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“Una repetición electoral en Italia hubiera sido un plebiscito sobre el euro”

Carlo Cottarelli, el economista a quien Mattarella encargó la formación de un gobierno técnico en plena crisis institucional, cree que el programa de de Liga y 5 Estrellas es un riesgo económico para el país

Daniel Verdú
Carlo Cottarelli en Roma a finales de mayo.
Carlo Cottarelli en Roma a finales de mayo.Antonio Masiello (Getty Images)

El domingo 27 de mayo pasadas las ocho de la tarde, el profesor Carlo Cottarelli (Cremona, 1954), un reputado economista experto en recorte de gasto público y exdirectivo del FMI, iba a cocinar unas lentejas mientras veía el séptimo capítulo de la cuarta temporada de Breaking Bad. Retirado de los cargos que había ocupado en la administración, su vida transcurría entre la universidad y los libros. Pero sonó el teléfono. “El presidente quiere hablarle”.

Sergio Mattarella acababa de vetar el nombramiento de Paolo Savona, el ministro de Economía antieuro propuesto por Liga y Movimiento 5 Estrellas (M5S). La reacción furibunda de ambos partidos hizo saltar por los aires la formación de Gobierno y Mattarella desempolvó su plan B. Cottarelli tenía dos días para confeccionar un Ejecutivo que pusiera a salvo las cuentas del país y lo llevase a unas elecciones. Pero la crisis institucional y financiera desatada —la prima de riesgo llegó a los 320 puntos— fue tan grave que, respiró aliviado cuando la coalición populista logró el jueves formar un gobierno in extremis. Este domingo, dos volcánicas semanas después en las que toda Italia ha elogiado su elegancia y sentido de Estado, podrá volver a la serie que dejó a medias.

P. Aceptar ser primer ministro con la olla de lentejas en el fuego debe ser complicado. ¿Cómo reaccionó?

La reforma fiscal y la renta ciudadana  que proponen Liga y M5S exponen al país a un riesgo muy elevado

R. Acepté, sin más. No tuve ninguna duda. No es una oferta de trabajo que se pueda rechazar. Si el presidente te llama, debes ir.

P. Pero era una situación muy delicada con mucho más que perder de lo que podía ganar. ¿Por qué lo tenía tan claro?

R. Pasábamos por una crisis institucional grave y alguien tenía que intentar formar un gobierno técnico. ¿Por qué tendría que haberme echado atrás? A veces hay que ser valiente. Bueno, más bien tener sentido de la responsabilidad. Por supuesto también existían algunos miedos. Pero es un deber.

P. ¿Qué tipo de Gobierno diseñó?

R. Había más mujeres que hombres. Ellas fueron más valientes, hubo algunos hombres que lo rechazaron. Era un Ejecutivo técnico, nadie con un pasado político. Había profesores universitarios y directivos de empresas.

P. ¿Se quedaron a la espera desde el domingo por la noche hasta el miércoles?

R. Sí, los que no eran de Roma esperaban en un hotel y yo les iba informando personalmente cada dos o tres horas. Todos nos sentimos aliviados cuando se hizo el Ejecutivo político.

P. ¿Cómo se mete uno el país en la cabeza para diseñar un Gobierno en tan pocas horas?

R. Nuestra misión era muy limitada. Solo teníamos que guiar al país hasta unas elecciones. Así que había que gestionar de la manera más imparcial ese periodo. Pero teníamos un problema económico. Con la prima disparada y sin el apoyo del Parlamento, estaba claro que un gobierno técnico no podría lograrlo.

P. ¿La repetición electoral se hubiera convertido en un plebiscito sobre el euro?

R. Sí, seguro. Esos días se generó una situación de enorme crisis e incertidumbre que nos hubiera llevado a unas elecciones con el tema del euro de fondo.

