La Cámara de Representantes aprueba el plan de 3,5 billones de dólares para reforzar la agenda social de Biden
Los demócratas acuerdan votar a finales de septiembre el paquete bipartidista de infraestructura
La Cámara de Representantes de Estados Unidos ha aprobado este martes un paso clave para sacar adelante el presupuesto de 3,5 billones de dólares (2,9 billones de euros) de la agenda social de la Administración de Joe Biden. La votación de los 220 congresistas demócratas a favor y los 212 republicanos en contra es una señal del empedrado camino que tiene por delante el Gobierno para concretar sus planes domésticos. La sesión se retrasó varios días debido a un quiebre dentro del propio Partido Demócrata, impulsado por un grupo de moderados que quería que el Congreso diera luz verde primero al proyecto de ley de infraestructuras. Finalmente, esa iniciativa se votará a finales de septiembre.
La agenda social de Biden incluye reformas para impulsar la lucha contra el cambio climático y la pobreza, expandir la seguridad social para la tercera edad (Medicare) e invertir en educación, entre otras. Los fondos para ejecutar el proyecto se obtendrán de una subida de los impuestos a los más ricos y a las grandes empresas. Los progresistas querían darle prioridad presupuestaria a este plan antes de aceptar el paquete de 1,2 billones de dólares enfocado en invertir en carreteras, redes de transporte o el acceso a la banda ancha. Una decena de demócratas moderados manifestó públicamente su voluntad de que el orden de las votaciones fuera el inverso.
“No solo estamos construyendo la infraestructura física de Estados Unidos, estamos construyendo la infraestructura humana de Estados Unidos”, sostuvo la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. La líder demócrata logró calmar la rebeldía de algunos de sus compañeros diseñando una iniciativa para unir el presupuesto de carácter social con el proyecto de infraestructuras en la misma votación. En la propuesta quedó estipulado que el paquete bipartidista se votará a más tardar el 27 de septiembre.
Pelosi logró desatascar las negociaciones y quitarle un gran peso a Biden, que ya está acorralado por las críticas a la operación de evacuación de las tropas extranjeras de Afganistán. La crisis en el país centroasiático le ha dado argumentos a los republicanos para lanzar sus dardos a la Administración demócrata. “No deberíamos hacer nada más aquí [del Congreso] hasta que todos los estadounidenses estén en casa”, defendió el representante Kevin McCarthy, líder de la minoría de la Cámara de Representantes.
Está previsto que los republicanos rechacen en bloque el plan presupuestario con enfoque social que se votará a finales de otoño. Pelosi se ha puesto como objetivo que tanto la partida social como el plan de infraestructuras estén aprobados para el 1 de octubre. Los demócratas pretenden aprobar las reformas mediante un mecanismo llamado reconciliación, que les permite sacar adelante las leyes con una minoría simple en lugar de por 60 de 100 votos en el Senado.
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