Europa intensifica la lucha contra las amenazas híbridas
Un centro de la UE y la OTAN se enfrenta desde Finlandia a los ciberataques y la propaganda desestabilizadora en la Red
La confianza está resultando ser un valioso activo en las sociedades democráticas. Y las instituciones a todos los niveles se han propuesto protegerla de los ataques extranjeros —de un Estado o un movimiento— que desestabilizan un modelo de convivencia; del pirateo de emails, de la crispación en redes sociales con discursos emocionales; de ciberataques; de injerencias electorales. En definitiva, de las amenazas informáticas y de desinformación que sufre el mundo desde hace un lustro y que le está costando anular porque “siempre hay un elemento de sorpresa”, reconoce Mikko Kinnunen, responsable de evaluar las amenazas híbridas para el Ministerio de Asuntos Exteriores de Finlandia.
En el sexto piso de un antiguo edificio industrial en un barrio al norte de Helsinki, la capital de Finlandia, 22 individuos trabajan en el Centro de Excelencia (CoE) para las Amenazas Híbridas que la Comisión Europea y la OTAN inauguraron hace dos años como forma de disuasión hacia Moscú. “Aquí lo analizamos todo”, advierte en una de sus salas un contundente Vytautas Kersanskas, subdirector del Centro.
El conflicto de convivencia en Cataluña y su encaje con el resto de España; el movimiento de protesta de los chalecos amarillos en Francia; las manifestaciones a causa del nombre de Macedonia del Norte en Grecia; la financiación del movimiento pro-Brexit en el Reino Unido; la inmigración en el sur de la UE, y todo tipo de discurso que resulte en un enfrentamiento (a favor o en contra) entre los habitantes de una democracia occidental es objeto de análisis en el austero CoE decorado al más puro estilo nórdico. Porque “las amenazas híbridas no son solo militares”, advierte Päivi Tampere, trabajadora del Centro.
Esta oficina, que cuenta con una financiación de 2,3 millones de euros en 2019, recibe la aportación de Austria, Canadá, Chipre, República Checa, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Letonia, Lituania, Noruega, Polonia, Rumania, España, Suecia, Holanda, el Reino Unido y EE UU, más la UE y la OTAN. Aquí se “clasifican las vulnerabilidades de los países miembros y se intentan minimizar los riesgos”, explica Tampere. “Si hay grupos en la sociedad que no se sienten representados, que se sienten alienados y no tomados en cuenta, eso es una debilidad porque compran un discurso polarizador que al final termina generando conflicto”, continúa y apunta a que el mejor remedio es la transparencia. “La polarización alimenta la desconfianza”, dice el estudio Helsinki en la era de las amenazas híbridas, elaborado por el CoE.
Desde que Rusia se anexionó ilegalmente Crimea en 2014, Bruselas, pero sobre todo los países que lindan con la órbita del Kremlin, levantaron la guardia construyendo todo tipo de capacidades —militares y civiles— en el flanco oriental del Viejo Continente. Según Kersanskas, “Europa es ahora menos vulnerable que hace cinco años”.
Pero a pesar de esa relativa mejoría, Kinnunen, responsable de evaluar las amenazas híbridas para el Gobierno finlandés, reconoce que las democracias avanzan con lentitud en esta batalla. “Los Estados autoritarios se están desarrollando antes y a un ritmo más rápido”, reconoce. El subdirector del Centro explica que en occidente se respetan ciertos valores como la libertad de expresión, la no censura y el respeto a los derechos humanos que no sucede en otros lugares. “Una sociedad abierta es más vulnerable”, admite Kinnunen.
Aunque el episodio de Crimea en 2014 y la posterior guerra que aún perdura en la región ucrania del Donbás, en las provincias de Lugansk y Donetsk, no fue hasta 2016, con el referéndum del Brexit y la posterior elección de Donald Trump para ocupar la Casa Blanca, cuando en la UE se empezaron a tomar medidas respecto a este tipo de actividades que “ocupan una zona gris en la tradicional línea de separación entre la guerra y la paz”, como explica Kinnunen, sentado en un sillón de cuero oscuro en su despacho en el Ministerio de Defensa.
El estudio asegura que el objetivo de que estas amenazas cabalguen en esa atmósfera ambigua es generar confusión y que la fórmula para combatirlas sea difícil de encontrar. Además, añade Kinnunen, es importante recordar que esta amenaza “no tiene fronteras”.
Situación especial
Finlandia, por su condición de país no miembro de la OTAN (solo socio colaborador), por sus 1.300 kilómetros de frontera compartida con Rusia y por su situación geográfica, resulta un actor fundamental en la lucha contra estas amenazas. "Y la opinión de la mayoría de países en Europa es que la amenaza, hoy en día, viene de Rusia", dice Kinnunen.
El país nórdico, de 5,5 millones de habitantes, afronta el domingo elecciones al Eduskunta (Parlamento), un proceso que, en palabras del embajador, es “crucial” y “prioritario” y especialmente vulnerable. “También los serán las europeas [26 de mayo] y nuestra presidencia [rotatoria] de la UE que comienza en julio”, avanza.
Y es que el objetivo de las injerencias es cambiar la toma de decisiones políticas en los Gobiernos. Kersanskas lo explica sin rodeos: “Rusia actúa con el objetivo de romper la UE y la OTAN”. Ninguno de los partidos que se disputa el Gobierno finlandés este domingo parece querer dar el paso e ingresar en la Alianza Atlántica.
La tensión en el mar Báltico lleva años en aumento, pero el embajador Kinnunen no considera que Finlandia, donde es habitual cruzarse con chavales con el uniforme militar por la calle debido a la obligatoriedad del servicio militar, sea un objetivo “principal” hoy en día, aunque sí un claro destinatario de esos ataques. En noviembre, el país vio como sus sistemas de navegación GPS para civiles en el Ártico fueron pirateados durante semanas e identificaron que ese ataque se originó en Rusia. “Decidimos contarlo y hacerlo público”, dice para ilustrar la forma en la que intentan que la población no pierda la fe en el sistema. “Confianza es una gran palabra”, resume Kinnunen.
A gran velocidad y sin frenos
“Estamos conduciendo en una autopista, a gran velocidad, sin frenos, sin cinturón de seguridad e incluso sin airbag”, explica Päivi Tampere, del Centro de Amenazas Híbridas, haciendo una metáfora del peligro que tiene el uso de plataformas como Facebook y Twitter en la difusión de discursos que confronten a la gente.
El papel de las redes sociales como vehículo para la difusión de fake news, bulos, desinformación y crispación es fundamental en la lucha de la denominada guerra híbrida. Pero hasta hace unos meses, las grandes compañías no se habían involucrado en esta lucha.
A Mikko Kinnunen, embajador finlandés para las Amenazas Híbridas, le parece, sin embargo, insuficiente. Y pide más compromiso por parte de estas empresas privadas. “Hay una necesidad constante de mantener el diálogo con ellas para crear algún tipo de regulación. Y si es a niveles internacionales, como la UE, mejor”, opina.
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