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Hungría se desmarca de nuevo de la UE para obtener más gas de Rusia

Budapest envía a su ministro de Exteriores a Moscú para tratar de adquirir 700 millones de metros cúbicos de gas adicionales al año

El jefe de la diplomacia húngara, Péter Szijjártó, en la rueda de prensa de este jueves con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, en Moscú.
El jefe de la diplomacia húngara, Péter Szijjártó, en la rueda de prensa de este jueves con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, en Moscú.HANDOUT (AFP)
Javier G. Cuesta

El ministro de Exteriores húngaro, Péter Szijjártó, visitó este jueves Moscú por sorpresa para pedir al Kremlin que aumente sus envíos de gas al país, que sigue siendo uno de los principales apoyos de Rusia dentro de la Unión Europea. “Esta solicitud será considerada de inmediato”, respondió el jefe de la diplomacia rusa, Serguéi Lavrov, cuya nación tiene en Hungría un aliado en contra de las sanciones de la UE. Ucrania queda así de nuevo en un segundo plano para el Gobierno húngaro de Viktor Orbán, frente a la prioridad que deja traslucir este viaje: los negocios y garantizar el suministro de gas ruso a los consumidores húngaros.

“Hemos llegado a Moscú. Tenemos dos tareas: asegurarnos de que el pueblo húngaro tenga gas natural y demostrar que queremos la paz lo antes posible”, afirmó Szijjártó a su llegada a Moscú en un mensaje publicado en su perfil de Facebook.

El jefe de la diplomacia húngara llegó a la capital rusa un día después de que la Comisión Europea pidiese ahorrar luz de cara al próximo invierno en plena “guerra del gas” con Moscú. Tras su encuentro con Lavrov, el ministro apenas se pronunció sobre la ofensiva rusa en Ucrania. El alto cargo aseveró que su país “no está interesado en la división del mundo en bloques” y que a Budapest “le gustaría que la paz llegase cuanto antes. La guerra es algo muy malo”. Su homólogo ruso destacó que existe una minoría húngara en Ucrania y recordó que muchos refugiados han buscado asilo en su país.

Szijjártó sí se explayó más sobre los negocios de ambos países. “Con el fin de asegurar el suministro energético de Hungría, el Gobierno ha decidido adquirir 700 millones de metros cúbicos de gas adicionales al año”, afirmó posteriormente el ministro de un país que importa alrededor del 80% de su gas de Rusia.

A diferencia de muchos de sus socios europeos, que siguieron las recomendaciones de Bruselas y apostaron por adquirir este recurso según su cotización en los mercados, la compañía húngara MVM y la rusa Gazprom firmaron en septiembre del año pasado sendos contratos a largo plazo por los que Budapest recibirá 4.500 millones de metros cúbicos de gas anuales durante 15 años, más otros 10 opcionales. Todo ello a través de gasoductos de terceros países que no transiten por Ucrania.

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“Me entristece ver cómo la Unión Europea sigue, en esencia, el camino que Estados Unidos le indica; que Occidente en su conjunto debe ser uno: ni un paso atrás ni un paso a la izquierda o a la derecha, solo hacia adelante, adonde señala el camarada mayor”, afirmó Lavrov.

“Uno puede soñar, uno puede soplar varios globos, pero la realidad física es la que es. Es imposible comprar tal cantidad de gas en Europa sin las fuentes rusas”, afirmó Szijjártó. Según el ministro húngaro, el suministro acordado antes “sería suficiente en tiempos normales, pero todos sabemos que no vivimos momentos normales”.

El Gobierno de Viktor Orbán fue uno de los mayores opositores dentro de la Unión Europea al paquete de sanciones sobre el petróleo ruso aprobado en junio. Para lograr su aprobación, los 27 accedieron a que ese país, Eslovaquia y República Checa sean las únicas excepciones en el veto a la compra de crudo ruso a final de año.

“Pese a la difícil situación internacional y la intención de algunos de nuestros socios de aumentar sus presiones a través de las sanciones sobre Rusia, nuestra cooperación continúa”, arguyó Lavrov durante la rueda de prensa. “Aprecio nuestras relaciones, nuestras conversaciones de hoy han confirmado su naturaleza estratégica a largo plazo”, agregó el ministro de Exteriores ruso.

Serguéi Lavrov y Péter Szijjártó, este jueves en Moscú.
Serguéi Lavrov y Péter Szijjártó, este jueves en Moscú.HANDOUT (AFP)

Orbán fue uno de los últimos mandatarios europeos en visitar a Vladímir Putin antes de lanzar sus tropas sobre Ucrania. El primer ministro húngaro, que salió fortalecido en el poder tras las elecciones de abril, brindó con champán con su homólogo ruso durante su visita “en misión de paz” y criticó que las sanciones europeas aplicadas desde 2014 por la anexión de Crimea y la guerra de Donbás “han hecho más daño a Hungría que a Rusia”.

El líder húngaro no cambió de postura ni siquiera tras consumarse la ofensiva sobre Ucrania. Hace apenas seis días, Orbán dijo que la Unión Europea “se ha disparado a sí misma en los pulmones” con las enormes sanciones aprobadas tras comenzar los combates.

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