros”, la nueva hornada de la diplomacia china más agresiva y nacionalista en sus declaraciones públicas- no ahorró palabras de condena. A su parecer, el acuerdo entre los tres países “socava enormemente la estabilidad regional y la paz, agrava la carrera de armamentos y perjudica los esfuerzos internacionales contra la proliferación”, sostuvo.

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Zhao también acusó a los tres aliados de “utilizar las exportaciones nucleares como herramienta geopolítica. Es algo extremadamente irresponsable”. Los socios de AUKUS “deberían abandonar su mentalidad de Guerra Fría y trabajar más por la paz y la estabilidad, o acabarán perjudicándose a sí mismos”.

El portavoz vino a poner en duda el compromiso de Canberra contra la proliferación nuclear tras el acuerdo, que le dotará de al menos ocho submarinos nucleares y que ha implicado la rescisión del contrato con la empresa francesa Naval para la adquisición de una docena de submarinos propulsados por combustible diesel. “Si Australia, como firmante del Tratado de No Proliferación Nuclear y del Tratado del Pacífico Sur como Zona Libre de Armas Nucleares, importa este tipo de tecnología de submarinos nucleares, sus vecinos y toda la comunidad internacional tendrán razones para poner en duda su sinceridad a la hora de cumplir esos pactos”, apuntó.

El primer ministro australiano, Scott Morrison, ha ofrecido conversar con Xi acerca del nuevo pacto, pero el portavoz de Exteriores chino aseguró desconocer ese gesto. En su lugar, acusó a Canberra, con quien Pekín ya arrastraba una difícil relación desde que ese Gobierno pidió explicaciones el año pasado a China sobre el origen de la pandemia de coronavirus, de ser la única culpable del deterioro en los lazos bilaterales. “Australia tiene que pensar si quiere ver a China como un socio o como una amenaza”, sostuvo.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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