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España y Argelia normalizan relaciones tras años de crisis

Albares se reúne con el jefe de la diplomacia argelina en Sudáfrica y Grande-Marlaska recibirá en Madrid el lunes al ministro del Interior del país magrebí

El ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, se reunió este viernes con su homólogo argelino, Ahmed Attaf, en Johannesburgo.
El ministro español de Exteriores, José Manuel Albares, se reunió este viernes con su homólogo argelino, Ahmed Attaf, en Johannesburgo.ALBARES VIA X (EFE/ALBARES VIA X)

España y Argelia normalizan relaciones tras años de tensión bilateral. Ambos países están multiplicando los gestos de acercamiento y dejando atrás una crisis que se desencadenó en marzo de 2022, cuando el Gobierno español abandonó por sorpresa su neutralidad tradicional en el conflicto del Sáhara Occidental y se alineó con la posición de Marruecos. La carta del presidente Pedro Sánchez al rey Mohamed VI, desvelada por el Palacio Real marroquí, permitió entonces la reconciliación con Rabat pero desató una crisis sin precedentes con Argel, aliada del Frente Polisario.

En menos de una semana, sin embargo, el presidente argelino, Abdelmayid Tebú, se refirió el pasado miércoles a España como “país amigo” en el tuit en el que felicitaba al escritor argelino Yasmina Khadra por la concesión del premio Casa Mediterráneo; este viernes, ha sido el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, quien se ha entrevistado por primera vez con su homólogo dese 2021; y el próximo lunes está prevista la visita oficial del ministro del Interior argelino a Madrid, donde se reunirá con Fernando Grande-Marlaska. La secuencia revela el nuevo clima tras un distanciamiento que ha dañado gravemente las exportaciones españolas al país magrebí y la cooperación en materia migratoria.

La reunión de Albares con su homólogo Ahmed Attaf en Johannesburgo (Sudáfrica), en los márgenes de la reunión ministerial de los países del G20, supone la primera entrevista entre ambos desde que estalló la crisis. Los detalles del encuentro no han trascendido, aunque el propio ministro español ha dado algunas claves en su cuenta de X: “Hemos tratado nuestras relaciones bilaterales y acordado reforzarlas aún más. También abordamos Palestina, el Sahel, el Mediterráneo y Ucrania”. En su cuenta oficial de Facebook, el Ministerio de Exteriores argelino, afirmó que, durante el encuentro, Albares agradeció “la eficaz contribución” de las autoridades argelinas en la liberación del ciudadano español Joaquín Navarro Cañada, secuestrado en el país el pasado 14 de enero, y confirmó “el apoyo al papel de Argelia en el fortalecimiento de la estabilidad y la promoción del desarrollo en la región del Sahel-Sáhara”. Las dos partes, añade el comunicado, también hablaron de cómo “impulsar las relaciones entre los dos países mejorando la confianza mutua y desarrollando la cooperación bilateral”.

Albares y Ataff tenían previsto reunirse en febrero del año pasado, cuando el ministro español planeaba viajar a Argel con la intención de sellar la reconciliación. La visita oficial, sin embargo, se suspendió apenas unas horas antes del despegue. El equipo de Albares no concretó los detalles y alegó “motivos de agenda argelina”, pero fuentes diplomáticas admitieron que ese viaje frustrado constataba la persistencia de una tensión latente y la necesidad de realizar complejos equilibrios para no generar malestar en Marruecos.

Otro hito relevante se producirá este lunes, cuando se espera que el ministro del Interior de Argelia, Brahim Merad, y su equipo se reúnan con Fernando Grande-Marlaska. Policía y Guardia Civil aguardan con mucho interés esta reunión porque el deterioro de las relaciones ha tenido impacto en la cooperación contra la inmigración irregular. Aunque tras el estallido de la crisis de marzo de 2022 no se produjo un aumento de las salidas de pateras desde Argelia, las autoridades del país magrebí sí bloquearon las repatriaciones de sus nacionales, que siguen sin ejecutarse hasta hoy. En los últimos meses, además, se ha visto un repunte de las llegadas desde las costas argelinas; especialmente a Baleares donde, al cierre de 2024, se habían registrado casi 6.000 entradas irregulares, un aumento del 200 respecto al año anterior. El martes, Merad, que es también ministro de Gobierno local, se verá con el secretario de Estado de Política Territorial, Arcadi España, para, según fuentes de su ministerio, “conocer el modelo territorial español y la autonomía financiera de los territorios”.

