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El ADN de la Segunda Marquetalia, la disidencia de las FARC que lidera Iván Márquez

Un informe de la Fundación Ideas para la Paz señala que el grupo armado está lejos de tener la capacidad de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia

Catalina Oquendo
Iván Márquez, exmiembro de las FARC, lee un manifiesto acompañado de Jesús Santrich.
Iván Márquez, exmiembro de las FARC, lee un manifiesto acompañado de Jesús Santrich, en 2019.AFP

El 29 de agosto de 2019, Colombia se asomó a uno de sus peores miedos. Después del acuerdo de paz que tomó cuatro años de negociación y consiguió el desarme de 13.000 guerrilleros, Iván Márquez, exjefe negociador de las FARC en La Habana, anunciaba a través de un video que retomaba las armas junto a otros excomandantes como Jesús Santrich. La que se llamó la Segunda Marquetalia se convertía en otra de las disidencias de esa guerrilla, aunque la más mediática por la presencia de antiguos negociadores.

Han pasado dos años de ese anuncio y aún se sabe poco de ese grupo armado más allá de sus discursos y comunicados. El más reciente confirma la muerte de Santrich del otro lado de la frontera con Venezuela. Ahora, un informe de la Fundación Ideas para la Paz disecciona ese grupo y presenta datos sobre su estructura, funcionamiento interno y discurso.

“La Segunda Marquetalia está aún lejos de tener las dimensiones y capacidades de las antiguas FARC. Si bien busca evocar a esta guerrilla, se asemeja más a una combinación ecléctica de facciones armadas que aspiran a tener mayores niveles de autonomía y que buscan respaldo económico o ganar sustento ideológico”, es una de las principales conclusiones del documento Segunda Marquetalia: disidentes, rearmados y un futuro incierto, presentado este miércoles.

Para los investigadores, Juan Carlos Garzón, Andrés Cajiao y Paula Andrea Tobo, las posiciones frente a este grupo han oscilado entre la “subestimación”, de quienes la llaman “Narcotalia” y señalan que disfraza de discurso político intereses criminales, y quienes ven en ese grupo una conspiración, “calificándola como un plan maestro en alianza con el gobierno venezolano para tomar el poder”.

La realidad es que la Segunda Marquetalia se acerca más a un grupo con poca influencia territorial y que está en fase de formación, explican. “Si bien ha ido sumando agrupaciones locales y expandiendo así su influencia, su capacidad militar continúa siendo limitada, con algunas excepciones”. De acuerdo con el Ministerio de Defensa, a junio de 2020, este grupo contaba con 14 estructuras territoriales. Para el Gobierno de Iván Duque se trata de una organización narcotraficante y terrorista.

Aunque el informe no precisa el número de integrantes, dice que está conformada por exmiembros de las FARC pero sobre todo de nuevos reclutas “colombianos y venezolanos con poco entrenamiento y adoctrinamiento político”, y que no ha sido muy activa militarmente. “Ha evadido la confrontación con el Estado y no ha incurrido en acciones de alto impacto”.

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Las características del grupo armado

Para la existencia de la Segunda Marquetalia han hecho falta varios elementos que la FIP llama el ADN de este grupo armado: está integrado por una comandancia con experiencia en la guerra, liderazgo y conexiones, tiene vínculos con economías ilegales; un anclaje en el viejo discurso de las antiguas FARC, y su refugio en Venezuela, donde según el Ejército se esconden 20 líderes de esa organización.

Las divisiones internas en la antigua guerrilla de las FARC que afloraron durante las negociaciones de paz en La Habana también fueron determinantes para la existencia de la Segunda Marquetalia, dice la FIP. Márquez representaba el ala dura de la guerrilla y era, a menudo, quien se interponía en los avances de la mesa. Para él, las armas debían entregarse de forma gradual para evitar “traiciones del gobierno”. En el otro lado de la guerrilla están Rodrigo Londoño o Timochenko, Carlos Losada y Pastor Alape, hoy senadores del partido Comunes. Después del desarme, el incesante ataque de excombatientes que ya llega a 278 firmantes asesinados, así como la captura de Jesús Santrich, configuraron lo que Márquez ha llamado la falta de garantías, con lo que justifica el regreso a las armas.

El informe indica que los comandantes de la Segunda Marquetalia han fallado al reunir a grandes estructuras de disidentes y aunque han intentado imponerse sobre algunos de ellos y desarrollar una estructura vertical similar a la de las extintas FARC, se han encontrado resistencias. Las más conocidas son las de alias Gentil Duarte e Iván Mordisco, con quienes ha escalado el conflicto.

La reciente y aún confusa muerte de Santrich indicaría también la vulnerabilidad de este grupo en Venezuela y un futuro incierto. “Si bien en el ADN de la Segunda Marquetalia se encuentran elementos claves para la conformación de un grupo insurgente de gran escala, la unificación de las agrupaciones reincidentes y rearmadas en un proyecto político y militar está aún lejano”, concluye el documento.

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Sobre la firma

Catalina Oquendo
Corresponsal de EL PAÍS en Colombia. Periodista y librohólica hasta los tuétanos. Comunicadora de la Universidad Pontificia Bolivariana y Magister en Relaciones Internacionales de Flacso. Ha recibido el Premio Gabo 2018, con el trabajo colectivo Venezuela a la fuga, y otros reconocimientos. Coautora del Periodismo para cambiar el Chip de la guerra.

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