“El trato de la troika a Grecia, España y Portugal fue irresponsable e inaceptable”
El presidente de los socialdemócratas en el Parlamento Europeo afirma que le "decepcionó ver al PP marchando del brazo de los fascistas" en Madrid
La socialdemocracia afronta hoy el reto de hacer una propuesta convincente a los ciudadanos para renovar el contrato social en Europa. El presidente de los progresistas en el Parlamento Europeo, Udo Bullmann (Giessen, Alemania, 62 años), cree haberla encontrado en un documento elaborado por una comisión independiente y piensa ofrecerla a los electores para los comicios de mayo. El informe, que este jueves presenta en la Fundación Alternativas, propone medidas para avanzar en la "reforma del capitalismo", la justicia social o el progreso social y ecológico.
Pregunta. ¿Este es un programa electoral o es una hoja de ruta para renovar la socialdemocracia europea?
Respuesta. Ambas cosas. Nuestro grupo parlamentario abarca un espectro amplio, puesto que en países como Hungría o Chipre tenemos delegados de más de un partido. Y este documento nos da un paraguas más amplio que el manifiesto del PES desde el que poder hablar. Lo ha elaborado para nosotros una comisión independiente. Y con dos propósitos. Queremos que inspire la cultura política de la socialdemocracia, porque Europa necesita una socialdemocracia moderna y activa que esté a la altura de retos como el cambio climático, las migraciones, las crecientes divisiones entre regiones pobres y ricas… Además, queremos señalar las prioridades por las que vamos a dar la batalla en nuestro próximo mandato en el Parlamento Europeo y la base sobre la que vamos a negociar las mayorías.
P. ¿Se trata de un nuevo contrato social con los ciudadanos europeos?
Europa necesita una socialdemocracia moderna y activa que esté a la altura
R. Esa es la intención. Nos gustaría ir hacia un nuevo pacto social que pueda reunir a la ciudadanía en torno a este programa político. Por supuesto, estamos escuchando a los sindicatos, pero no solo a ellos, sino también a jóvenes, a organizaciones de mujeres y a ONG, porque queremos entender las necesidades de todos, también de aquellos que viven en regiones donde se sienten apartados del proceso de modernización. Si vamos a las causas del populismo, identificamos muy a menudo que la gente que viene de esas áreas se siente abandonada por lo que ocurre en las ciudades. Y queremos tener en cuenta a todos en este nuevo foro progresista. No queremos ser un partido que decide de arriba abajo, como los neoliberales con sus dogmas o los viejos comunistas. Queremos ser receptivos y escuchar.
P. ¿No cree que a raíz de la Gran Recesión muchos de aquellos a los que ahora se dirigen sintieron que el mensaje socialdemócrata simplemente desapareció ante ese dogma de la austeridad?
R. El mensaje socialista nunca desapareció. En política hay desafíos y acciones. Y se necesitan dos cosas: coraje e inteligencia. Basta con mirar los países de Europa Central, donde se ha vivido una refundación de los partidos socialdemócratas que venían de un Estado comunista y tuvieron que desarrollar una política económica a base de prueba y error. Y en Polonia, por ejemplo, la reacción ha llegado desde la derecha. Pero en otros países hemos visto un renacer de la socialdemocracia. Si se hallan las respuestas correctas, hay que intentarlo. Y a veces se necesita una generación para intentarlo otra vez y hacerlo mejor. Claramente el Partido Laborista, por ejemplo, se abrió camino hacia la izquierda con Jeremy Corbyn, pero también en España o Portugal una renovada socialdemocracia está liderando la carrera intelectual y política.
P. La Recesión ya pasó, pero países como España sufren todavía su herencia, con un 20% de la población en riesgo de pobreza. ¿Qué proponen?
R. Pedro Sánchez ha hecho mucho en estos meses. Necesitamos aumentar los salarios mínimos, de manera que los ciudadanos que están trabajando duro puedan tener una vida digna para ellos y para sus familias. No deben depender de subsidios adicionales del Estado, sino que los sueldos deben ser lo suficientemente decentes. Nos preocupamos en especial por la pobreza infantil. Vamos a dedicar todas nuestras energías a abolirla.
P. ¿Y cómo van a desarrollar ese programa?
Necesitamos aumentar los salarios mínimos y que los trabajadores no dependan de los subsidios
R. La política fiscal será un gran elemento. En nuestros análisis y estudios vemos cómo cada año se evaden de una u otra forma un billón de euros, lo cual es más de seis veces el presupuesto de la Unión Europea. Permítame además decirle que estoy profundamente convencido de que necesitamos un trato diferente para el sur. Durante muchos años estuve en desacuerdo con los líderes políticos porque el trato de la troika respecto a los países del sur fue totalmente irresponsable. El comportamiento con Grecia, Portugal o España era inaceptable. Son una pieza clave para los desafíos que tiene la Unión Europea en cuanto al cambio climático, las migraciones o la política exterior, en especial respecto al norte de África u Oriente Próximo.
P. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se disculpó recientemente con Grecia por el trato que recibió de la troika…
P. ¡Dios mío! Debería haberlo hecho desde el principio. Suerte que lo ha entendido ahora… Es muy tarde. La cuestión es que debemos tener claro que las naciones del sur constituyen una gran oportunidad para dar una respuesta europea apropiada a los desafíos que tenemos, como los de fijar una vecindad adecuada con países del sur del Mediterráneo o los de ir hacia una economía sostenible a través de las energías renovables. Espero que la nueva Comisión y el Parlamento sirvan a los intereses de los países de Europa focalizándose en el Mediterráneo. Esto se ha descuidado en el pasado, en especial por la derecha alemana.
P. ¿Y eso lo comparten los socialdemócratas del norte de Europa?
R. Por supuesto. Yo soy del norte a pesar de que a veces me sienta más mediterráneo.
P. Pero, por ejemplo, los suecos son reticentes a un presupuesto anticrisis para el euro y rechazan la tasa digital que sí defienden los españoles…
Después de perder la votación de los Presupuestos, Sánchez prefirió convococar elecciones. Eso es valiente. Una nueva forma de hacer política
R. Estamos trabajando para una tasa digital. Queremos verla. Hablamos permanentemente con los ministros de finanzas europeos, por ejemplo con el alemán Olaf Scholz. A él le gustaría verla fijada a nivel global. Yo estoy a favor de que sea mundial, pero si no es posible, tendremos que establecerla en Europa. Además, es necesario encontrar nuevas fuentes para el presupuesto. No se puede dar nuevas funciones a la Unión Europea por una parte y por la otra socavar sus capacidades para actuar. Eso no funcionará.
P. Defiende los derechos civiles, como los del colectivo LGTBI, pero en Rumania, donde gobiernan los socialdemócratas, celebraron un referéndum para prohibir los matrimonios del mismo sexo en octubre.
R. Creo en la capacidad de una sociedad para volverse tolerante con las diferencias. Sus miembros aprenden que no hay que tener miedo, a que las personas con creencias, estilos de vida o procedencia distinta no son una amenaza. Hay Gobiernos como el húngaro que busca chivos expiatorios. Viktor Orbán está viviendo de alimentar ese temor a los extranjeros. Pero si vemos los números, muchos llegaron con visados de oro del Gobierno. Los socialistas deben estar en la vanguardia de la lucha contra esa actitud xenófoba.
P. Uno de los retos que menciona es el cambio climático, pero durante los debates sobre las reducciones de dióxido de carbono hemos visto cómo algunos Gobiernos no dan pasos más ambiciosos por la presión de los sindicatos, que temen la pérdida de puestos de trabajo. ¿Cómo piensan superar esa disyuntiva?
R. Es natural. Por esa razón siempre decimos que, una vez sabemos cuál es, una vez identificada la transformación necesaria, entonces hay que ir a los lugares donde el desafío es mayor, hablar con la gente e invertir. Eso ocurrió en el pasado en la zona del Ruhr, que se dedicaba al acero y al carbón. En el año 1969 hasta allí fue Willy Brandt. Entonces era una zona oscura donde no se veía el azul del cielo. Salías con la ropa limpia y la tenías que lavar por la noche porque se volvía negra por la polución. Y él habló de la idea de que debía volver a brillar otra vez. Lo tomaron por loco, entonces era impensable. Hoy ya no, porque ya no viven del carbón. Modernizaron sus servicios y se volvió una región saludable.
P. ¿Con estas medidas tratan de taponar el crecimiento de Los Verdes en países como Bélgica o Alemania?
R. Para nada. Está pensado para la gente, no es un instrumento para competir políticamente. Nuestro programa va destinado a los ciudadanos. Y he de decir que en países como España esta transformación se está haciendo muy bien liderada por Pedro Sánchez. Déjeme decirle, por cierto, que me decepcionó ver, y esto es también la parte oscura de Europa, al Partido Popular marchando del brazo de los fascistas por las calles para demostrar su identidad nacional. Este tipo de nacionalismo es erróneo.
P. ¿Qué esperan en las elecciones generales de abril?
No veo fuerzas en el PPE, desde Alemania hasta España, para decirle adiós a Orbán
R. Las encuestas nos dicen que somos la fuerza líder. Es lo que esperamos y lo que España merece.
P. ¿Pero esperan poder gobernar?
R. Sé a lo que se refiere, a los problemas de formación de coaliciones ahora y tal vez después. Pero he de señalar dos cosas: el éxito de sus políticas gracias a un gabinete moderno, inteligente y con muchas y excelentes mujeres. Y segundo, Sánchez planteó a la oposición que le obligaba a regresar al presupuesto del pasado, del Partido Popular, al no aceptar el suyo. Y dijo que no estaba dispuesto a eso y que, antes que seguir en el poder, prefería convocar elecciones. Eso es valiente, es un nuevo estilo de hacer política.
P. Las proyecciones presentadas por el Parlamento Europeo les dan una caída de 51 escaños. ¿Espera remontar?
R. Estoy seguro de que las proyecciones aún no son un espejo de la campaña porque esta no ha empezado. Muchas de esas previsiones recogen qué se espera en política interna. A medida que se desarrolle la campaña tendremos espacio para ir ofreciendo nuestros argumentos. Creo que veremos una polarización, pero no tanto entre pro y antieuropeístas. La veremos por los antidemócratas de derechas organizados por las tropas de Orbán, patrocinadas por Steve Bannon, y con los discursos del odio de [Matteo] Salvini. Son cada vez más. Y no veo fuerzas en el PPE, desde Alemania hasta España, para decirle adiós a Orbán.
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