P. ¿Entendió esos días cómo puede ser que Italia haya llegado a este euroescepticismo?

R. Italia, lamentablemente, no ha vivido bien la experiencia del euro. Soy el primero en decir que uno de los motivos por los que hemos crecido poco en los últimos 20 años se basa en no habernos adaptado bien a la moneda única. Los primeros 10 años perdimos 30 puntos de competitividad interna respecto a Alemania. Y eso penalizó las exportaciones, el crecimiento, el coste del trabajo. España y Portugal han vuelto a la situación de 1999 y es cierto que nosotros y Francia todavía no. Pero vamos en la dirección justa.

En mi gobierno había más mujeres que hombres,  fueron más valientes

P. ¿Sería viable una salida del euro para Italia?

R. El coste sería muy alto y habría problemas de todo tipo. El primero sería un recorte importantísimo de salarios. Luego habría problemas del balance: si te has endeudado en euros, luego tendrías que pagar con liras devaluadas. Lo mismo vale para el Estado, que debería estructurar la deuda y convertirla por ley en liras. Y generaría un problema para quien ha prestado al Estado, porque perderían dinero. En fin, al contrario de lo que algunos sostienen, sería un error. Italia tiene que permanecer en el euro.

P. Liga y M5S tienen importantes integrantes que lo defienden y a Mattarella le debió parecer que era una posibilidad real cuando vetó a Savona.

R. Es cierto que, a menudo, no hemos defendido bien nuestros intereses la UE. Se podía hacer mejor. Intervenimos demasiado tarde cuando se escriben las directivas; los franceses y los alemanes son los primeros en aportar sugerencias y cuando llegamos ya es tarde. Y algunas personas elegidas en ambos partidos, incluido el propio Paolo Savona, son banderas de esa posible salida del euro. Pero creo que si hubiera un referéndum la gente elegiría quedarse. Aunque sería un caos.

P. ¿Savona era claramente un peligro en ese sentido?

R. Es un gran economista. Pero sí ha habido una radicalización en los últimos años. Hoy es una bandera antieuro.

P. ¿Qué riesgo se corrió aquellos días?

R. Mucho, fue muy peligroso. Una especulación puede ser injustificada al principio, pero después se autoalimenta, se crean expectativas. Sube la prima, y con ella la gente se preocupa más. Es un proceso difícil de parar. Pero con la formación de este Gobierno ha quedado en un nivel relativamente bajo. Hoy el problema fundamental es la deuda pública.

Italia estuvo en una situación de mucho peligro durante los tres días que duró la crisis institucional

P. Viendo el programa de M5S y Liga no parece una prioridad.

R. Hay una idea que para mí es equivocada que apunta al crecimiento a través del déficit. Quizá sería viable con una deuda más baja, pero en las condiciones actuales es peligrosísimo.

P. Leyendo al nuevo ministro de Economía, Giovanni Tria, da la sensación de que esa precisamente es su posición.

R. Lamentablemente sí. Es un buen economista, aunque no compartamos muchas ideas.

P. ¿Se puede aplicar una tarifa única de IRPF y una renta de ciudadanía al mismo tiempo, como promete el programa, sin reventar las costuras del país?

R. Son cifras muy altas. La Flat Tax costará 50.000 millones y la renta, otros 17.000 millones. No lo harán todo, o al menos de golpe. Pero la tendencia será aumentar el déficit. La economía no es una ciencia exacta, pero creo que hacerlo expone al país a riesgos muy elevados. Si hubiese una recesión y creciese el déficit, llegarían los ataques especulativos.

P. Este Gobierno es un experimento. Y usted siempre dice que no es un momento para ello.

R. Es un Gobierno del cambio, de eso no hay duda. Pero habrá que ver si el cambio va en la dirección justa. Si volvemos a las políticas de déficit de los años 70 y 80 será solo el retorno al lugar donde empezó el problema.

P. Fueron unos días muy duros para Mattarella, atacado en las redes sociales y amenazado con ser sometido a un impeachment. ¿Cómo le vio en aquellas horas?

R. La serenidad del presidente me ayudó muchísimo. Convencido de hacer lo que hiciera falta por el país, siempre acorde con la Constitución. Estaba preocupado, pero permaneció tranquilo.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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