Las prioridades de la reunión con Marlaska serán cuatro, todas ellas relacionadas con la inmigración irregular, según fuentes al tanto de la cita. Por un lado, Interior quiere que se retomen las expulsiones de argelinos, que hasta la crisis se hacían en ferri desde Alicante de forma periódica. Los agentes españoles buscan también normalizar las relaciones con sus colegas argelinos. La cooperación policial entre las dos orillas se ha mantenido todos estos años gracias a las relaciones personales que mantienen entre ellos, pero no fluyen de forma oficial. “Hay que institucionalizarlas de nuevo”, explican. España quiere además abordar el control en los puntos de salida, porque se ha identificado el desplazamiento de los flujos a nuevas zonas menos vigiladas. Por último, se tratará la planificación de una visita de autoridades del ministerio y representantes de las fuerzas de seguridad españolas a Argel.

Las relaciones hispano-argelinas vienen sufriendo altos y bajos. Argel retiró a su embajador en Madrid el 19 de marzo de 2022, un día después de que el Palacio Real marroquí difundiera la carta que el presidente español, Pedro Sánchez, dirigió al rey Mohamed VI, en la que calificaba el plan marroquí de autonomía para el Sáhara Occidental como “la base más seria, realista y creíble para la resolución del contencioso” sobre la excolonia española. Abandonaba así la neutralidad mantenida durante medio siglo. Poco después, en junio de ese mismo año, Argelia bloqueó las relaciones comerciales mediante una circular de su banco central. La decisión supuso un desplome de las exportaciones españolas, que pasaron de 1.888 millones de euros en 2021 a solo 356 millones en 2023, aunque empezaron a recuperarse el año pasado (584 millones de enero a octubre). Lo que en ningún momento se vieron afectadas fueron las importaciones de gas y crudo argelino por parte de España, que rondan los 5.000 millones anuales.

Además de llamar a consultas a su embajador y bloquear la importación de productos españoles, Argelia dejó en suspenso el tratado de amistad, buena vecindad y cooperación de 2003, una represalia que en teoría sigue en vigor, aunque se trata de un gesto político, sin consecuencias prácticas.

Con el paso del tiempo las tensiones se han ido relajando, aunque no han recuperado la normalidad. En noviembre de 2023, Argel pidió el plácet para enviar a Abdelfetá Daghmun como nuevo embajador y ha ido levantando las restricciones a las relaciones comerciales. Ya en enero y febrero de 2024 se autorizaron las importaciones de algunos productos, como pollos, huevos y carne roja, ante la necesidad de abastecer el mercado local. El pasado noviembre, una nueva circular del Banco Central de Argelia normalizaba los intercambios, al ordenar que las operaciones entre un país y España “deberán tramitarse de acuerdo con la normativa cambiaria vigente”, por lo que dejaba de ser una excepción. A principios de esta semana, una delegación de la Cámara de Comercio de Alicante, la provincia que mantiene relaciones más estrechas con el país magrebí, realizó una visita institucional a Argel, la primera desde el bloqueo de las relaciones comerciales, en junio de 2022.

La reconciliación con España se produce en el contexto de un agravamiento de la crisis diplomática entre Argelia y Francia. En julio pasado, el país magrebí retiró a su embajador en París después de que el presidente francés, Emmanuel Macron, reconociera el plan marroquí de autonomía como la “única base para lograr una solución política justa” al contencioso del Sahara, yendo así un paso más allá de lo que lo había hecho el español Pedro Sánchez. La irritación argelina ha subido de grado tras la visita que, el pasado lunes, realizó la ministra francesa de Cultura, Rachida Dati, al Sáhara Occidental, la primera de un miembro del Gobierno francés al territorio ocupado por Marruecos.

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