EE UU y México anuncian un frente común para luchar contra los carteles
Ambos países crearán un equipo en Chicago dedicado a investigar a los criminales mexicanos y sus redes de financiación
El debate sobre el muro fronterizo los divide, pero la lucha contra las drogas los une. Estados Unidos y México anunciaron este miércoles un "agresivo" plan para combatir los carteles de droga mexicanos, que incluye establecer un equipo de investigación conjunto con base en Chicago. Este grupo creado por la Agencia Antidrogas de EE UU (DEA) y la Procuraduría General de la República (PGR) mexicana dedicará sus esfuerzos a debilitar a los líderes de las organizaciones criminales "de alto nivel" y atacar su infraestructura financiera. “Esta es una cooperación sin precedentes”, dijeron las autoridades de ambos países durante una rueda de prensa en Chicago.
México es la principal ruta de la cocaína que llega a Estados Unidos y se ha convertido en el mayor abastecedor de heroína, lo que está impulsando la epidemia de muertes por consumo de opiáceos en el país vecino. También es un importante proveedor de metanfetaminas. El consumo masivo de drogas arroja preocupantes cifras: 64.000 estadounidenses murieron en 2016 producto de una sobredosis. "No es solo un problema de Chicago, es un problema nacional. En realidad, es un problema internacional", sostuvo Brian McKnight, agente especial a cargo de la División de Campo de la DEA en Chicago. El nuevo equipo especial buscará "romper las cadenas de valor de las organizaciones, como lo son las rutas del mercado de drogas y armas". Las autoridades no detallaron los recursos humanos o económicos que se destinarán para el propósito de la tarea.
En México, la situación también es preocupante. El país ha cerrado 2017 con una tasa de 25 asesinatos por cada 100.000 habitantes, superior a la de Colombia, y ha superado las cifras durante los peores años de la guerra contra el narcotráfico iniciada en 2006.
Andrés Manuel López Obrador, el presidente electo de México, ha propuesto desde la campaña una amnistía para paliar la crisis de seguridad que atraviesa el país, la peor desde que empezaron los registros hace dos décadas. La fragmentación de los grupos criminales y la diversificación del negocio han disparado la violencia en los últimos meses. Washington quiere ser considerado en este viraje en materia de seguridad propuesto por el futuro Gobierno mexicano, han dicho fuentes a diversos medios de ambos países.
La exhibición pública de cooperación bilateral sorprende en el hostil terreno político en que se encuentran ambos países. Desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca -y durante toda su campaña- ha insultado con frecuencia a México y le ha reclamado que pague un muro fronterizo. Además, el endurecimiento de las leyes migratorias y los esfuerzos del republicano por impulsar la renovación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC) para favorecer a Estados Unidos, han tensado las relaciones bilaterales. Pero a pesar de las diferencias con la Administración de Trump, los funcionarios y expertos en seguridad han aplaudido los esfuerzos bilaterales para acabar con las bandas de narcotraficantes. En una cárcel estadounidense está a la espera de juicio Joaquín El Chapo Guzmán, quien fue el capo más buscado del mundo.
La DEA confía en los cambios del sistema legal mexicano en los últimos años, diseñados para hacer más eficiente la recopilación de pruebas y enjuiciamientos. "El nuevo plan consiste en tomar velocidad y arrestar a más personas, más rápido", dijo a la agencia AP Matthew G. Donahue, director regional de la DEA para Norteamérica y Centroamérica. "Eso es lo que realmente estamos tratando de impulsar: la cooperación que tenemos actualmente con México para ser un poco más eficiente, un poco más agresiva", agregó.
Desde marzo, el nuevo capo de la droga más buscado en México y Chicago es el prófugo Rubén Oseguera Cervantes, alias El Mencho. Oseguera es el líder del Cartel Jalisco Nueva Generación, el grupo criminal más poderoso de México y las autoridades elevaron este miércoles el precio por su captura. La recompensa de poco más de 1,5 millones de dólares es la más alta desde la ofrecida por El Chapo, que alcanzó los tres millones de dólares en 2015. “La detención de El Mencho es una prioridad para el Gobierno de México y de EE UU”, dijo Felipe de Jesús Muñóz, un fiscal mexicano.
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