Las medidas de Macron subirán el déficit sin garantizar la calma social
El Gobierno francés admite que sobrepasará el límite del 3% fijado por Bruselas, aunque asegura que será solo “temporal”
Las medidas anunciadas por el presidente Emmanuel Macron en respuesta a las movilizaciones de los chalecos amarillos no lograron resolver el martes la duda de si bastarán para aplacar la cólera ciudadana, mientras que provocaron nuevas inquietudes, esta vez a escala europea: ¿Aceptará Bruselas que Francia caiga de nuevo en un gasto excesivo?
Que Francia se aboca a un déficit mayor de lo previsto, y por encima del límite europeo del 3%, parece inevitable. Las medidas decididas por Macron, entre ellas un aumento del salario mínimo en cien euros mensuales, la exención de impuestos y contribuciones sociales a las horas extra, una prima fin de año libre también de impuestos o la reducción de la CSG, un impuesto para financiar la protección social, para los jubilados con una pensión menor a los 2.000 euros al mes, van a pasar factura.
El Gobierno confirmó el martes que los anuncios le costarán a las arcas públicas hasta 10.000 millones de euros. Y que el déficit podría llegar al 3,4% en 2019, aunque el ministro de Cuentas Públicas, Gérald Darmanin, subrayó en el Senado que “no es la cifra definitiva” porque ese cálculo no tiene en cuenta eventuales medidas de ahorro que se puedan introducir en el nuevo presupuesto. "Debemos velar para que el gasto público sea controlado. Tendremos que tomar medidas para no aumentarlo", dijo por su parte el primer ministro, Édouard Philippe, ante los diputados.
En cualquier caso, aseguró el presidente de la Asamblea Nacional, Richard Ferrand, cualquier aumento del déficit será algo “estrictamente temporal” y Francia, que el año pasado logró por primera vez en una década cumplir los límites de Bruselas, volverá a respetar el 3% de déficit en 2020. ¿Bastará esta garantía para una Europa que precisamente está presionando a Italia por sus objetivos de déficit?
Bruselas "vigilante"
La Comisión Europea "seguirá de cerca el impacto de los anuncios hechos por el presidente de la República en el déficit francés y las modalidades de financiación", declaró en Estrasburgo el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, a la Agencia France Presse. Una portavoz de la Comisión agregó más tarde que evaluarán las cuentas de Francia en mayo, cuando se elaboren las próximas previsiones económicas por países, informa Lluis Pellicer desde Bruselas.
Las dudas tampoco se resolvían de forma clara a nivel nacional un día después de la esperada intervención de Macron, un discurso que fue visto por 23,06 millones de espectadores. Una cifra récord —por encima incluso que la final del Mundial de fútbol que ganó Francia— reveladora de la alta expectativa que había generado.
Muchas rotondas y carreteras amanecieron el martes una vez más pobladas por chalecos amarillos. La pregunta del millón es hasta cuándo seguirán en la calle. Lo que el Gobierno busca evitar es un “acto V”, un quinto sábado de protestas violentas en las principales urbes, una posibilidad aún difícil de valorar.
El apoyo a los chalecos amarillos, a la baja
Los primeros sondeos realizados tras los anuncios indican que el apoyo de los franceses a los chalecos amarillos aún es fuerte, pero está descendiendo.
Según la encuesta de OpinionWay realizado para la cadena LCI, aunque el apoyo a los chalecos amarillos sigue siendo mayoritario (66%), baja dos puntos respecto de la semana pasada. Además, el 54%, considera que es hora de que paren las protestas, frente a un 45% favorable a que continúen.
El sondeo de Odoxa para France Info y Le Figaro afirma por el contrario que siguen siendo mayoría (54%) los que desean que prosigan las acciones de los chalecos amarillos. Aun así, también se constata una fuerte caída del apoyo a las protestas, de 12 puntos, respecto de finales de noviembre.
Debate político
Mientras Macron recibía en el Elíseo a representantes del sector bancario, a los que logró convencer para que congelen las comisiones para los hogares más vulnerables, según el Elíseo, sus ministros defendieron los anuncios en un acalorado debate en la Asamblea Nacional. Philippe aseguró la voluntad de “ir rápido y fuerte” para “construir el nuevo contrato social al que nos ha invitado el presidente”.
Pero para el primer secretario del Partido Socialista, Olivier Faure, no son más que unas medidas “made in Nicolas Sarkozy” que siguen permitiendo “un escudo fiscal para los más ricos” mientras que “evitan un debate salarial”. “Vuestra promesa era la de un nuevo mundo. Pero desde ayer, sabemos de qué va realmente: es el regreso al futuro”, ironizó el líder socialista, cuyo partido apoyará una moción de censura presentada por varias formaciones de izquierda.
“No habéis comprendido qué pide el país”, denunció por su parte la diputada de Francia Insumisa Mathilde Panot. El presidente de los diputados de Los Republicanos, Christian Jacob, dijo que la respuesta de Macron ha sido “demasiado tardía”, y se negó a comprometerse ante una eventual nueva marcha de los chalecos amarillos el sábado. “No tengo consigna alguna que dar”, dijo.
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