Claves para una semana frenética en la ONU
La desaceleración económica, el fenómeno migratorio, el conflicto en Oriente Próximo y la crisis venezolana marcan la agenda de la reunión del organismo que comienza este martes
La amenazante sombra de una desaceleración económica, la guerra comercial, el calentamiento global, el incierto conflicto en Oriente Próximo, la tensión en Venezuela, el Brexit... Diversas crisis marcan la agenda de la Asamblea General de la ONU que empieza este martes en Nueva York justo después de la cumbre contra el cambio climático celebrada el lunes en la misma ciudad. A los asuntos más evidentes se suman inesperados puntos de interés, como una reunión entre los líderes estadounidense y ucraniano, donde se buscarán claves del enésimo escándalo interno de Donald Trump. La primera jornada, con discursos del brasileño Jair Bolsonaro, el propio Trump, el egipcio Abdelfatá al Sisi y el turco Recep Tayyip Erdogan, será una oportunidad de comprobar que la polarizante y populista figura del presidente republicano del país anfitrión ha creado escuela. Estos son algunos de los asuntos a no perder de vista en una semana frenética:
Ucrania. Un nuevo frente interno para Trump
En todos los frentes será clave la postura de Trump, un líder que, precisamente, se ha caracterizado por su desdén hacia los organismos multilaterales. Hablará a la Asamblea este martes, en su primer discurso internacional desde el despido del halcón John Bolton al frente de Seguridad Nacional. Se espera, según avances proporcionados por su Administración, que defienda la soberanía e independencia de los países de la ONU, que enarbole la protección de las libertades religiosas y que presente Estados Unidos como “una alternativa positiva al autoritarismo”. Pero todos los ojos estarán puestos en su reunión el miércoles con el presidente ucranio Volodímir Zelenski, en medio de la crisis desatada tras la revelación de que Trump le presionó para que investigara los negocios en aquel país del hijo del exvicepresidente Joe Biden, favorito demócrata a enfrentarse a él en 2020. El presidente aseguró el domingo que considera que sus conversaciones con Zelenski fueron “absolutamente perfectas”, pero los demócratas ven de nuevo un intento de Trump de buscar la ayuda de un país extranjero para su reelección.
Irán. La incógnita de Rohani
Después de tres años de mandato marcados por el mantra del "América primero", Trump tratará de convencer a los escépticos líderes mundiales de construir una coalición contra Irán, a quien EE UU acusa del ataque con drones a instalaciones petroleras de Arabia Saudí el pasado 14 de septiembre. Aquella acción, definida por el secretario de Estado Pompeo como “un acto de guerra”, prácticamente ha eliminado la posibilidad de una reunión bilateral con el presidente Hasan Rohani, una iniciativa por la que trabajó sobre todo el francés Emmanuel Macron. Pero con Trump nunca se sabe. Ya el domingo aseguró que “nunca nada está completamente fuera de la mesa”. Lo que sí parece claro es que la delegación estadounidense presentará a sus aliados las pruebas sobre las que sostiene su acusación y que Teherán niega. Y Rohani, que habla el miércoles, probablemente aprovechará para acusar a Estados Unidos de iniciar el conflicto al retirarse del acuerdo nuclear firmado en 2015 y reinstaurar las sanciones que destruyen su economía.
El Reino Unido. Improbables avances en el Brexit
El británico Boris Johnson acude a su primera Asamblea General como primer ministro en medio de una profunda crisis interna: a apenas un mes de que su país salga de la Unión Europea sin un acuerdo a la vista, con el Parlamento cerrado, y pendiente de que el Tribunal Supremo se pronuncie sobre si se extralimitó al suspenderlo (la decisión, de hecho, pillará a Johnson en Nueva York). El primer ministro se reunirá con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, así como con otros líderes de los Veintisiete, como Macron, la alemana Angela Merkel o el irlandés Leo Varadkar. Será la primera oportunidad para los líderes europeos de pedir en persona detalles sobre el borrador, anunciado por Londres la semana pasada, de una posible solución para salvar el acuerdo de salida resolviendo el endiablado asunto de la necesidad de evitar una frontera física en la isla de Irlanda.
Pero, al margen del escepticismo de los líderes europeos ante cualquier jugada del nuevo primer ministro, el propio Johnson ha advertido, antes de salir hacia Nueva York, de que no ve muy probable que su viaje depare un desbloqueo en el enfangado Brexit. “Les advertiría a todos contra la idea de pensar que este va a ser el momento”, dijo el líder tory a los periodistas. “No me estoy poniendo pesimista. Lo intentaremos, pero hay trabajo por hacer”, añadió.
Venezuela. Diez meses de Guaidó como presidente interino
Casi diez meses han transcurrido desde la irrupción de Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, como es reconocido por más de 50 Gobiernos de todo el mundo. No obstante, a instancias de la ONU, Nicolás Maduro sigue siendo el mandatario venezolano. Una prueba de ello es que, salvo sorpresa de última hora, quien hablará en representación del país caribeño en la Asamblea General será el canciller Jorge Arreaza.
Mientras tanto, los representantes de Guaidó han preparado una ofensiva diplomática para tratar de recuperar el impulso perdido con el paso de los meses. Al frente de la delegación de Guaidó se encuentra Julio Borges, encargado de las relaciones exteriores. Exiliado en Bogotá, a Borges lo acompañarán otros diputados próximos a Guaidó que dejaron Venezuela por miedo a ser retenidos, caso de Miguel Pizarro, nombrado interlocutor ante la ONU este fin de semana, o José Andrés Mejía, así como el designado embajador, Carlos Vecchio. La delegación de Guaidó mantendrá una serie de encuentros con representantes diplomáticos, como el ministro español Josep Borrell, futuro jefe de la diplomacia europea, a los que quieren instar a que incrementen la presión contra el Gobierno de Maduro.
América Latina. El desafío migratorio
Uno de los grandes ausentes en la Asamblea será el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que no sale de su país desde hace casi dos años y que ha delegado la diplomacia en el canciller, Marcelo Ebrard. Significativa ausencia, puesto que sería el primer año en que el primer presidente de izquierdas del país latinoamericano pudiese intervenir en Naciones Unidas. Más aún cuando México afronta un reto mayúsculo como es lidiar con Donald Trump en el tema migratorio.
México se ha erigido en una suerte de muro para Estados Unidos para frenar el paso de migrantes hacia el vecino del norte. A cambio, el Gobierno de López Obrador pretende desarrollar una especie de Plan Marshall para Centroamérica. Ebrard se empleará esta semana a fondo para lograr todos los apoyos posibles, diplomáticos pero sobre todo económicos.
Brasil. El primer discurso, el de Bolsonaro
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que no fue invitado a la cumbre del clima por coquetear con el escepticismo ambiental, será este martes el primero de los jefes de Estado en dirigirse al mundo en la Asamblea. Un privilegio que no es fruto del orden alfabético (que encabeza Afganistán y cierra Zimbabue), de su popularidad, del peso político o económico de su país, sino de la tradición. Abrirá esta 74º sesión, como los mandatarios brasileños hacen desde 1955.
Bolsonaro llega a Nueva York convertido en uno de los mandatarios más criticados por sus tics autoritarios, su añoranza de la dictadura y su política ambiental. Junto a él, habrá unos 150 jefes de Estado. El brasileño ha reducido al mínimo su agenda, aún pendiente de si incluye un almuerzo con el presidente estadounidense.
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