Berlusconi incendia el final de la campaña italiana al justificar la invasión rusa en Ucrania
Las tensiones con la Unión Europea crecen a solo 24 horas de las elecciones. Salvini convoca una protesta en la sede de la Comisión Europea en Roma por lo que considera injerencias de Von der Leyen
Silvio Berlusconi, líder de Forza Italia, es amigo íntimo de Vladímir Putin. Se conocen desde hace años y el italiano lo considera “un hermano pequeño”. Ambos han compartido cacerías y fiestas. También estrategias comerciales y económicas. El dueño de Mediaset, miembro de la coalición que todas las encuestas señalan que gobernará Italia después de las elecciones del domingo, fue el primer mandatario occidental en viajar a Crimea cuando fue anexionada y fue el encargado de organizar la puesta en escena que normalizase al presidente ruso con un acercamiento a Estados Unidos en 2002. Era cuestión de tiempo, pensaban muchos en Italia, que terminase poniendo paños calientes a la invasión rusa en Ucrania. Sucedió el jueves en prime time, en el programa de Rai 1 Porta a Porta. “Las tropas debían entrar, en una semana llegar a Kiev, sustituir el Gobierno de [Volodímir] Zelenski por un Gobierno de gente decente y en una semana volver. En cambio, encontraron una resistencia imprevista, que se fortificó con armas de todo tipo procedentes de Occidente”, dijo el candidato incendiando la campaña electoral justo 24 horas antes de que terminase y elevando el temor en Europa a las posturas más extremas de la coalición de derechas que presumiblemente gobernará Italia a partir del lunes.
Berlusconi no se conformó con esas palabras y llamó a la invasión “operación especial”. Se permitió también explicar el fondo de la cuestión y comentar la estrategia. Según él, Putin “cayó” en comenzar la guerra “porque una misión de las dos repúblicas prorrusas del Donbás habló con todo el mundo, con los periódicos, la televisión y los ministros del partido y habló con él, diciendo que Zelenski había aumentado los ataques de sus fuerzas contra ellos y sus fronteras”. A esa hora el problema era ya mayúsculo en la coalición de derechas.
Las opiniones de Berlusconi no son nuevas. Tampoco el respaldo a su amigo. Pero durante la campaña electoral se había cuidado muchísimo de no atenuar la agresión. Un tema demasiado sensible y que la propia Giorgia Meloni, líder del partido ultraderechista Hermanos de Italia y favorita en las encuestas para ganar las elecciones del domingo, había asegurado que no se discutiría. Además, Berlusconi ha presentado a Forza Italia, un partido en descomposición encargado hoy de blanquear a la extrema derecha, como el garante de que se cumplirán los compromisos con la Unión Europea y la OTAN. Meloni, interrogada por el asunto en su cierre de campaña en Nápoles, quiso quitar hierro al asunto y aseguró que las palabras de Il Cavaliere había sido ya matizadas.
Berlusconi —o sus asesores— se han dado cuenta al día siguiente de la metedura de pata y han intentado arreglarlo matizando su posición sobre la guerra: el dirigente aseguró que esta es “injustificable e inaceptable”. “Bastaba con ver la entrevista completa, no solo una frase extrapolada, simplificada posteriormente, para entender cuál es mi pensamiento, que se sabe desde hace tiempo. La agresión contra Ucrania es injustificable e inaceptable, la posición de Forza Italia es clara: siempre estaremos con la UE y la OTAN”, aseguró en sus redes sociales. El problema es que su indisimulada cercanía con Putin es totalmente compartida con el otro socio de la coalición, Matteo Salvini. El líder de la Liga también aboga por la retirada de las sanciones e, incluso, estuvo a punto de viajar a Rusia en julio para mediar con el Kremlin.
Las declaraciones de Berlusconi han causado malestar e inquietud en los socios europeos de la derecha italiana, que se han apresurado a marcar distancias y subrayar su apoyo “inequívoco” a Ucrania, informa desde Bruselas Silvia Ayuso. “La posición del PPE es inequívoca: condenamos la guerra de agresión de Putin contra Ucrania. Estaremos del lado del pueblo ucranio hasta que gane la guerra”, ha escrito el Partido Popular Europeo (PPE) en su cuenta oficial de Twitter.
La formación europea —a la que pertenecen tanto la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y la del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, ambas extremadamente críticas con Putin e instigadoras de las sanciones— quiso subrayar el “cristalino” apoyo de Forza Italia, el partido de Berlusconi, a “Ucrania en su lucha contra la guerra ilegal de Rusa”. Aunque el presidente del PPE, el alemán Manfred Weber, no se ha pronunciado sobre las palabras de Berlusconi, el secretario general de la formación, Thanasis Bakolas, también fue tajante: “El PPE ha condenado desde el primer día la invasión rusa. [...] Cualquier intento de sugerir algo diferente es absurdo. Punto”. El problema es que la tensión con la UE era ya bidireccional en ese momento y los errores no llegaban solo desde Roma.
La misma madrugada, en un encuentro con público en la Universidad de Princeton, Von der Leyen, tampoco había tenido su momento más hábil. Interrogada sobre “si le preocupaban las elecciones en Italia considerando que algunos de los políticos que se presentan tenían vínculos con Putin”, dejó abierta una peligrosa puerta. “Veremos el resultado de las elecciones, acabamos de tener elecciones en Suecia también. Mi enfoque es que con cualquier Gobierno democrático que esté dispuesto a trabajar con nosotros, trabajaremos juntos (...). Si las cosas van en una dirección difícil, y ya he hablado de Hungría y Polonia, tenemos instrumentos”, respondió la política alemana.
Las palabras de la presidenta de la Comisión Europea fueron interpretadas por el líder de la Liga, Matteo Salvini, como una injerencia. “Que pida perdón o dimita”, expresó el político italiano. “A tres días de las elecciones, es institucionalmente incorrecto amenazar a los italianos”, señaló. Luego convocó una protesta en la sede de la Comisión en Roma, que agudizó todavía más la tensiones con Bruselas. Meloni volvió a intentar quitar hierro desde el acto de Nápoles, pero cada vez era más complicado.
La Comisión Europea rechazó que Von der Leyen haya interferido en la campaña electoral italiana. El portavoz de la Comisión, Eric Mamer, aseguró que su comentario se refería a “procedimientos en curso con otros Estados miembros”, en referencia a la propuesta para suspender el desembolso de fondos europeos por valor de 7.500 millones de euros a Hungría por sus continuas violaciones a los principios del Estado de derecho.
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