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Las disidencias de las FARC se atribuyen un atentado en Bogotá en el que murieron dos niños

El grupo armado se hace cargo de la explosión que dejó también más de 30 heridos el sábado. Con el ataque dijeron homenajear a ‘Tirofijo’, uno de los fundadores de la guerrilla

Juan Diego Quesada
Atentado bomba FARC Bogotá
Autoridades y expertos en criminalística inspeccionan la estación de policía donde explotó un artefacto en Bogotá, este sábado.MINISTERIO DE DEFENSA (MINISTERIO DE DEFENSA)

Las disidencias de las FARC, pequeños grupos rebeldes que no se acogieron al proceso de paz, se han atribuido un atentado cometido el sábado en Bogotá en el que murieron dos niños y resultaron heridas más de 30 personas. Los atacantes hicieron detonar una carga explosiva oculta dentro de una maleta en una estación de policía de barrio que alcanzó a dos menores que se encontraban cerca en ese momento. En un vídeo difundido este lunes por un medio regional, el grupo armado asegura que el atentado se ejecutó para conmemorar la muerte Manuel Marulanda Vélez, alias Tirofijo, uno de los fundadores de de las FARC. Marulanda murió de un ataque al corazón en 2008 en plena selva, sin llegar a ser capturado nunca.

Las autoridades, sin embargo, son cautas respecto a la autoría. El coronel de la policía Domingo López asegura no tener la certeza de que lo haya cometido el grupo que se lo atribuye. Por el momento ofrecen 80.000 dólares de recompensa por información que conduzca a los responsables. La explosión hizo volar por los aires las instalaciones y segó la vida de dos menores, un niño de 12 y una niña de cinco a la que este lunes los médicos decretaron en muerte cerebral. El atentado se ha cometido en Ciudad Bolívar, un barrio pobre del sur de Bogotá. Hace tres semanas ocurrió el mismo hecho en otra garita de policía cercana, esa vez sin que se produjeran víctimas, solo daños en ventanas y fachadas de los edificios de alrededor. Ahora el ataque ha resultado mortal.

La guerrilla de las FARC se desmovilizó en 2016 después de medio siglo de guerra contra el Estado y los grupos paramilitares que surgieron para enfrentarla. El grueso de los combatientes, unos 13.000, se reintegró en la vida civil. Algunos comandantes no fueron capaces de hacer esa transición y tuvieron la tentación de continuar en la vida clandestina. El propósito político de estos combatientes perdidos en zonas remotas del país no está nada claro, hasta el punto de que ya no se les considera guerrilleros, sino grupos armados que se dedican a la extorsión y el tráfico de drogas. La delincuencia es su forma de vida. No han encontrado su sitio en la vida cotidiana de Colombia, que trata de normalizar su día a día, sin violencia. El proceso, de todos modos, no ha sido sencillo. Estos grupos controlan todavía algunas partes del territorio y su experiencia en combate los convierte en enemigos temibles. La facción más importante la comanda Gentil Duarte, un señor de la guerra cruel que ha grabado varios discos de música ranchera mexicana.

La guerra de baja intensidad que ha afectado al país durante casi medio siglo se ha librado sobre todo en las zonas rurales, aunque en ocasiones ha aumentado su grado de acción. Bogotá ha sido esporádicamente golpeada. “Nos llena de tristeza el fallecimiento de Ivanna Rangel (la niña que murió este lunes), víctima del terrorismo cobarde de las disidencias de las FARC. Con profundo dolor, expresamos nuestras condolencias a sus familiares. No descansaremos hasta dar con los responsables de este ataque atroz que enluta al país”, tuiteó el presidente, Iván Duque.

Según recoge un medio regional, el frente 33 de las FARC, a través de un tal Audrey, se atribuye el atentado en una grabación y explica que se le había dado a todas las unidades la orden de cometer actividades militares, de propaganda y culturales. Al final del vídeo señala que no pretendían atentar contra civiles: “No fue nuestra intención”. El policía Jhoan Camilo Moreno, de guardia esa noche en la garita, comenta en un vídeo que ha hecho público la institución el sinsentido de la muerte de estos dos niños: “Ellos no tienen culpa de nada”.

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.

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