El banco central holandés reconoce sus lazos con la esclavitud durante la era colonial
Una investigación concluye que la mayoría de sus fundadores tenían intereses directos en las plantaciones y que fueron compensados por la entidad tras la abolición
El banco central de Países Bajos (DNB, por sus siglas en neerlandés) estuvo involucrado, en parte de forma indirecta, en la esclavitud durante el siglo XIX. Más de una decena de sus fundadores tenían lazos con las plantaciones en las colonias del Caribe y en Surinam (Sudamérica), y entorpecieron la liberación de los esclavos para no perder su patrimonio. Esa es la conclusión de la primera investigación efectuada sobre este capítulo de la historia colonial de Países Bajos, que no aparece en los libros del propio banco. En la presentación del informe, este miércoles en Ámsterdam, la dirección de la entidad ha asegurado que “lamenta profundamente” la actuación de algunos de sus fundadores y no excluye pedir disculpas de manera oficial una vez analizado el trabajo junto con representantes de la sociedad civil.
Los 16 fundadores del banco fueron comerciantes, financieros o armadores, y 11 de ellos tenían intereses directos en las plantaciones. Por otro lado, las compañías activas en la esclavitud obtenían préstamos bancarios a cambio de los productos producidos en ultramar. El estudio revela que hasta un 30% de estos bienes (tabaco, azúcar o café) servía de aval y procedía del trabajo esclavo. Durante la presentación telemática del estudio, Karwan Fatah-Black, uno de los historiadores de la Universidad de Leiden que ha participado en la investigación, ha dicho que “los empresarios con intereses en las colonias de Surinam y el Caribe fueron compensados a través del banco después de la abolición de la esclavitud”. Esta debía entrar en vigor en 1863, pero en Surinam, los esclavos liberados tuvieron que trabajar hasta 1873 por un salario mísero. El Gobierno resarció a los esclavistas para que no perdieran dinero, y varios de los responsables del DNB presionaron para que de facto la entrada en vigor de la abolición se prorrogara esa década.
El rey Guillermo I promovió la creación de la entidad en 1814 —año en que se prohibió en Países Bajos la trata transatlántica— para reforzar las instituciones del Estado holandés, que había formado parte del imperio francés entre 1810 y 1813. Las materias primas coloniales eran vendidas en los puertos holandeses por grandes sumas, y el banco no estaba obligado a rechazar a los clientes que hubieran creado su fortuna en las colonias. De este modo, participó durante medio siglo de los beneficios a través de sus directores e inversores.
Según Fatah-Black, han encontrado documentos sobre la inversora Johanna Borski, “que aportó un 40% del capital inicial del banco, obtenido con el trabajo de 565 esclavos, y también sobre Jacobus Hermanus Insinger, un antiguo director que ganó dinero con la esclavitud”. No se trata solo de que los responsables del banco estuviesen ligados a título personal, política o administrativamente, a las plantaciones coloniales. “También se apoyaba al Ministerio de las Colonias en sus pagos y transacciones”, añade.
El tráfico de esclavos por parte de Países Bajos comenzó en 1621 y corrió a cargo de dos empresas: la Compañía de las Indias Orientales y la Compañía de las Indias Occidentales. La primera operaba en África del Sur y Asia, en la actual Indonesia, y los cálculos históricos le atribuyen el comercio de entre 600.000 y más de un millón de personas. La otra negociaba en Surinam, Brasil y el Caribe, y sometió a cerca de 600.000 seres humanos.
Klaas Knot, presidente del DNB, ha reconocido este miércoles en el encuentro con la prensa que “la historia del banco corre pareja a la del tráfico transatlántico de esclavos, y los directores de la época se preocuparon más de sus intereses personales que de la situación de las personas sometidas”. Considera “una posibilidad” pedir “disculpas de forma oficial”, aunque prefiere centrarse en “desvelar y compartir una historia en la que primó el racismo y la discriminación, todavía presentes en nuestra sociedad actual”.
El estudio ha seguido el ejemplo del llevado a cabo por el Banco de Inglaterra, que pidió disculpas en 2020 por sus lazos históricos con el tráfico de esclavos. “Fue un capítulo inaceptable, en los siglos XVIII y XIX, de nuestra historia”, reza el comunicado publicado por la entidad en junio de ese año. El banco británico señaló que, como institución, no estuvo directamente involucrado en la esclavitud. “Pero no ignoramos los lazos al respecto de varios gobernadores y directores, y pedimos disculpas”, añadió. En 2021, retiró los retratos y bustos de esos directivos. En el DNB tomarán una decisión sobre ese tema a partir de 2024, cuando terminen las obras de la sede central, situada en Ámsterdam. El banco holandés ABN Amro también investiga su pasado colonial.
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