China afirma que el pacto de submarinos nucleares de la alianza Aukus desatará una “carrera armamentística”
Pekín considera que la futura transferencia de tecnología atómica de EE UU y el Reino Unido a Australia va contra los acuerdos internacionales de no proliferación. Rusia se suma a la preocupación china
China y Rusia han arremetido este martes contra el nuevo de submarino de propulsión nuclear que desarrollarán Estados Unidos, el Reino Unido y Australia en las dos próximas décadas. El proyecto, anunciado este lunes, es la principal consecuencia hasta ahora de la alianza militar conocida como Aukus que los tres países constituyeron a finales de 2021 como medida disuasoria frente a la militarización de China en Asia-Pacífico. Pekín considera que el acuerdo, presentado en una cumbre trilateral en California entre el presidente estadounidense, Joe Biden, el primer ministro británico, Rishi Sunak, y el jefe del Gobierno australiano, Anthony Albanese, “únicamente estimula una carrera armamentística”, según ha asegurado Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, en una comparecencia rutinaria. Para Washington, Londres y Camberra se trata, en cambio, de un movimiento dirigido a aumentar la capacidad disuasoria del grupo en la región frente a una China que moderniza su flota a marchas forzadas. Rusia se ha sumado al rechazo chino al submarino al considerar que “suscita preguntas” sobre la proliferación de armas atómicas en el mundo.
“Esta es una mentalidad típica de la Guerra Fría, que solo estimulará una carrera armamentística, socavará el sistema internacional de no proliferación nuclear y perjudicará la paz y la estabilidad regionales”, ha dicho el portavoz Wang. El presidente chino, Xi Jinping, aseguró este lunes, el mismo día en que se hacía efectivo el acuerdo de Aukus, que pretende modernizar el Ejército Popular de Liberación para convertirlo en “una gran muralla de acero” capaz de garantizar la soberanía nacional y el desarrollo del país.
China ve con creciente preocupación la presencia de EE UU y sus aliados en la región. En los últimos días, tanto Xi como el nuevo ministro de Exteriores del país, Qin Gang, han expresado su firme rechazo a lo que consideran una estrategia de “supresión y contención” encabezada por Washington, y que se desarrolla en numerosos campos que van del bloqueo en la venta de semiconductores avanzados a China al refuerzo de los lazos estadounidenses con otras países de la región, como Japón o Filipinas. Qin llegó a asegurar en su comparecencia que si Estados Unidos no “pisa el freno” se corría el riesgo de llegar al “conflicto”.
El acuerdo para fabricar submarinos es la iniciativa de mayor calado anunciada por esta alianza a tres bandas, sellada en septiembre de 2021 con el fin de aunar estrategias y capacidades militares en Asia. En la primera fase, ya en marcha, submarinos británicos y estadounidenses viajarán a Australia para realizar maniobras de formación. A partir de ahora, Camberra comenzará a construir instalaciones para producir y albergar nuevos buques y los de sus dos aliados. En 2027, una fuerza de submarinos de Estados Unidos y el Reino Unido rotará en Australia. En la siguiente fase, a principios de la década de 2030, cuando Camberra jubile su flota de submarinos diésel, en paralelo al desarrollo del nuevo buque, Australia adquirirá a EE UU tres submarinos nucleares de clase Virginia que ya están en construcción, con opción de adquirir otros dos. A finales de esa década arrancará la fase tres, con la construcción de un nuevo submarino, el SSN Aukus.
“Nuestro acuerdo sobre Aukus es parte de nuestro compromiso compartido con un Indo-Pacífico libre y abierto”, dijo Biden el lunes en una breve comparecencia en la base naval de Point Loma, en San Diego, junto a un submarino nuclear estadounidense. Sunak destacó entre los “desafíos”, la “creciente asertividad” de China y “el comportamiento desestabilizador de Irán y Corea del Norte”, que “amenazan con crear un mundo definido por el peligro, el desorden y la división”. Frente a esta realidad, el primer ministro británico destacó: “Es más importante que nunca que fortalezcamos la capacidad de resistencia de nuestros propios países”.
La misión diplomática de China ante Naciones Unidas ha mostrado también de inmediato su oposición frente a lo que considera “un acto flagrante que constituye un grave riesgo de proliferación nuclear, socava el sistema internacional de no proliferación, alimenta la carrera armamentística y daña la paz y la estabilidad en la región”, según ha publicado este martes en redes sociales. En un comunicado, subraya la “ironía” de que dos Estados con armas nucleares (Estados Unidos y el Reino Unido) transfieran toneladas de uranio enriquecido apto para armas a otro Estado sin armas nucleares, “violando claramente el objeto y el propósito” del Tratado de no Proliferación”.
En el ambiente de esta renovada tensión geopolítica, con tintes de nueva guerra fría, se encuentra la volátil situación de Taiwán, la isla autogobernada que China considera una parte irrenunciable de su territorio y a la que EE UU surte de armas. La visita al enclave en agosto por parte de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes estadounidense, Nancy Pelosi, enfureció a Pekín, que reaccionó con ejercicios militares de una intensidad desconocida en aguas del estrecho de Taiwán. Las relaciones con Washington tocaron mínimos, remontaron en noviembre tras un encuentro entre los presidentes Biden y Xi en la cumbre del G-20 en Bali (Indonesia), pero volvieron a deshilacharse en febrero, después de que la Casa Blanca ordenara derribar un globo chino que había entrado en terreno estadounidense sin permiso.
Con un mensaje similar al expresado por China, el Kremlin ha recibido con preocupación el anuncio de una nueva generación de submarinos nucleares de quien considera hoy su gran enemigo, lo que denomina despectivamente “el mundo anglosajón”. “Aquí surgen muchas cuestiones relacionadas con el problema de la no proliferación [nuclear]. Se necesita una transparencia especial aquí, y se debe responder a las preguntas que están surgiendo”, ha manifestado el portavoz de Vladímir Putin, Dmitri Peskov.
Rusia suspendió su participación en el tratado para la reducción de las armas estratégicas New Start el pasado 21 de febrero. Entre sus demandas para volver a cumplir sus compromisos figura que Reino Unido, presente en Aukus, también participe en el acuerdo.
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