La entrada de un nuevo candidato agita la carrera para suceder a Merkel

Todos hombres. Todos del oeste. Todos de Renania del Norte-Westfalia. Ese es el aspecto que ofrece hasta ahora la carrera por el liderazgo en el centroderecha alemán (CDU/CSU), después de que Annegret Kramp-Karrenbauer, la favorita a suceder a Angela Merkel, tirara la toalla. El martes se produjo la última incorporación a la lista de candidatos y la más inesperada hasta ahora. Norbert Röttgen, presidente de la Comisión de Exteriores del Bundestag, dio la sorpresa y sacudió los todavía precarios planes sucesorios.

A primera hora de la mañana trascendió su candidatura y a las once estaba ya desgranando su programa de intenciones ante la prensa en Berlín. Röttgen ha considerado este martes “inimaginable” esperar a diciembre para elegir nuevo presidente del partido, como defendió inicialmente Kramp-Karrenbauer, lo que significa que la carrera por la sucesión se acelera.

Röttgen, de 54 años, defendió una CDU de centro, con fronteras a derecha e izquierda. Marcó una clara distancia con la ultraderecha, Alternativa para Alemania (AfD), que “agita el miedo” y “utiliza el lenguaje del nacionalsocialismo”. Criticó también a Die Linke (La Izquierda) por considerar que no se distancia claramente del extremismo de izquierdas y apoya la política exterior de Rusia, en particular en Siria. Propuso que la CDU, “el partido de la reunificación”, instaure un proceso de diálogo nacional Este-Oeste y volcarse en aquellos ciudadanos a los que el miedo ante la velocidad de los cambios tecnológicos y demográficos les ha animado a llamar a la puerta de la ultraderecha.

El futuro líder del partido será muy probablemente el candidato a canciller alemán en las próximas elecciones, previstas para el otoño de 2021, cuando Merkel termine su cuarto y último mandato. Frente a quienes defienden un adelanto electoral y una salida prematura de la canciller, Röttgen, antiguo ministro de Medio Ambiente (2009-2012), destituido por ella, consideró el martes que Merkel debe terminar la legislatura para la que fue elegida.

Que Merkel termine o no su mandato antes de tiempo dependerá en buena medida de quién sea el elegido para presidir la CDU. La canciller y el jefe del partido tendrán que cohabitar hasta la próxima cita electoral. Eso solo será posible si hay una cierta sintonía entre el candidato que triunfe y la jefa del Gobierno alemán. El ejemplo más citado en círculos políticos en Berlín es el de Friedrich Merz, otro de los contendientes y rival histórico de Merkel. La distancia política y personal entre ambos es notoria.

Además de Merz y de Röttgen hay hasta ahora otros dos candidatos oficiosos que aún no han confirmado su candidatura. Por un lado está Armin Laschet, jefe del Gobierno de Renania del Norte-Westfalia y considerado un aspirante continuista del centrismo de la era Merkel. Por otro, Jens Spahn, ministro de Sanidad, el más joven y como Merz, representante de posiciones más conservadoras  dentro de la CDU.

Fuentes de la CDU confirman que de momento hay tres candidatos que han presentado por escrito su candidatura, aunque no desvelan sus nombres. Añaden que Kramp-Karrenbauer se reunirá con ellos esta misma semana. El próximo lunes, la presidenta informará a la ejecutiva del resultado de las consultas. Ese día, podría conocerse ya un calendario más concreto.

Fuentes del bloque conservador explicaban el pasado fin de semana en Múnich que la idea es formar una candidatura única, un equipo, en el que participen todos los contendientes. El objetivo es evitar una carrera sucesoria que desgarre a un partido que atraviesa horas bajas y, a cambio, incorporar en la candidatura todas las corrientes. La clave está sin embargo en quién encabezaría ese equipo y si los demás estarían dispuestos a pasar a un segundo plano en aras de la estabilidad del partido y del país. La irrupción de la candidatura de Röttgen pone de momento esos precarios planes en cuarentena. En los próximos días y semanas los candidatos mantendrán encuentros, también con Kramp-Karrenbauer, todavía presidenta del partido, para perfilar el proceso sucesorio.

Kramp-Karrenbauer, también conocida como AKK, esbozó el día que anunció su renuncia un plan sucesorio que ha tardado bien poco en saltar por los aires. La presidenta del partido proponía elegir un candidato a mediados de año y que fuera nombrado en el congreso del partido de diciembre. Pero en seguida salieron los barones del partido a pedir que se acelere el proceso y la posibilidad de celebrar un congreso extraordinario antes del verano va cobrando fuerza, según las fuentes consultadas. Con un nuevo presidente del partido y posible candidato a canciller, aumentaría también la probabilidad de un adelanto electoral para principios del año que viene, una vez finalizada la presidencia alemana de la UE, que Berlín ocupará en el segundo semestre de 2020.