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Una investigación apunta a una gran trama de propaganda ilegal a favor de Bolsonaro por WhatsApp

Un grupo de empresarios brasileños afín al ultraderecha incumple la ley al pagar la distribución de publicidad a su favor a través de WhatsApp, según el diario 'Folha de S.Paulo'

El candidato Jair Bolsonaro se detiene ante varios periodistas en Rio de Janeiro el 17 de octubre. En vídeo, declaraciones de Haddad, rival de Bolsonaro.Vídeo: RICARDO MORAES (REUTERS) / REUTERS-QUALITY
Tom C. Avendaño

Un nuevo escándalo ha sacudido Brasil a diez días de la segunda vuelta de las elecciones brasileñas. Según una investigación del diario Folha de S.Paulo, varias empresas privadas han estado financiando la distribución de propaganda a favor del candidato ultraderechista Jair Bolsonaro a través de WhatsApp, una herramienta que ya llevaba semanas despertado sospechas por su capacidad de manipulación en estos comicios, generalmente en contra del Partido de los Trabajadores (PT). De confirmarse, los hechos supondrían un delito electoral.

La coletilla durante el tramo final de campaña de las elecciones brasileñas ha sido que WhatsApp ha sustituido a los periódicos como fuente de información de muchos votantes; que los incontables memes, noticias falsas y otras octavillas digitales que se distribuyen a través de la aplicación de mensajería instantánea se han convertido en las nuevas noticias. Y con esta realidad se explicaba, en parte, que en el segundo país del mundo más enganchado a esta aplicación -únicamente tras Filipinas-, los sondeos mostrasen un fervor tan repentino por el ultraderechista Jair Bolsonaro y un odio tan visceral al PT.

Ahora el diario Folha de S.Paulo apunta, tras una investigación, de dónde viene al menos un porcentaje de toda esta propaganda: de las arcas de un puñado de empresas privadas, que, siempre según el diario, habrían sufragado, con contratos de hasta 12 millones de reales (algo más de 2,8 millones de euros), la distribución continua de millones de mensajes favorables a Bolsonaro para manipular al electorado a diez días del fin de los comicios. Esto supondría, como mínimo, una forma de financiación electoral de empresa al candidato, la cual es ilegal, y además oculta a los ojos del Tribunal Electoral.

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Estas compañías, algunas tan grandes como la cadena de tiendas Havan, una de las mayores de Brasil, pagaban servicios de agencias de marketing digital como Quickmobile, Yacows, Croc Services y SMS Market, firmas que ofrecen lo que en el mundillo llaman "disparo en masa": envíos del mismo mensaje incontables veces usando diferentes números (WhatsApp limita el número de veces que el mismo número puede mandar el mismo texto).

Las bases de datos usadas serían, en el mejor de los casos, las del propio Bolsonaro o su partido. En el peor, otras vendidas por las agencias, lo que supondría otro delito más: la legislación electoral también prohíbe la compra de bases de datos de terceros. Un dato revelador es que muchas de estas agencias estaban tan ocupadas que ya no podían aceptar pedidos hasta después de la votación final el 28 de octubre. Folha sugiere que es porque tenían previsto hacer una remesa de envíos masivos en los días previos a la segunda y definitiva cita con las urnas.

Un ejemplo de cómo funciona la trama: Bolsonaro tiene contratada la agencia AM4, a la cual paga 115.000 reales (27.000 euros), según la declaración en el Tribunal Electoral. AM4 se encarga de crear grupos de WhatsApp, supuestamente "comités de contenido" para "denunciar noticias falsas". Pero asegura que, en realidad, crean grupos de WhatsApp usando números extranjeros generados con ayuda de webs como TextNow: así burlan el límite de 256 miembros por grupo y de 20 veces que se puede reenviar el mismo mensaje.

En estos grupos comienza a rodar la maquinaria, al distribuir contenidos creados por seguidores de Bolsonaro. EL PAÍS se infiltró en uno de ellos hace unas semanas y contó más de mil mensajes diarios, generalmente con conspiraciones ficticias y acusaciones falsas. En estos grupos también empieza la criba de usuarios: están los que apoyan a Bolsonaro, quienes lo critican y los neutros. Los últimos son el objetivo; los primeros, el altavoz. Y la máquina se refina con cada vuelta, afectando a millones de personas.

