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Charles Michel: “Necesitamos actuar ya en el mercado eléctrico, la UE se juega su credibilidad”

El presidente del Consejo Europeo critica a la Comisión por no haber intervenido antes para contener los precios de la energía

María R. Sahuquillo
Charles Michel
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, el jueves, durante la entrevista en la sede de la institución europea.Delmi Alvarez

Mientras el presidente ruso, Vladímir Putin, juega la carta de la paciencia, con la perspectiva de una guerra larga en Ucrania y una tenaza cada vez más dura en torno a la llave del gas, con una reducción del suministro que está afectando a los precios de la energía y a los bolsillos de los ciudadanos, el presidente del Consejo Europeo, el belga Charles Michel (Namur, 46 años), lo tiene claro: no hay tiempo que perder para intervenir en el mercado de la energía. “Necesitamos actuar”, dice, “es una cuestión de credibilidad de la UE”. En una entrevista este jueves con un grupo de medios europeos, entre ellos EL PAÍS, Michel, liberal, critica a la Comisión Europea por tardar en plantear cuestiones prácticas y aboga por abordar el debate de limitar los precios. Al mismo tiempo que Michel habla, el Ejecutivo trabaja en un conjunto de medidas adelantadas por este diario. El jefe del Consejo Europeo cree que no hay grietas en la solidaridad europea y tampoco, de momento, en el consenso del apoyo a Ucrania, pero reconoce que el aumento de los precios de la energía “volverán a poner a prueba la unidad de los Veintisiete”.

Pregunta. Estamos ante una situación complicada con los precios de energía por las nubes y debates sobre ello en el Consejo Europeo. ¿Qué se va a hacer?

Respuesta. Claramente, la energía es el tema número uno, aunque no hemos descubierto este problema hoy. Antes de la guerra en Ucrania éramos conscientes de que nos enfrentaríamos a grandes problemas en este campo. En octubre [de 2021] ya iniciamos en el Consejo Europeo el debate sobre energía y hemos tenido varios consejos con conclusiones en las que los líderes de la UE han invitado a la Comisión Europea a presentar propuestas. Hay varios aspectos a gestionar. Primero, la demanda. Está bien que la Comisión propusiera a los Estados reducir el consumo de gas un 15%. Necesitamos hacer lo mismo con la electricidad. El segundo aspecto es el suministro. Debido a las decisiones de Rusia, tenemos alrededor del 30% menos de gas ruso que el año pasado [la entrevista se hizo antes de que Rusia anunciara que corta el suministro a través del Nord Stream]. El problema de los precios es enorme. Necesitamos actuar. Es una cuestión de credibilidad de la Unión Europea. Hace dos años, cuando empezamos a enfrentarnos al covid-19, tuvimos algunas dificultades las primeras semanas, pero luego pudimos actuar juntos para poder tomar decisiones. ¡Así tenemos que actuar ahora!

P. De forma práctica.

R. Debemos abordar la cuestión de los límites de precios [en la electricidad]. Esto no es nuevo, tampoco empezamos este debate hoy. Por eso hemos invitado a la Comisión varias veces a hacer propuestas concretas. Un debate ideológico sobre los instrumentos no es suficiente, necesitamos propuestas concretas y operativas. Por supuesto, todos podemos entender el papel del gas en la definición de los precios de la electricidad en circunstancias normales, pero no estamos en circunstancias normales. No es un secreto que muchos mandatarios abogan por desvincular el precio del gas y el de la luz. No debemos evitar más este debate. Probablemente, sea complejo y lleno de tecnicismos, pero estoy absolutamente seguro de que podemos actuar con mucha rapidez. Es extraordinariamente urgente que la Comisión ponga propuestas sobre la mesa. No podemos permitirnos el lujo de esperar más semanas y meses. ¡Es ahora cuando necesitamos las propuestas!

P. Ya en marzo, el presidente español, Pedro Sánchez, reclamó una intervención en el mercado energético en España y en ese momento nadie le escuchó. ¿Llega tarde la Comisión?

R. En la crisis de precios, sí. Tengo una opinión equilibrada. Por un lado, la Comisión había desempeñado un papel muy importante en decisiones sobre reservas. Esto es bueno. También hizo propuestas para reducir la demanda de gas. Pero el Consejo le pidió varias veces propuestas para limitar las subidas de precios. Es cierto que tuvimos debates difíciles entre los líderes, que no todos tienen la misma opinión sobre los topes de precios, de desvincular los precios del gas y la electricidad. Pedimos a la Comisión que presentara propuestas teniendo en cuenta estas diferencias de opinión. Honestamente, ¿cómo podemos explicarle a la gente de la UE que paga la electricidad a este nivel y, al mismo tiempo, las empresas de energía obtienen grandes ganancias? No es posible explicarlo. Debemos recibir estas propuestas lo antes posible y luego el Consejo decidirá. Tenemos que recuperar el tiempo perdido. Espero que antes de octubre podamos tomar medidas concretas y medidas urgentes.

