Una nueva escalada de violencia sacude Darfur
Los recientes enfrentamientos entre tribus, que dejan al menos 56 muertos, evidencian la incapacidad de Sudán de proteger a los civiles de la castigada región
Una nueva ola de violencia en la castigada región de Darfur, en el oeste de Sudán, ha dejado en los cuatro últimos días al menos 56 muertos y 130 heridos. El alarmante deterioro de la situación, que se enmarca en un agravamiento de los conflictos entre comunidades de la región a lo largo del último año, vuelve a dejar en evidencia la incapacidad de Jartum de asegurar la paz y de garantizar la protección de los civiles en la zona, una de las principales promesas del Gobierno de transición sudanés.
En esta ocasión, la violencia estalló en la frágil ciudad de El Geneina, la capital del Estado de Darfur Oeste, después de que “unos hombres desconocidos” dispararan a miembros de la tribu massalit la tarde del sábado y mataran a dos personas e hirieran a otras dos, según la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA). A raíz del asalto, la constante tensión entre los massalit y las tribus árabes de la zona aumentó de forma repentina, y se empezaron a movilizar los respectivos grupos. Desde entonces, milicias armadas han ocupado varios barrios de la ciudad y dos campos de desplazados internos, según un comunicado de la organización que coordina los campos de desplazados y refugiados en Sudán, en el que se alerta del uso de artillería ligera y pesada. Hasta el martes, el comité de médicos de Darfur Oeste había contabilizado 56 muertos y 132 heridos, según un comunicado difundido por la tarde.
Saliendo al paso de la violencia, el Consejo de Seguridad y Defensa de Sudán, encabezado por Abdelfatá Al Burhan, el presidente del Consejo Soberano, que actúa como jefe de Estado durante la transición (en abril de 2019 fue derrocado Omar al Bashir tras 30 años en el poder), declaró el estado de emergencia en Darfur Oeste en una reunión de urgencia el lunes, y autorizó a las fuerzas regulares a tomar “todas las medidas necesarias” para resolver el conflicto, según un comunicado. Sin embargo, el gobernador de Darfur Oeste, Mohamed Abdalla El Douma, ha asegurado por teléfono a EL PAÍS que el gesto es “solo una continuación” de la situación previa, ya que el estado de emergencia estaba en vigor desde enero.
La ola de violencia se produce después de que la misión de la Unión Africana y las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz en Darfur (Unamid, según su acrónimo en inglés) diera oficialmente por concluido su mandato en la región el pasado 31 de diciembre, tras 13 años en activo y a pesar de que su retirada genera una gran preocupación por la inestabilidad que impera en la zona y por la falta de reforma de las fuerzas de seguridad que han cogido el mando. La Unamid, sin embargo, ya se había retirado de Darfur Oeste en 2019. Asimismo, la escalada también ocurre más de seis meses después de los acuerdos de paz firmados entre Jartum y algunos grupos rebeldes activos en la región, pero cuyo alcance ha sido muy cuestionado desde el principio por los locales.
El Geneina aún se encontraba el martes “fuera de control”, según señaló por WhatsApp a EL PAÍS Adam Rojal, un portavoz de los desplazados internos en Darfur. Dos campos de refugiados fueron “totalmente quemados en mitad del silencio y la total complicidad de los servicios de seguridad”, según el comunicado de la organización. Vídeos de la zona difundidos en las redes muestran incendios y humos densos. El Douma consideró que “la situación no es buena”. El comité de médicos de Darfur Oeste también denunció la falta de seguridad en dos hospitales y una clínica de la ciudad, lo que “genera pánico entre los trabajadores e impide en gran medida la prestación de tratamientos con la rapidez y eficacia necesarias”.
En enero, otra grave ola de violencia en El Geneina dejó más de 160 muertos y 200 heridos, la mayoría, de la etnia massalit. El Gobierno central ordenó en aquel momento el despliegue de más tropas en la zona para controlar la situación, pero desde entonces la mayoría de estos refuerzos se han retirado, según El Douma. Rojal asegura que las unidades que han permanecido en El Geneina no han intervenido para proteger a los civiles.
Desde comienzos de este año se han registrado en Darfur más de 180.000 nuevos desplazados internos, sobre todo a raíz de los hechos ocurridos en enero, lo que representa el mayor número de desplazados por conflicto en Sudán de los últimos seis años, según el Centro de Seguimiento de los Desplazados Internos (IDMC, por sus siglas en inglés), con sede en Ginebra. En tan solo tres días de enero, la organización registró más desplazados que en todo el 2020.
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