Raja Mohan, experto en geopolítica: “Los choques fronterizos entre China y la India son un peligro constante”
El analista y académico indio sostiene que Pekín trata de alterar el ‘statu quo’ en las zonas fronterizas del Himalaya, y que las importaciones de Nueva Delhi de petróleo ruso no afectan a los intereses de Europa
La tensión en la frontera entre China y la India se eleva peligrosamente. El 9 de diciembre, decenas de soldados de los dos países más poblados del planeta se enfrentaron una vez más a puñetazos en el Himalaya, a más de 4.000 metros de altitud, muy cerca de Bután. “El peligro de escaramuzas fronterizas es constante”, sostiene Raja Mohan (Chirala, Estado de Andhra Pradesh, 70 años), periodista y académico indio especializado en geopolítica. “Y no se va a reducir a corto plazo”, añade el analista del Asia Society Policy Institute. Los enfrentamientos con piedras y porras entre chinos e indios se han sucedido en la última década en distintas zonas de los 3.440 kilómetros que separan a los dos gigantes asiáticos.
Decenas de soldados tuvieron que ser atendidos por contusiones, fracturas y cortes tras la escaramuza de este mes. Un acuerdo bilateral de 1996 establece que no se pueden utilizar armas de fuego en las zonas fronterizas, un pacto que se ha respetado salvo en contadas ocasiones y que claramente amortigua el riesgo de que un encuentro fortuito desemboque en masacre. El incidente más grave de las últimas cuatro décadas entre los ejércitos indio y chino tuvo lugar hace dos años, cuando murieron al menos una veintena de militares indios —algunos, arrojados por acantilados— y varios chinos en una zona helada cercana a Pakistán. “Si Rusia triunfa en Ucrania, China hará algo parecido en Asia”, comentaba Mohan el jueves pasado en una entrevista en Madrid, durante una visita con motivo del lanzamiento del Observatorio España-India, una iniciativa para impulsar el análisis y la reflexión sobre las relaciones entre ambos países.
Pregunta. ¿Por qué se producen estos choques a lo largo de la frontera?
Respuesta. Las reclamaciones territoriales de ambos países sobre zonas en disputa siempre han existido, pero a partir de los años ochenta se logró mantener la frontera en calma y el riesgo de escaramuzas pasó a ser prácticamente inexistente. Desde 2008, y sobre todo tras la llegada al poder de Xi Jinping [en 2013], China comenzó a sentirse mucho más fuerte y a tratar de alterar unilateralmente el statu quo en la frontera, con la construcción de infraestructuras en torno a ella, y elevando cada vez más el número de soldados en la zona y sus capacidades. No es algo que ocurra solo en el Himalaya, es la misma estrategia que vemos en el mar del Sur de China [donde Pekín se disputa la soberanía de unos islotes con Filipinas, Vietnam, Malasia, Taiwán y Brunéi] o en las presiones a Japón en el mar de la China meridional.
P. Sorprende que dos potencias atómicas se enfrenten con porras y piedras.
R. Afortunadamente, y a diferencia de lo que ocurre con Pakistán, la sombra nuclear nunca ha estado presente en este conflicto. Ninguno de los dos países ha desplegado armamento atómico cerca de la frontera ni ha recurrido a amenazar con su uso, pero no veo solución a corto plazo ni que se vaya a reducir la tensión. No hay atisbos de que China vaya a dejar de hacer incursiones sobre la Línea de Control Real [nombre que se utiliza para referirse a la frontera efectiva y sin pactar], y la India va a resistirse. La situación es realmente compleja; las tropas chinas e indias operan cada vez más cerca, en algunas de las zonas más remotas del mundo, y el peligro de que se produzcan escaramuzas es constante. Sospecho que algunas refriegas ni siquiera llegan a trascender.
P. La India es uno de los mayores importadores mundiales de armamento y uno de los principales compradores de Rusia. ¿Hay cierta dependencia militar de Moscú?
R. En los últimos años se ha llegado a acuerdos con otros países, como Estados Unidos, Francia o Israel, y últimamente no se han adquirido armas modernas rusas. Sin embargo, las Fuerzas Armadas indias tienen tanto armamento ruso de las últimas décadas que necesitamos que Moscú nos siga vendiendo municiones y las piezas necesarias para el mantenimiento y las reparaciones. Y ante el contexto actual, con China y Rusia proclamando una alianza sin límites, resulta clave que podamos seguir comprando material ruso, a la vez que se diversifican las importaciones y se impulsa la producción interna.
P. Lo que sí ha aumentado muchísimo en los últimos meses son las importaciones de petróleo ruso a un precio mucho más barato que el que habrían pagado los países de la UE.
R. La economía india es profundamente sensible a la inflación y el 90% del petróleo que se consume en el país es importado. Si hay crudo barato en el mercado, la India va a comprarlo, que además no depende energéticamente de ningún país, a diferencia de lo que se ha demostrado en Europa. A nosotros nos interesaría que se levantaran las sanciones a Irán y Venezuela y que hubiera mucho más petróleo en el mercado.
P. Las importaciones chinas e indias merman los efectos de las sanciones europeas sobre la economía rusa, y algunas capitales europeas critican que la India haya descartado sumarse a la fijación de un tope al precio del petróleo ruso.
R. No deberían criticarnos cuando ni siquiera el conjunto de la UE ha dejado de importar gas y petróleo ruso, y todavía hay posiciones tan distintas sobre cómo alcanzar la paz como las que representan Francia o Polonia. No cabe duda de que es absolutamente inaceptable lo que Rusia está haciendo en Ucrania, y es fundamental que la UE se mantenga unida para contrarrestar la agresión rusa. Si Rusia acaba triunfando, Europa se verá sumida en el caos y China hará lo mismo en Asia. Tal y como ha dicho el primer ministro japonés [Fumio Kishida] ‘Ucrania es el futuro de Asia’, pero las importaciones indias de petróleo ruso no perjudican a los intereses de Europa. Estados Unidos, más pragmático que algunos países europeos, ha comprendido que si China y la India no comprasen petróleo ruso, Occidente estaría pagando un precio todavía mucho más alto por el crudo de Oriente Próximo.
P. Los presidentes Narendra Modi y Vladímir Putin conversan frecuentemente y el Gobierno indio ha optado por abstenerse en las resoluciones de condena a Rusia aprobadas en la ONU. ¿Cree, como algunos analistas, que la India podría mediar entre Moscú y Kiev?
R. Creo que nos sobreestiman. La India puede tratar de influir en algunas cuestiones, como lo hizo durante el acuerdo para la exportación del grano retenido, pero forzar a negociar una paz duradera no es algo que esté a su alcance.
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