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Una quincena de países de la OTAN acuerdan crear un “escudo antimisiles” europeo

España no participa en el proyecto liderado por Alemania para comprar de manera conjunta un sistema de defensa antiaérea, que se integraría con el de la Alianza Atlántica

Los ministros de Defensa de los países de la OTAN en la sede de la alianza en Bruselas, este jueves.
Los ministros de Defensa de los países de la OTAN en la sede de la alianza en Bruselas, este jueves.STEPHANIE LECOCQ (EFE)
María R. Sahuquillo

El proyecto alemán para crear un escudo europeo antimisiles va tomando forma. Catorce países europeos miembros de la OTAN y Finlandia, candidato a la alianza militar, han firmado este jueves una carta de compromiso que pone los cimientos de la iniciativa conocida como European Sky Shield (Escudo Europeo del Cielo) que, liderada por Berlín, planea integrar los sistemas de defensa antiaérea de los participantes para hacer frente a la amenaza de los misiles rusos en un momento en el que Moscú continúa elevando el tono de sus amenazas contra Occidente. “Tenemos que movernos rápido ahora”, ha recalcado la ministra de Defensa alemana, Christine Lambrecht, tras la firma en la sede de la Alianza Atlántica en Bruselas. “Es importante que se cierren las brechas [en nuestra defensa], porque todos vemos en qué tiempos vivimos: estos son tiempos peligrosos y desafiantes”, ha añadido Lambrecht.

España no está por ahora dentro del proyecto de cooperación y compra conjunta, que se podría desplegar a través de la OTAN. Berlín no ha propuesto a Madrid “formalmente” su participación en la iniciativa, según la ministra de Defensa española, Margarita Robles, que ha explicado este jueves que, si se plantease el ofrecimiento, España “lo estudiaría”. En el programa, que mencionó en agosto el canciller alemán, Olaf Scholz, participarán junto a Alemania y Finlandia, Bélgica, Bulgaria, República Checa, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Países Bajos, Noruega, Eslovaquia, Eslovenia, Rumania y el Reino Unido.

La OTAN ya tiene un escudo antimisiles, ideado sobre todo para evitar un ataque de cohetes balísticos (de muy largo alcance) provenientes de territorios como Irán o Corea, pero que en su momento desató grandes recelos de Rusia. El escudo de la Alianza Atlántica consiste en un sistema de radares situados en Turquía, que detectarían el lanzamiento de un misil balístico en el espacio para después destruirlo desde tierra firme o desde barcos, que están amarrados en la base en la ciudad española de Rota, en Cádiz.

El nuevo escudo europeo está destinado a cubrir lagunas, según Berlín, y se integraría en el programa de la Alianza Atlántica, ha explicado su secretario general adjunto, Mircea Geoana. “Los nuevos activos, totalmente interoperativos y perfectamente integrados dentro de la defensa antiaérea y antimisiles de la OTAN, mejorarían significativamente nuestra capacidad para defender a la Alianza de todas las amenazas aéreas y de misiles”, ha comentado Geoana.

El escudo europeo, apuntan fuentes aliadas, tendrá varias capas para interceptar diferentes tipos de misiles desde distintas alturas, y podría conectar varios modelos de sistemas de defensa antiaérea, como los Arrow 3 israelíes, los Patriot de fabricación estadounidense y los Iris-T alemanes.

La guerra de Rusia en Ucrania ha acelerado un cambio de modelo de defensa en Alemania, que ha lanzado un fondo de 100.000 millones de euros para modernizar sus Fuerzas Armadas, y ha sacudido la arquitectura de seguridad europea. El resultado de la invasión ordenada por el presidente ruso, Vladímir Putin, ha derivado en un rearme de los países de la UE, sobre todo para enviar material a Ucrania, y en la fulminación del estatus de neutralidad de Finlandia y Suecia, que ahora aguardan su entrada en la OTAN.

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También ha derivado en iniciativas conjuntas como el escudo europeo antimisiles liderado por Alemania. Su creación, sin embargo, no será rápida. Berlín ha afirmado que es probable que no esté operativo hasta dentro de muchos meses, quizá incluso años, en función de la capacidad de producción, ya muy tensionada, de la industria de defensa. Alemania ya está en conversaciones con Israel para adquirir el Arrow 3 —capaz de interceptar misiles fuera de la atmósfera—, pero la compra (que ascendería a unos 2.000 millones de euros) y la instalación podrían no completarse hasta 2025, según Berlín.

Los países europeos miembros de la OTAN también se están moviendo para tratar de reponer sus reservas de armamento, muy tocadas tras los acuerdos de suministro a Ucrania, y exploran otras vías de cooperación para las compras conjuntas. En julio, la Unión Europea puso sobre la mesa un paquete de 500 millones de euros para compras conjuntas de los Estados miembros. Los ministros de Defensa de la OTAN han tratado este jueves en Bruselas también la reposición de los inventarios.

Borrell advierte a Putin de que un ataque nuclear provocaría una respuesta militar que “aniquilaría” al ejército ruso

Silvia Ayuso

El presidente ruso, Vladímir Putin, haría mejor en no “marcarse faroles” agitando la amenaza de un ataque nuclear, porque la “respuesta militar” de la comunidad internacional a una agresión atómica sería tan “potente” que resultaría en una “aniquilación” del ejército ruso, advirtió este jueves el alto representante para Política Exterior de la UE, Josep Borrell.

“Putin está diciendo que no se está marcando un farol [con la amenaza nuclear], pero es que no puede permitírselo, no puede. Y tiene que tener claro que los que apoyan a Ucrania, la UE, los Estados miembros, Estados Unidos y la OTAN tampoco se están marcando un farol y que cualquier ataque nuclear contra Ucrania provocará una respuesta de la comunidad internacional”, dijo Borrell en un discurso en la ciudad belga de Brujas.

“Cualquier ataque nuclear contra Ucrania provocará una respuesta. No será una respuesta nuclear, pero sí una respuesta militar tan poderosa que el ejército ruso sería aniquilado”, subrayó Borrell durante la inauguración de la Academia Diplomática Europea, con la que el bloque comunitario quiere formar a sus propios diplomáticos.

Aunque el término “aniquilar” usado por Borrell suene más duro de lo habitual, su discurso se inscribe en la larga lista de advertencias que las potencias e instituciones internacionales, desde Washington a la OTAN, han lanzado a Rusia desde que Putin evocara la amenaza nuclear, subrayan fuentes comunitarias. “El uso o despliegue de armas nucleares sería un punto de inflexión total”, recordó en este sentido el portavoz para Asuntos Exteriores de la Comisión, Peter Stano.

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

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