Bolsonaro ha negado, a través de unas declaraciones de su abogado al diario Valor, haber participado en irregularidad alguna. Lo mismo ha hecho el dueño de una de las empresas nombradas por el diario, Havan, de Luciano Hang, un defensor acérrimo del ultraderechista que ya tuvo que borrar de su Facebook un vídeo a favor de Bolsonaro, porque había pagado a la red social para que llegase a más usuarios. El Tribunal Electoral lo consideró donativo empresarial, algo ilegal.

El PT de Fernando Haddad, el rival de Bolsonaro en la segunda vuelta electoral, ya ha pedido la apertura de una investigación y ha anunciado que tomará acciones legales. El Tribunal Electoral todavía no se ha pronunciado al respecto, pero cabe recordar que ya avisó no hace tanto de que aún no sabía cómo lidiar con noticias falsas. Estaba estudiando, se dijo entonces desde el órgano de justicia, cómo lidiar con ellas en el futuro. Brasil es el país más proclive del mundo a creerse la información falsa, según un estudio de Ipsos sobre un total de 27 naciones: más de seis de cada 10 personas daba por cierta una información ficticia.

Bolsonaro se mantiene como favorito en los sondeos

EL PAÍS | EFE

Una encuesta divulgada la noche de este jueves muestra que Jair Bolsonaro sigue siendo el favorito para llegar a la presidencia de Brasil. El ultraconsrevador tiene el 59% de intención de voto frente al 41% del candidato del Partido de los Trabajadores, Fernando Haddad. Bolsonaro le saca una ventaja de 18 puntos porcentuales a su rival, lo que supone un aumento de dos puntos respecto a la anterior encuesta divulgada por esta misma empresa. Estos porcentajes no incluyen los blancos ni los nulos, por lo que teniendo en cuenta todos los sufragios el excapitán del Ejército cuenta con un 50% de intención de voto, -dos puntos menos que en el conteo anterior- frente al 35% -que desciende un 1% frente al sondeo anterior- que obtendría sucesor de Lula da Silva.

En cuanto a la tasa de rechazo, Haddad es el menos querido por los brasileños: un 54% no votaría por él, frente al 41% que no lo haría por Bolsonaro. Sin embargo, hay un dato que debería preocupar al ultraconservador. La mayoría de los brasileños es favorable a los debates presidenciales y Bolsonaro ya ha anunciado que no acudirá a ninguno de ellos, aludiendo razones médicas -se recupera de una puñalada que sufrió en septiembre-. El 67% de los encuestados aseguró que es muy importante la presencia de los candidatos en los cara a cara y para el 73% es importante que el ultraconservador acuda a los debates.

Bolsonaro, que no ha podido hacer campaña electoral en la calle por las lesiones que le dejó aquella agresión, ha llenado esa ausencia con entrevistas, innumerables declaraciones en Twitter y con al menos un directo en Facebook al día. Este jueves, ha utilizado su programa para atacar la investigación de 'Folha de Sao Paulo' en la que se descubrió que una red de empresarios está pagando la divulgación de mensajes a favor de Bolsonaro en WhatsApp. "Lo quiero dejar claro: hoy me hicieron varios exámenes médicos. Los doctores me dijeron que estaba 'apto pero con restricciones' y me recomendaron que no hiciera esfuerzos prolongados porque podría ocasionarme algún problema", ha dicho Bolsonaro que se ha levantado la camiseta para mostrar las heridas que tiene tras la operación de colostomía [un procedimiento por el que una bolsa sustituye temporalmente parte del intestino] que tuvieron que realizarle tras la agresión.

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Sobre la firma

Tom C. Avendaño
Subdirector de la revista ICON. Publica en EL PAÍS desde 2010, cuando escribió, además de en el diario, en EL PAÍS SEMANAL o El Viajero, antes de formar parte del equipo fundador de ICON. Trabajó tres años en la redacción de EL PAÍS Brasil y, al volver a España, se incorporó a la sección de Cultura como responsable del área de Televisión.

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