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Dieciseis muertos, ataques terroristas y quema de papeletas marcan la jornada electoral en Nigeria

Boko Haram ataca edificios oficiales en las regiones nororientales de Borno y Yobe pero no logra impedir la votación

José Naranjo
Una mujer vota en la región central de Kaduna este sábado.
Una mujer vota en la región central de Kaduna este sábado.CRISTINA ALDEHUELA (AFP)
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Al menos 16 personas fallecieron este sábado en Nigeria en diversos incidentes violentos ocurridos durante la celebración de los comicios presidenciales, según ha informado la plataforma de la sociedad civil Situation Room. La jornada electoral comenzó con un ataque del grupo terrorista Boko Haram en Maiduguri (noreste del paísque provocó la muerte a un soldado y una veintena de heridos, así como con una serie de explosiones en YobeAsimismo, grupos de jóvenes descontentos quemaron votos en el sur. Todo ello sumado a los problemas logísticos y retrasos registrados no impidió la celebración de unos comicios en los que el actual jefe de Estado Muhamadu Buhari y el candidato opositor Atiku Abunakar se disputan el sillón presidencial.

Los incidentes se repartieron por todo el país. En la ciudad petrolera de Port Harcourt se produjeron varias explosiones a primera hora de la mañana, así como robo de urnas y de material electoral. En el mismo estado de Rivers fueron asesinadas por disparos al menos cuatro personas, según la prensa nigeriana. Por su parte, al menos en dos colegios electorales de Lagos, capital económica y ciudad más poblada del país, grupos de jóvenes quemaron urnas con votos. En el noreste, Maiduguri se despertó con el ruido de explosiones provocadas por un ataque de Boko Haram contra el aeropuerto y edificios gubernamentales mientras que la rama de Boko Haram adscrita al Estado Islámico reivindicó un ataque en el Estado de Yobe, también en el noreste.

Abubakar vota en el Estado oriental de Adamawa junto a su esposa, Amina Titi.
Abubakar vota en el Estado oriental de Adamawa junto a su esposa, Amina Titi.EFE

El presidente Muhamadu Buhari votó en su colegio electoral en Daura, en el norteño estado de Katsina, y se mostró confiado de su victoria, mientras que su gran rival Atiku Abubakar lo hizo en Yola, capital del Estado de Adamawa (noreste). Aunque en algunos casos hubo retrasos, la mayor parte de los colegios abrieron sobre las ocho de la mañana y cerraron a partir de las dos, permitiendo sin embargo votar a aquellas personas que estaban haciendo cola a esa hora. Los primeros resultados comenzaron a salir por la tarde aunque aún es demasiado pronto para determinar el resultado final.

El perfil de ambos aspirantes presenta tantas similitudes como diferencias. Buhari, exgeneral golpista reconvertido a la democracia, es septuagenario (76 años), musulmán y del norte, al igual que su rival, el multimillonario empresario y exvicepresidente del Gobierno Atiku Abubakar (72 años). Sin embargo, aquí acaba su parecido. Buhari, que se presenta con el apoyo del Partido de Todos los Progresistas, representa la sobriedad y encarna la imagen de la lucha contra la corrupción que vive su país con el impulso de organizaciones de la sociedad civil. Sin embargo, una larga enfermedad que le mantuvo apartado de sus responsabilidades durante más de seis meses entre 2015 y 2017 hace dudar a muchos de su capacidad real de seguir siendo presidente.

Buhari, en el centro de votación al que ha acudido en la ciudad de Daura (norte del país).
Buhari, en el centro de votación al que ha acudido en la ciudad de Daura (norte del país).AFOLABI SOTUNDE (REUTERS)

Enfrente, Atiku Abubakar representa al hombre de negocios que supo convertirse en uno de los hombres más ricos de su país por su buen ojo empresarial. Sus compañías están presentes en multitud de sectores económicos, desde la agroindustria hasta la enseñanza privada, lo que no le impidió ser vicepresidente entre 1999 y 2007 bajo el mando del respetado presidente Olusegun Obasanjo. Pese a que nunca ha sido condenado por ello, su nombre aparece en varios dossieres de investigación por presunta corrupción y muchos ciudadanos consideran que su fortuna creció gracias a su actividad pública. Abubakar cuenta con el sostén del Partido Democrático Popular (PDP) y ha sabido conectar con quienes ansían una recuperación económica para el país con más pobres del mundo (87 de sus 190 millones de habitantes).

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Sobre la firma

José Naranjo
Colaborador de EL PAÍS en África occidental, reside en Senegal desde 2011. Ha cubierto la guerra de Malí, las epidemias de ébola en Guinea, Sierra Leona, Liberia y Congo, el terrorismo en el Sahel y las rutas migratorias africanas. Sus últimos libros son 'Los Invisibles de Kolda' (Península, 2009) y 'El río que desafía al desierto' (Azulia, 2019).

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