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Putin felicita a Biden seis semanas después de la victoria y habla de colaborar “pese a las diferencias”

Rusia se prepara para la vuelta a una relación tensa con el nuevo presidente de EE UU, que definió a Moscú como la “gran amenaza” para Washington

Vladímir Putin, en su despacho de su residencia de Novo-Ogaryovo este lunes.
Vladímir Putin, en su despacho de su residencia de Novo-Ogaryovo este lunes.Alexei Nikolsky (AP)
María R. Sahuquillo

Seis semanas después de que Joe Biden y Kamala Harris pronunciasen su discurso de victoria en las elecciones de Estados Unidos, Rusia ha reconocido el triunfo del demócrata. El presidente ruso, Vladímir Putin, ha enviado a Biden un telegrama de felicitación en el que le habla de colaborar “pese a las diferencias” entre ambos países y de la responsabilidad mutua “por la seguridad y la estabilidad global”. Una alusión a salvar un importante tratado de control de armas nucleares entre ambos países que está a punto de expirar y al resto de pactos de armamento claves entre Moscú y Washington suspendidos por Donald Trump. “Estoy listo para la interacción y los contactos con usted”, ha dicho el líder ruso a Biden, según una nota del Kremlin en la que apunta que Putin “deseó mucho éxito” al demócrata.

Rusia es uno de los países más tardíos en felicitar al presidente electo de Estados Unidos, tras las elecciones del pasado 3 de noviembre. China, por ejemplo, lo hizo 10 días después de los comicios. La demora de Moscú se percibe como el preludio en unas relaciones que se pronostican gélidas. Saboreando lo que consideró un “enfrentamiento político interno” —que incluso Putin aprovechó para recalcar los “problemas del sistema electoral estadounidense”–, Moscú dijo que esperaría hasta que Trump reconociese la derrota o los resultados fueran confirmados de manera legítima.

El republicano sigue insistiendo en sus acusaciones de fraude sin base judicial, pero el reconocimiento llega después de que el Colegio Electoral confirmase anoche la victoria del demócrata. También se produce un día después de que las agencias de inteligencia de Estados Unidos señalasen, de nuevo, a los servicios secretos de Rusia como autores de ataques informáticos contra varias agencias gubernamentales de EE UU. Moscú lo ha negado.

Antagonistas

Putin y Biden son viejos conocidos. Y viejos antagonistas. El demócrata, vicepresidente de Barack Obama, contó que en 2011, en una de sus reuniones, había sido consciente de la verdadera naturaleza de Putin. “Le dije: ‘señor primer ministro, le estoy mirando a los ojos y no creo que tenga alma’. Él me miró, sonrió y me dijo: ‘Nos entendemos”. Era la época en que el líder ruso ‘descansaba’ de la presidencia debido al veto constitucional de estar más de dos mandatos seguidos y ocupaba el puesto de primer ministro. Biden comentó poco después que sería malo para Rusia si Putin se presentaba de nuevo a las elecciones presidenciales.

El ruso no solo se postuló de nuevo, dos veces más, sino que ahora tras un cambio en la Constitución tiene la posibilidad de hacerlo, sin descanso, otras dos veces más y perpetuarse en el poder hasta 2036.

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Aunque pese a la sintonía entre Putin y Trump las relaciones bilaterales no han sido tan fructíferas como Moscú esperaba, el Kremlin se prepara para volver a una dinámica hostil y tensa con Washington (aunque más predecible), tras la llegada de Biden a la Casa Blanca. Y la relación será aún más tensa si el demócrata ordena investigar y escarbar en los papeles de la trama rusa sobre la injerencia electoral de 2016 para favorecer a Donald Trump.

Biden, que ha sido muy crítico con la política exterior asertiva de Moscú, ya dejó clara su postura antes de las elecciones cuando en una entrevista con la CBS se refirió a China como “el mayor competidor” de EE UU y a Rusia como “la mayor amenaza para la seguridad nacional”.

Aunque es probable que el demócrata vuelva a poner sobre la mesa acuerdos de control de armas nucleares con Moscú y trate de sacar adelante la renovación del New Start, el único pacto importante aún vigente entre ambos, que limita el número de cabezas nucleares y que expira el 5 de febrero. Rusia es consciente, por el contrario, de que Biden buscará afianzar y restablecer las buenas relaciones con la OTAN. Biden tendrá que decidir también si responde, y cómo, a las evidencias de que la Administración rusa estuvo detrás del envenenamiento en Siberia este verano del prominente opositor Alexéi Navalni. Con su llegada a la Casa Blanca en enero, la idea de nuevas sanciones contra Rusia vuelve a sobrevolar.

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

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