La inestabilidad arrastra a fuertes pérdidas a las Bolsas de Italia y España
La banca encabeza las pérdidas en los dos países y las primas de riesgo suben con fuerza
La inestabilidad pasa factura a los mercados. El epicentro no está en Grecia ni en España, como en 2012. Esta vez todos los ojos están puestos en Italia y la enorme crisis institucional que atraviesa, incapaz de formar Gobierno. La onda expansiva de la tensión alcanzó este martes las principales Bolsas europeas, que cerraron en rojo, y empujó al alza los intereses de la deuda soberana. España añadió, además, su propia sal a la herida: la moción de censura en contra del presidente que se debatirá al final de la semana no ayudó a calmar los ánimos. Los bancos se llevaron este martes los principales golpes en la Bolsa.
El Ibex, el principal selectivo de la Bolsa española, se dejó este martes un 2,49% de su valor. Algo peor fue la jornada en la Bolsa de Milán (-2,65%). Y en ambos mercados, el mismo patrón: entre los valores más castigados destacaron los bancos, que en conjunto sufrieron su jornada más aciaga desde la victoria del Brexit en junio de 2016. Sabadell sufrió un desplome del 6,8%; Santander cerró con una bajada del 5,4%; Bankia, del 5,2%; CaixaBank, cayó un 4,6%; y BBVA, el 4,16%. Todos los valores del Ibex terminaron en rojo y 13 de las 34 empresas que conforman el índice perdieron este martes más del 2% de su valor. En el caso de Italia, la cotización de varias entidades (terminaron con bajadas de entre el 4% y el 6%) llegó a ser suspendida por la acumulación de órdenes de venta.
El nerviosismo de los inversores en Italia y España marcó la jornada, pero la tensión traspasó fronteras. Todas las grandes plazas terminaron con bajadas: el conglomerado europeo Eurostoxx 50 perdió casi el 1,6%; Fráncfort, el 1,5%; París, el 1,3%; Lisboa cerca del 2,6% y Londres, el 1,26%. Y las principales Bolsas de EE UU, ya con las plazas europeas cerradas, se sumaron a las turbulencias: al cierre de la sesión, el Dow Jones se dejó un 1,58%.
Italia es el epicentro de la tormenta. Y no parece que amaine. De nada sirvió que el presidente de la República, Sergio Mattarella, intentase el lunes calmar los ánimos encargando a Carlo Cottarelli, un tecnócrata que ha trabajado en el FMI, la formación de Gobierno. Su Ejecutivo nacía muerto porque no tiene los apoyos necesarios en el Parlamento y solo servirá para llevar al país hasta unas elecciones después de verano. Pero este martes, ni siquiera ese Gobierno moribundo consiguió nacer: Cottarelli debía presentar su lista de ministros por la tarde a Mattarella, y no ocurrió.
Tampoco tuvo éxito a la hora de calmar a los inversores el Gobernador del Banco de Italia, Ignazio Visco. Aseguró por la mañana que “la confianza en la fuerza del país, más allá de las mezquinas y desequilibradas valoraciones, es grande: sobre el plano económico y sobre el civil”. Pero Visco advirtió también de la situación de riesgo si no se respetan los compromisos y los tratados firmados, señalando que Italia se encuentra a “pocos pasos” de perder la “confianza” de los inversores.
Pérdida de confianza
Durante los años más duros de la crisis, para medir esa confianza a la que hacía referencia Visco se usó la prima de riesgo como termómetro. Y ese indicador, este martes estaba ya muy caliente. La prima mide la diferencia de precio que pagan los inversores por los bonos a diez años de un país y los de Alemania, considerados los más seguros. Ayer en Italia llegó a rebasar los 300 puntos. Por la tarde se quedó en 294 puntos. Una subida en una sola jornada de cerca de 59 puntos. Todo un estirón, teniendo en cuenta que, en condiciones normales, la prima suele moverse tres puntos arriba o abajo.
La prima de riesgo española, por su parte, llegó a superar los 140 puntos. Por la tarde se instaló cerca de los 134 enteros. En todo caso, 16 puntos por encima del lunes. El terremoto italiano se dejó sentir por todo el Sur de Europa: subieron los intereses de la deuda en Grecia (40 puntos más en la prima de riesgo), Portugal (19,6 puntos) y aunque de forma mucho más ligera, también en el Norte, desde Francia a Austria.
“Dada la magnitud del salto en las rentabilidades de los bonos italianos durante los últimos días, realmente podemos hablar de crisis y observamos la habitual reacción de los mercados de regresar a activos más seguros (el bund alemán, los bonos de EE UU, el dólar, el franco suizo o el yen), mientras que la renta variable y el crédito están bajo presión, especialmente si está relacionado con Italia más o menos directamente”, señaló Fabrizio Quirighetti, analista de SYZ AM. “En lo que respecta a España, creemos que las incertidumbres políticas actuales, que no están relacionadas en absoluto con ningún sentimiento antieuropeo, llegan en un mal momento”, apuntó. “Las reacciones del mercado al proceso de negociación que dura dos meses desde que se celebraron las elecciones generales en Italia, han subrayado lo que está en juego para la tercera mayor economía de la eurozona”, apuntó Stéphane Monier, director de Inversiones de Lombard Odier.
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