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Francia se dota de una ley contra el odio en Internet

Las plataformas serán multadas si no retiran los mensajes agraviantes en 24 horas

Silvia Ayuso
Una usuaria consulta una tableta frente a una pantalla con la página de Youtube.
Una usuaria consulta una tableta frente a una pantalla con la página de Youtube.Alex Onciu

La idea en sí cuenta con un fuerte apoyo en Francia: dotarse de instrumentos que frenen la expansión de expresiones y mensajes en las redes sociales que inciten al odio, ya sea racial, religioso o por género, o incluso a la violencia. La vía para ello, depositando la mayor parte de la responsabilidad de esta tarea en las plataformas de Internet, que entre otros deberán retirar en un máximo de 24 horas contenidos de este tipo de sus webs bajo penas de fuertes multas, suscita sin embargo dudas entre quienes consideran que puede provocar una mayor censura de contenidos. Aun así, la propuesta de ley contra el odio en línea fue aprobada este martes por una amplia mayoría en la Asamblea Nacional, expeditando su próxima entrada en vigor.

Un total de 434 diputados votaron a favor, frente a 33 en contra y 69 abstenciones, de esta ley propuesta por la diputada Laetitia Avia, de La República en Marcha (LREM), el partido del presidente Emmanuel Macron. Una legisladora que sabe muy bien lo que es ser víctima de ciberacoso y el racismo. El texto de la ley “lleva mi historia, esa de una mujer que no acepta más ser insultada y tratada de negra en las redes sociales” dijo la legisladora, de piel negra, durante su discusión en los pasados días.

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Basada en el modelo alemán, la medida principal de la ley es la que obliga a plataformas como Facebook o Twitter y motores de búsqueda de Internet de retirar los contenidos “manifiestamente” ilícitos en 24 horas. Si no lo hacen, afrontarán multas de hasta 1,25 millones de euros. Por contenidos ilícitos se entienden incitaciones “al odio o un insulto discriminatorio” por motivo de “raza, de religión, de género, de orientación sexual o por una discapacidad”, según el texto. Aunque Francia obliga ya por ley a retirar estos contenidos, hasta ahora no había un plazo límite para hacerlo.

Además, las plataformas deberán garantizar una mayor transparencia y cooperación con la justicia, eliminando por ejemplo el anonimato en línea de los usuarios que cometan un delito de odio como el contemplado en esta ley, que también contempla la creación de una fiscalía especializada en esta materia y la creación de un botón de denuncia de “contenidos manifiestamente” incitadores al odio y reconocible en todas las plataformas. El conjunto de las medidas y acciones estará controlado por el Consejo Superior Audiovisual (CSA), el organismo que regula los medios audiovisuales en Francia.

 El principal recelo a esta ley, manifestado en el hemiciclo sobre todo por los diputados del partido de izquierda radical Francia Insumisa, es que la responsabilidad recaiga sobre todo en las plataformas, lo que podría llevar a estas a preferir retirar un contenido en caso de duda en vez de arriesgarse a una multa. “Ustedes están confiando la censura a Google, a Facebook, a Twitter, una censura privada sobre todo. Peor aún: una censura tecnológica”, recriminó durante los debates el diputado de Francia Insumisa François Ruffin.

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No es el único. La Comisión Nacional de Consulta de los Derechos Humanos (CNCDH), calificó este mismo martes la ley de “inadecuada y desproporcionada” y manifestó su preocupación por los “riesgos” que podría implicar en las libertades fundamentales la norma, especialmente la obligación de retirar contenido que se considere que incita al odio en 24 horas. Una medida que “alienta a las plataformas, por exceso de prudencia, a retirar contenidos que no sean manifiestamente de odio” y “refuerza el poder de las plataformas más importantes en detrimento de las más pequeñas”, advierte. La CNCDH, una estructura estatal pero independiente que vela por la protección y promoción de los derechos humanos en el país, recomienda que le corresponde “solo a un juez valorar el carácter abusivo del ejercicio de la libertad de expresión”. Recomienda además que la respuesta a este tipo de contenidos, visto el “carácter transfronterizo” de Internet, sea “coordinada y uniformada a nivel europeo e internacional”

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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