P. ¿Le preocupa que el apoyo político a Ucrania desaparezca a medida que los votantes se enfrenten a fuertes aumentos en las facturas de energía y el costo de vida?

R. Todos esos desafíos están interrelacionados y está claro que enfrentamos dificultades por las consecuencias de la guerra de Rusia contra Ucrania. Es importante que las democracias obtengan el apoyo de los ciudadanos, porque esta es su legitimidad. El verano pasado ya tuvimos los primeros indicios de dificultades con la energía y la inflación y tuvimos en octubre el primer debate sobre ello. El comienzo de la invasión de Ucrania hace que todo sea mucho más difícil. Y es muy importante no olvidar que para nuestros ciudadanos y empresas la subida del precio del gas y de la electricidad es una catástrofe. Por eso es sumamente importante tomar medidas para mitigar [su impacto]. Debemos invertir en la transformación de nuestro modelo económico, la agenda verde. Tenemos algunos Estados miembros con un alto nivel de deuda y necesitamos dar la señal de que nuestra política fiscal es sólida. Y al mismo tiempo, las consecuencias para los ciudadanos son importantísimas, porque si no somos capaces de apoyarlos, se corre el riesgo de que perdamos su confianza. Y eso es un problema para las instituciones democráticas que representamos.

P. Estados Unidos ha prometido más material de defensa que los Estados de la UE. El programa de asistencia macrofinanciera que se prometió es mucho menos de los 5.000 millones de euros que necesita el Gobierno ucranio cada mes.

R. Unas horas después del comienzo de la guerra, decidimos, por primera vez en la historia europea, proporcionar equipo militar a Ucrania. Y está el apoyo de la UE y el apoyo de los Estados miembros… Todo el apoyo no es público, en términos de apoyo militar bilateral.

P. ¿Hay grietas en la unidad de la UE sobre las sanciones a Rusia, con miembros con posturas mucho más blandas, como Hungría, que ha firmado incluso un nuevo contrato de suministro de gas?

R. La unidad nunca es espontánea. En los últimos seis meses pudimos llegar a acuerdos en cada paquete de sanciones. En las conclusiones del Consejo Europeo de marzo, mayo y junio estuvimos sistemáticamente unidos en esos temas. No significa que no tengamos diferentes sensibilidades, diferentes opiniones sobre algunos temas, pero en el centro de nuestra estrategia hacia Ucrania pudimos estar unidos.

P. ¿Y la ciudadanía europea?

R. Contamos con todos los líderes a nivel nacional para explicar a la opinión pública europea por qué es importante ser duro contra Rusia, por qué es una cuestión de libertad, de principios democráticos. Necesitamos explicar a la opinión pública que Rusia está atacando al pueblo y al territorio ucranio, pero también está atacando los principios fundamentales.

P. Imaginemos que hay interrupciones en el suministro en muchos Estados miembros este invierno y que el gas fluye libremente en Hungría, por ejemplo. ¿Se explicará a los ciudadanos entonces que puede ser el precio a pagar por la democracia?

R. Si, hipotéticamente, en unos meses nos encontramos ante una decisión de Rusia de simplemente cortar el gas a unos mientras otros siguen teniendo acceso a este gas ruso, habrá un impacto en la competitividad y en el mercado interior. No sería algo baladí ni una sorpresa. Durante mucho tiempo, antes de la guerra en Ucrania, Rusia ha tratado sistemáticamente de sembrar la discordia y de socavar la unidad europea. Estamos acostumbrados. Pero el proyecto europeo se basa en una serie de valores que han estado en el núcleo del éxito de la UE. No podemos tolerar que un país, Rusia, miembro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, decida lanzar en una noche, la primera noche de la guerra, 1.600 misiles sobre Ucrania. Si permitimos que esto suceda, otros países no serán inmunes a la misma brutalidad.

P. ¿Cree que hay un problema de solidaridad en Europa?

R. No, al contrario. Durante los primeros seis meses de la guerra, logramos estar extremadamente unidos en cuanto a las sanciones y el apoyo a Ucrania. Ahora las dramáticas consecuencias de la guerra en los precios de la energía volverán a poner a prueba nuestra unidad. Será difícil, pero podemos estar unidos y ser rápidos. Tenemos que arremangarnos y tomar medidas. Lo que está sucediendo es una prueba de credibilidad para el proyecto europeo. Debemos actuar sobre tres pilares: la [reducción de la] demanda energética, el apoyo al suministro y, por último, los precios, por los que no podemos esperar más.

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

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