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La izquierda francesa redobla sus esfuerzos para hacer frente común en las legislativas

Tras un primer rechazo a negociar, los insumisos de Jean-Luc Mélenchon abren conversaciones con los muy divididos socialistas. Mientras, Macron sale a conquistar el voto de la izquierda

El líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon
El líder de La Francia Insumisa, Jean-Luc MélenchonALEXIS SCIARD / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO (Europa Press)
Silvia Ayuso

Jean-Luc Mélenchon no ha esperado a ver si avanzan las negociaciones con los demás partidos de izquierda, que este miércoles continuaron con los socialistas tras tantear a ecologistas y comunistas. Apenas acabadas las elecciones presidenciales francesas que han ratificado al centrista Emmanuel Macron por otros cinco años, el líder de Francia Insumisa lanzó esta semana su nueva pancarta electoral con un mensaje directo: “Mélenchon, primer ministro”. Su objetivo declarado (en televisión): lograr la mayoría en las legislativas de junio para forzar ser nombrado jefe de Gobierno y así limitar las políticas de Macron. Pero este tampoco pierde el tiempo: en su primer acto público desde la noche electoral, el presidente electo eligió visitar un mercado callejero de la periferia parisina, en pleno territorio mélenchonista.

La batalla por las legislativas no ha hecho más que comenzar y ya queda claro que va a ser acalorada. La estrategia macronista da a entender que la amenaza a la mayoría parlamentaria que busca revalidar la detecta tanto o más a la izquierda que a la extrema derecha, que también busca cómo reunir fuerzas para ganar votos y diputados. El primer acto de Macron tras clasificarse a la segunda vuelta, el 10 de abril, fue ir a territorio de su rival presidencial, la candidata de extrema derecha Marine Le Pen, a la que batió finalmente el pasado domingo. En esta nueva etapa, ha elegido la comuna de Cergy, donde si bien ganó abrumadoramente a Le Pen en la segunda vuelta (76,2% por 23,8%), en la primera vuelta quedó casi a la mitad de distancia que Mélenchon, que obtuvo el 47,9% de los sufragios (Macron se quedó en 23,7%).

Mientras Macron se daba un baño de masas “sobre el terreno”, se hacía selfis y departía con diversos vecinos, en la sede parisina de Francia Insumisa se abrían las negociaciones a puerta cerrada con el Partido Socialista (PS).

Sin puntos insalvables entre socialistas e insumisos

Al término del encuentro, ambas delegaciones aseguraron que “no hay puntos insalvables” para lograr un pacto entre los dos partidos, lo que supone un giro considerable entre las dos formaciones, muy enfrentadas durante la campaña, hasta el punto de que los insumisos se negaron en un principio a conversar con los socialistas.

“Salimos de un encuentro positivo, hemos tenido una discusión constructiva que ha permitido avanzar en ciertos puntos, permitiendo considerar que entre nosotros no hay puntos de bloqueo insalvables”, declaró el negociador jefe socialista, Pierre Jouvet. “No parece que haya puntos insalvables”, confirmó el insumiso Manuel Bompart.

Para lograr la mayoría en la Asamblea Nacional, Mélenchon necesita aglutinar a los demás partidos de izquierda en su propuesta de crear una Unión Popular. Algo que no se ha logrado en los cinco últimos años para ninguna de las citas electorales, ni en las europeas, ni en las regionales. Y, mucho menos, en las presidenciales, en las que Mélenchon quedó a las puertas de la segunda vuelta (pero sin entrar) y los demás partidos con menos del 5% de votos, amenazados, por tanto, con desaparecer. La nueva cita electoral ha forzado un nuevo intento de negociación, pero el camino sigue sembrado de obstáculos y líneas rojas.

Ningún partido discute la posición de fuerza con que parten los insumisos, que obtuvieron 7,7 millones de votos en la primera vuelta presidencial (aunque parte fue voto útil de otras izquierdas). Lo que más cuesta es definir los límites de una negociación entre fuerzas que tienen diferencias fundamentales en muchos temas internos, pero sobre todo en materia europea y de la OTAN: socialistas y ecologistas rechazan el euroescepticismo de los insumisos, que también proponen salir de la Alianza Atlántica.

Las primeras declaraciones de la delegación socialista y la insumisa apuntan a que algunas de esas líneas rojas podrían intentar difuminarse o disimularse. No obstante, el de este miércoles apenas fue un primer paso al que todavía deberán seguir otros. El insumiso Bompard dijo esperar para ello una declaración pública del PS sobre las negociaciones. No es una demanda vacua: los socialistas están muy divididos ante la posibilidad de negociar con los insumisos. Mientras una parte mayoritaria aprueba las conversaciones, otro sector del partido, sobre todo la generación del expresidente François Hollande, que considera que estas suponen una “rendición, no una coalición”, según las palabras de Jean-Christophe Cambadélis, antiguo primer secretario del PS.

“¿Quién es el responsable del fracaso de la izquierda? A los elefantes del partido les digo que nos dejen tranquilos, que nos dejen trabajar, ellos hundieron el PS cuando estaba en lo más alto”, replicó Jouvet en la emisora Sud Radio antes de encontrarse con los insumisos.

Los verdes también ponen peros

El PS no es, sin embargo, el único que presenta escollos. Tras un comienzo más ágil de las negociaciones de los insumisos con los verdes, estos también han empezado a poner peros a los compromisos que exigen los populistas de izquierdas.

El secretario general de los verdes, Julien Bayou, criticó este miércoles la “voluntad hegemónica” de un Mélenchon que, recordó, con su voluntad de actuar según sus condiciones, ya fracasó, otra vez más, a la hora de clasificarse a la segunda vuelta de las presidenciales. “Si es para hacer lo mismo, con la misma oferta política, fracasará de nuevo”, dijo en la emisora Franceinfo, en la que reclamó una “coalición” de izquierdas, no una asunción por parte de los demás de un programa mélenchonista que, reconoció, tiene puntos no asumibles por los verdes.

“Estamos dispuestos a discutir una coalición de grandes medidas programáticas para un proyecto de gobierno. Pero si dicen que hay que salir de Europa o impulsar la energía nuclear, será sin nosotros”, zanjó Bayou. La víspera, el candidato presidencial ecologista, Yannick Jadot, había manifestado por su parte su oposición a la “desobediencia civil a los tratados de la UE” que proponen los mélenchonistas. Estos han reclamado a los verdes que aclaren sus posiciones antes de seguir negociando.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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