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Sudán no extraditará a Al Bashir

Los manifestantes desafían el toque de queda del régimen militar y exigen un gobierno civil

José Naranjo
El expresidente de Sudán, Omar Al Bashir.
El expresidente de Sudán, Omar Al Bashir.ASHRAF SHAZLY (AFP)

Las protestas continúan en Sudán, ahora dirigidas contra los generales. La toma del poder por los militares por un periodo de dos años, tras la detención de Omar al Bashir este jueves, ha defraudado a la inmensa mayoría de los manifestantes que desde hace seis días ocupan los alrededores del cuartel general del Ejército en la capital, Jartum. Este viernes, tras violar el toque de queda impuesto por el nuevo régimen militar, decenas de miles de personas participaron en un rezo colectivo por “los mártires de la revolución” y entonaron cánticos contra la junta castrense. Exigen la creación de un gobierno civil de transición hacia la democracia. Al menos 16 personas han muerto y 20 han resultado heridas en las protestas de los dos últimos días, según ha asegurado a Reuters un portavoz de la policía de Sudán.

La Asociación de Profesionales Sudaneses, el colectivo impulsor de las manifestaciones que comenzaron el pasado mes de diciembre tras la subida del precio del pan y que luego derivaron en reivindicaciones políticas, ha calificado a los generales que se han hecho con el poder como “los nuevos golpistas del antiguo régimen” y ha manifestado su profundo rechazo a la junta militar, a través de un comunicado. Por su parte, las nuevas autoridades tratan de calmar los ánimos de los ciudadanos. El jefe político de la junta, el general Omar Azin Al Abidin, manifestó este viernes a los medios de comunicación que no quieren “aferrarse al poder” y prometió que habrá “un gobierno civil” pasados dos años.

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“Juro que no os traicionaremos, estamos aquí para vosotros, pero hay que limitar el caos”, advirtió Al Abidin a los manifestantes en su primera comparecencia ante los medios de comunicación. Además, pidió a las distintas fuerzas políticas que se pongan de acuerdo respecto a la creación de un nuevo Gobierno en esos dos años. “No estaremos en el poder ni un día más”, insistió. Respecto a ese Ejecutivo puso dos condiciones: el ministro de Defensa debe ser un general de las Fuerzas Armadas y el Ejército será quien nombre al titular de Interior.

Por otra parte, los militares han mostrado su rechazo a que Al Bashir sea “entregado al extranjero”. El expresidente sudanés, que permanece bajo custodia en su residencia, está acusado de crímenes de guerra y contra la Humanidad por la Corte Penal Internacional (CPI) desde 2008 por su responsabilidad en el asesinato de cientos de miles de personas en la región de Darfur. Aunque existe una orden de arresto internacional contra él emitida en 2009, Al Bashir ha burlado la misma de manera sistemática. La Unión Europea ha manifestado su apoyo a que el dictador sea entregado a la CPI. El general Al Abidín ha asegurado que Al Bashir podría ser juzgado, pero tan solo en Sudán “si se prueban las acusaciones contra él”.

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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