Los republicanos anuncian que el voto sobre Kavanaugh será esta semana
El líder de la mayoría en el Senado confirma el alcance limitado de la investigación, encargada al FBI, sobre las acusaciones de abusos sexuales contra el juez
La votación para decidir si Brett Kavanaugh, acusado de intento de violación y de comportamientos sexuales inadecuados por tres mujeres, se convierte en el noveno juez del Tribunal Supremo de Estados Unidos se celebrará esta semana. Así lo ha anunciado este lunes el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, confirmando de facto el límite temporal de una semana impuesto a la investigación del FBI sobre las alegaciones, que encargó la Casa Blanca el pasado viernes a petición del Comité Judicial del Senado. "La hora de dilaciones y obstrucciones constantes ha llegado a su fin", ha dicho el senador, en una referencia a las supuestas maniobras de los demócratas para boicotear la confirmación del juez propuesto por el presidente, Donald Trump, que inclinaría hacia la derecha la balanza de la más alta instancia judicial del país durante una generación. El anuncio se produce entre las quejas de los demócratas, por el limitado alcance de la investigación encomendada a los agentes federales.
Si la investigación del FBI sobre el pasado del juez Brett Kavanaugh pretendía contribuir a que amaine la tormenta política desatada en Estados Unidos tras las acusaciones de abusos sexuales contra el candidato de Donald Trump al Tribunal Supremo, el arranque de la misma no ha hecho sino profundizar la brecha partidista en torno a su designación.
El propio presidente, en una conferencia de prensa este lunes, aseguró que desea “una investigación exhaustiva”. Pero al mismo tiempo pidió que sea “rápida”, porque es “injusto” para el juez. “Lo que están pasando él y su familia es indescriptible”, dijo, y se solidarizó con Kavanaugh porque aseguró haber sufrido él mismo esa “mierda” durante años. "El FBI debería interrogar a quien quiera, dentro de lo razonable", concluyó.
El encargo realizado al FBI, denuncian los demócratas, se limita a entrevistas a cuatro personas. La Casa Blanca niega que haya impuesto límites a la investigación pero insiste en que se opone a una “expedición de pesca”, en palabras de la consejera Kellyanne Conway, que indague en cualquier aspecto de la vida privada del juez. Trump aseguró este lunes que sí ha dado indicaciones al FBI pero que se limita a trasladarles lo que quieren los senadores. La naturaleza acotada de la investigación ha llevado a los demócratas a tildarla de “farsa”.
Las pesquisas incluyen, a petición de la Casa Blanca y los senadores republicanos, la entrevista a cuatro testigos potenciales: Deborah Ramírez, la mujer que acusa a Kavanaugh de agredirla sexualmente en Yale, que no compareció ante el Senado; Mark Judge y PJ Smith, ambos amigos de Kavanaugh en la escuela secundaria, y Leland Keyser, amiga de la época de Christine Blasey Ford, la primera denunciante. Fuera de la investigación quedan, en principio, las acusaciones realizadas por una tercera mujer, Julie Swetnick, que firmó una declaración jurada acusando a Kavanaugh de comportamiento sexual agresivo y de haber estado presente en fiestas donde se produjeron violaciones en grupo. “No me molestaría que entrevisten a la tercera denunciante”, dijo este lunes Trump, “aunque he oído que tiene poca credibilidad”.
No es infrecuente que la Casa Blanca especifique al FBI el alcance de la investigación encargada. En teoría, los agentes tienen la libertad de proseguir con sus pesquisas si hallan indicios de delito, pero deben consultar a la Casa Blanca. La investigación fue encargada el viernes por tres senadores republicanos, un día después de las dramáticas comparecencias televisadas de Kavanaugh y Ford ante los legisladores, cuando ya el comité del Senado había recomendado la designación del juez y la había remitido para su aprobación al pleno. El propósito era arrojar más luz sobre las graves acusaciones vertidas contra el juez conservador y templar el debate sobre si Kavanaugh es una persona idónea para ingresar en la más alta instancia judicial del país.
Pero la comparecencia del jueves de Kavanaugh ha llevado a algunos antiguos compañeros del juez, de los años en que se sitúan las presuntas agresiones, a eenunciar que este pudiera haber incurrido en falso testimonio. Es el caso de Chad Ludington, profesor universitario en Carolina del Norte que coincidió con el juez en Yale, que le acusa, en un comunicado público, de minimizar su consumo de alcohol en la juventud. El jueves ante el comité del Senado, Kavanaugh aseguró que nunca había bebido tanto como para perder temporalmente la memoria. Pero Ludington ha declarado que puede “afirmar inequívocamente” que el juez “no dijo la verdad”. Asegura que con frecuencia le vio “tambalearse por el consumo de alcohol “ y que a menudo se mostraba “beligerante y agresivo” cuando estaba intoxicado, y relata un episodio en que arrojó una cerveza a la cara de alguien, comenzando una pelea que acabó con un amigo mutuo en comisaría.
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