El pacto de Hunter Biden con la fiscalía para evitar la cárcel queda en el aire por las dudas de una jueza nombrada por Trump
El acuerdo ahora aplazado preveía que el hijo del presidente se declarara culpable de dos delitos fiscales para eludir otro cargo de posesión de armas cuando era adicto a las drogas
Nuevo revés para el presidente Joe Biden protagonizado por su hijo Hunter Biden. El acuerdo con la fiscalía por el que su primogénito iba a declararse culpable de dos delitos fiscales menores para evitar ser condenado por un cargo más grave, la posesión ilegal de un arma en su etapa de adicto a las drogas, ha encallado este miércoles en un tribunal federal de Wilmington (Delaware). La vista, presidida por la jueza Maryellen Noreika —nombrada por el entonces presidente Donald Trump—, ha aplazado la decisión sobre el acuerdo alcanzado con la acusación el mes pasado, mediante el cual el vástago del mandatario iba a declararse culpable del impago de 100.000 dólares en impuestos en 2017 y 2017, a cambio de eludir una condena por el otro caso, que podría conllevar hasta 10 años de cárcel. Las dudas de la jueza sobre el alcance de la inmunidad y la petición de información más detallada a las partes han dejado momentáneamente en el aire la solución de un caso con una derivada política clara: su utilización por los republicanos como arma arrojadiza contra el presidente.
Tras una vista dramática que se ha prolongado tres horas, con repetidos anuncios inesperados y varios cambios de opinión, la jueza ha aplazado su decisión al dudar del alcance de la inmunidad que el acuerdo otorgaba a Biden frente a la persecución de otros posibles delitos, incluidas las infracciones relacionadas con la representación de Gobiernos extranjeros. Apenas media hora antes de conocerse el aplazamiento, se daba por sellado un pacto de alcance más limitado, en el que Biden se habría declarado culpable de los dos delitos fiscales, pero sin obtener protección frente al tercero. Al final, según la agencia Efe, Hunter Biden ha retirado su declaración de culpabilidad al no tener garantizado que se pueda librar de todos los cargos que se le imputan ni lograr el pretendido blindaje contra el delito más grave. Noreika pidió a las partes que introdujeran cambios en el documento inicial.
Según el documento inicial, el hijo mayor del presidente iba a declararse culpable de no pagar 100.000 dólares (unos 90.000 euros a cambio de hoy) en impuestos sobre más de 1,5 millones de dólares (1,3 millones de euros) en ingresos en esos ejercicios, aunque la deuda ya se ha regularizado. La pena máxima por esos delitos sería de un año de prisión, que teóricamente no iba a cumplir de haberse aprobado el pacto con la fiscalía. Además, también se iba a borrar de su expediente la posesión ilegal de una Colt Cobra del calibre 38 Special durante 11 días en octubre de 2018. Este tipo de pacto suele ser una alternativa para delincuentes no violentos con problemas de abuso de estupefacientes. El cargo conlleva una pena máxima de 10 años de prisión. Según el documento registrado en junio por la fiscalía, el acusado admitió los tres cargos.
El incidente de Hunter Biden con la pistola se produjo durante su etapa de adicción a las drogas y el alcohol, provocada, como contó en sus memorias, por la muerte en 2015 de su hermano mayor, Beau, por un tumor cerebral. Los republicanos utilizan estos episodios protagonizados por el hijo del presidente para debilitar políticamente a su padre.
Todos daban por hecho que el acuerdo saldría adelante. Según su abogado, la investigación, que se ha prolongado durante cinco años, se cerraría con el visto bueno de la jueza. “Sé que Hunter cree que es importante asumir la responsabilidad de estos errores que cometió durante un periodo de agitación y adicción en su vida”, dijo el mes pasado al anunciarse el pacto. “Está deseando continuar con su recuperación y seguir adelante”.
El acuerdo habría evitado un juicio estruendoso en plena campaña electoral para 2024, pero lo sucedido este miércoles en Wilmington da nueva munición a los republicanos, que insisten en que Hunter Biden consiguió un trato de favor, a diferencia de los problemas con la justicia de su correligionario y favorito para las primarias presidenciales en 2024, Donald Trump. Los republicanos denuncian un doble rasero gracias al cual el hijo de Biden salía bien parado de la investigación, mientras que el candidato republicano a la reelección afronta una probable imputación, la tercera desde abril, por intentar revertir el resultado de las elecciones de 2020. “La gente está que trina por la estafa de Hunter Biden con el Departamento de Justicia”, escribió el mes pasado Trump en Truth, su red social.
Por esa razón, los republicanos del Congreso, entre los que aumentan las voces a favor de un impeachment —aún por causas sin definir— contra el presidente demócrata, están llevando a cabo sus propias investigaciones sobre los negocios de Hunter Biden, incluidos los pagos en el extranjero y su controvertido papel en Ucrania como consejero de la empresa gasística Burisma cuando su padre era vicepresidente de Barack Obama, una actividad que los republicanos califican de tráfico de influencias y conflicto de interés, aunque nunca se ha hallado ninguna prueba que implique al presidente demócrata.
Los problemas con la justicia de Hunter Biden se han convertido en un dolor de cabeza para el mandatario, pese a lo cual declara públicamente con frecuencia lo orgulloso que está de su hijo. El hecho de que este se declarara culpable daba argumentos a los demócratas para contrarrestar las acusaciones de instrumentalización política de la justicia, hasta el varapalo judicial de este miércoles, que abre un escenario incierto en la política estadounidense y, sobre todo, en la campaña electoral de Biden si su hijo es finalmente llevado a juicio.
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