“Debemos debatir sobre los daños del anonimato en redes sociales”
El profesor estadounidense cree que los gobiernos intervendrán para frenar las consecuencias lesivas de la desinformación y las cuentas de redes sociales sin identificar
El profesor adjunto en el Centro de Estudios de Seguridad de la Universidad Georgetown David Fahrenkrug fue un militar clásico antes de convertirse en un experto en ciberguerra. Como piloto de mando de la Fuerza Aérea con más de 2.000 horas de vuelo participó en múltiples operaciones de combate. Ahora es considerado uno de los mejores conocedores en Estados Unidos del carácter de los conflictos híbridos que tienen en internet su nuevo campo de batalla. Recientemente habló sobre ciberataques y campañas de desinformación en unas jornadas organizadas por el Instituto de Seguridad y Cultura en una de las salas del Senado español. En el auditorio se encontraban decenas de mandos militares vestidos de uniformes con galones. Al terminar su intervención tuvo la siguiente conversación con EL PAÍS.
Pregunta. Hay gente que se inquieta al ver a militares hablando sobre noticias falsas y desinformación. ¿Cómo puede explicarle eso a la ciudadanía?
Respuesta. En la cultura occidental tenemos normas y tradiciones que protegen el derecho a la información. Eso supone que el gobierno deja a la gente hablar de lo que quiera siempre y cuando no ponga en peligro al Estado. Ahora la gente está preguntándose si las noticias falsas en internet ponen en peligro al Estado. Eso está todavía por ver y debe ser discutido. Por supuesto siempre debemos tener cuidado de que el gobierno no abuse de su poder.
P. ¿Y cómo podemos limitar el daño de las noticias falsas?
R. Yo esperaría que nuestros medios de comunicación respondan. La gente que hace noticias falsas o propaganda no hacen periodismo, no salen a la calle a hacer entrevistas ni a verificar ni a hacer investigaciones periodísticas. Eso es lo que esperamos de nuestros medios de comunicación tradicionales. Sería un antídoto contra la plaga de noticias falsas.
P. Una reforma controvertida sería la de acabar con el anonimato en las redes sociales ¿Qué postura toma en ese debate?
R. No hay una respuesta fácil. En realidad, si quisieran, las redes sociales podrían introducir ya el requisito de registrarse usando un pasaporte o una tarjeta de identidad doméstica. Muchos usuarios de Twitter se sienten defraudados por la cantidad de cuentas falsas y la compañía está lidiando ahora con esa cuestión. Creo que debemos tener un debate sobre los daños del anonimato en redes sociales. Ahora está sucediendo y por ello ha ido al Congreso de EEUU Mark Zuckerberg (director ejecutivo de Facebook). El debate sobre los aspectos sociales de la información va a ser largo.
P. ¿Usted confía en que Facebook o Twitter pueden arreglar sus problemas autorregulándose?
R. Creo que ya está en marcha una respuesta del mercado. Si tenemos negocios que no son fiables, la gente deja de usarlos. Yo dejé de usar Facebook. No me parece que me venga bien porque hay mucha desinformación ahí y consume mi tiempo averiguar si son ciertas. Los consumidores tomarán decisiones como esas. Ahora bien, creo que finalmente veremos intervención del gobierno al igual que ha pasado en otras esferas de la economía capitalista. El gobierno va a tener que controlar cómo usan las redes sociales la información de los usuarios y van a tener que enfrentarse a responsabilidades ya sea por la información falsa o por las cuentas falsas.
P. Una de las cosas que más asusta es un “ciber Pearl Harbor”. El exsecretario de Defensa Leon Panetta usó esa expresión para advertir en 2012 que el riesgo de un ciberataque a infraestructura crítica como la red eléctrica de EEUU era creciente. ¿Estamos más cerca que entonces de un ciber Pearl Harbor?
R. Más lejos. Creo que nos han metido demasiado miedo con el riesgo de un ciberataque a nuestras infraestructuras. Es imposible destruir nuestra infraestructura crítica porque tiene forma de red. Por definición es casi imposible hacer que caiga una infraestructura de red. Son heterogéneas y deberías tener un conocimiento completo de todos los elementos que componen el sistema para hacer que colapse.
P. Sin embargo el miedo se ha extendido porque hackers rusos se infiltraron en plantas nucleares y en las redes de electricidad y agua de EEUU durante la campaña presidencial, según ha revelado el gobierno de Donald Trump.
Consiguieron entrar a esos sistemas pero una cosa muy distinta es hacerle algo a esos sistemas. El virus Stuxnet, que supuestamente EEUU o Israel lanzaron en 2010 contra Irán, necesitó una planificación de entre 4 y 6 años, según reportes de prensa. Necesitaron mucho tiempo para desarrollar un arma que tan pronto como fue descubierta, fue neutralizada. Los rusos no tumbaron por completo la red eléctrica de Ucrania en 2015. Solo interrumpieron partes de ella por unas pocas horas. Probablemente les hubiera gustado que el apagón durara más tiempo, pero no fueron capaces.
P. ¿Cuáles son los mayores riesgos en su opinión?
R. Ahora mismo lo más importante es proteger la información crítica para el Estado. Que no haya una nueva filtración de información clasificada como la que efectuó Edward Snowden (cuando trabajaba en 2013 para la Agencia de Seguridad Nacional, NSA). Snowden no debería haber sido capaz de escaparse con tanta información como tomó. Los daños no se habrían producido si hubiéramos tenido la información encriptada y descentralizada.
P. Los demócratas han criticado a Trump por su decisión de eliminar el puesto de asesor en ciberseguridad en el Consejo de Seguridad Nacional. ¿Le preocupa?
No he tenido tiempo de mirar este asunto. Podría ser un puesto duplicado o una posición informal. No deberíamos tomarlo como una señal de que el gobierno no se preocupa por los riesgos del ciberespacio.
P. ¿Entonces es el gobierno de Trump consciente de los riesgos?
R. Si usas el concepto de gobierno de manera amplia, sin duda. Así que eliminar una posición no va a afectar a la concienciación que la burocracia tiene de este problema.
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