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Aumentan en Rusia los nostálgicos hacia la Unión Soviética

Un 66% de los ciudadanos se dice "arrepentido" del colapso de la URSS, el mayor porcentaje en una década, según un sondeo

Manifestación del Patido Comunista Ruso para conmemorar la Revolución de Octubre de 1917, el pasado 7 de noviembre.
Manifestación del Patido Comunista Ruso para conmemorar la Revolución de Octubre de 1917, el pasado 7 de noviembre.Getty Images
María R. Sahuquillo

Aumenta la nostalgia en Rusia por la caída de la Unión Soviética. El número de rusos que lamentan el colapso de la URSS ha alcanzado su récord de la última década, según revela un sondeo del Centro Levada. Un 66% de la ciudadanía rusa se declara “arrepentido” de su disolución. El año pasado, el mismo sondeo apuntó que quienes de alguna manera añoraban la URSS eran un 58%. Y durante años, la cifra no había superado el 60%. Sociólogos y analistas apuntan que la reforma del sistema de pensiones —que aumenta la edad de jubilación— y el temor a la inestabilidad económica han provocado un incremento de los melancólicos hacia un sistema que hace ya 27 años que se desmoronó.

La destrucción de un sistema económico único es la razón principal de esa nostalgia (52% de los encuestados), también la pérdida de un sentimiento de pertenencia a una gran potencia (36%) y el crecimiento de la desconfianza mutua (31%), según el sondeo —realizado a una muestra de unas 2.000 personas en 52 regiones del país— difundido en la web del centro y publicado también en el diario Vedomosti. Son personas para quienes 1991 es una fecha dolorosa, así como la desintegración de un imperio que iba desde Kaliningrado, en Europa, hasta Pamir, en Tayikistán, en la frontera con China. Un único Estado en el que hora existen un total de 15 países. El mismo presidente ruso, Vladímir Putin, ha llegado a decir que la caída de la URSS ha sido la mayor catástrofe del siglo XX.

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Los principales nostálgicos son los ciudadanos de 55 años y más. “La reforma de las pensiones se ha convertido en un indicador que ha disparado el porcentaje, ya fuerte, entre los rusos mayores que forman parte del grupo afectado por la medida o están cerca”, explica la socióloga Karina Pipiya. A partir de enero, y progresivamente, se aumentará la edad de jubilación hasta los 65 años para los hombres y los 60 para las mujeres; una medida que ha desatado protestas y manifestaciones en todo el país y está costando más de un disgusto a Putin, cuya popularidad ha descendido precisamente por eso.

“[Quienes lamentan la caída de la URSS] Suelen argumentar su nostalgia aludiendo a ideas irracionales sobre la economía fuerte y la prosperidad y bienestar de los tiempos soviéticos, olvidando otros problemas como el déficit”, añade Pipiya a través de un correo electrónico. Tampoco se acuerdan de los tiempos que sucedieron a la desintegración, cuando los precios se dispararon y la mayoría de los rusos perdieren sus ahorros de la noche a la mañana.

También la polarización sobre este asunto es la mayor en una década. Aumenta la distancia entre quienes añoran la época soviética y los que claramente no, sostienen los sociólogos del Centro Levada. Y destaca que en los últimos dos años han aumentado los jóvenes de entre 18 y 24 años que dicen lamentar la caída de la URSS; personas que nunca vivieron en ella. A la socióloga Pipiya le preocupa el dato. Afirma que la “romantización” de los tiempos soviéticos se debe al desconocimiento a fondo de la historia rusa de los jóvenes. Y que esto “puede llevar a la justificación de la represión estalinista, la reescritura de la historia o incluso a que den por supuestas las reformas democráticas”.

Fue en el año 2000 cuando el sondeo del Centro Levada alcanzó su máximo histórico: el 75% de la ciudadanía se manifestaba “arrepentida” de que la URSS se hubiera desmoronado. El mismo año en el que el actual presidente Vladímir Putin ganó las elecciones después de haber estado unos meses como interino para suceder a Boris Yeltsin. Hoy, Putin apoya una ideología que vuelve a hablar del resurgir del Imperio Ruso y desde hace años —y más desde que Rusia se anexionó Crimea en 2014— se habla en los medios de cómo el país volverá a ser una gran y respetada potencia.

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El Kremlin ha tratado de quitar impotancia a la encuesta del Centro Levada --a quien hace meses declaró como 'Agente extranjero'-- y a los análisis de sus datos. "Otros sociólogos dirán que las personas siempre están inclinadas a idealizar retrospectivamente lo que les sucedió en su juventud. Y que piensan que todo lo que les ocurrió en aquellos años, de jóvenes, fue mejor, más fiable y más grande", ha dicho el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.

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Sobre la firma

María R. Sahuquillo
Es jefa de la delegación de Bruselas. Antes, en Moscú, desde donde se ocupó de Rusia, Ucrania, Bielorrusia y el resto del espacio post-soviético. Sigue pendiente de la guerra en Ucrania, que ha cubierto desde el inicio. Ha desarrollado casi toda su carrera en EL PAÍS. Además de temas internacionales está especializada en igualdad y sanidad.

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