Albares visitará la semana próxima Marruecos para reactivar la hoja de ruta que pactó Sánchez con Mohamed VI
El primer viaje bilateral del ministro de Exteriores en esta legislatura podría prolongarse a Mauritania y Senegal, origen de la mayoría de los cayucos llegados a Canarias
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, visitará la semana próxima Rabat (Marruecos) en el que será su primer viaje al extranjero de carácter bilateral (al margen de las reuniones de organismos multilaterales como la OTAN y la OSCE) en la nueva legislatura. El objetivo de la visita, según fuentes gubernamentales, es relanzar la hoja de ruta pactada con motivo de la reunión que Pedro Sánchez mantuvo en Rabat con Mohamed VI en abril de 2022, como corolario a la reconciliación entre los dos países tras el giro en la tradicional posición española sobre el Sáhara Occidental. La negociación de algunos puntos de esa hoja de ruta, como la apertura de las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla, se suspendió tras la convocatoria anticipada de las elecciones generales en España, inmediatamente después de las municipales y autonómicas del 28 de mayo, y debería reanudarse con la entrevista que mantendrán Albares y su homólogo marroquí, Naser Burita.
Aunque aún no se ha anunciado oficialmente la visita, está previsto que esta se produzca a partir del jueves, ya que el jefe de la diplomacia española acompañará el miércoles a Pedro Sánchez a Estrasburgo (Francia) para presentar ante el Parlamento Europeo el balance de la presidencia española del Consejo, que acaba a final de año. Según las fuentes consultadas, Albares podría prolongar su viaje a Marruecos con una visita a otros dos países del África Occidental: Mauritania y Senegal. Se trata precisamente de los tres países desde los que salen los cayucos con inmigrantes irregulares rumbo a Canarias, que han experimentado un fuerte aumento este año, desbordando la capacidad de acogida del archipiélago.
Tradicionalmente, Marruecos es el destino del primer viaje al extranjero de los presidentes españoles, pero en esta legislatura Sánchez ha optado por una gira por Israel, Palestina y Egipto, una región desgarrada por el ataque terrorista de Hamás del pasado 7 de octubre y la ofensiva de represalia israelí contra Gaza. Lo que sí hizo Sánchez fue hablar por teléfono, el 28 de noviembre, con el primer ministro marroquí, Aziz Ajanuch, con quien, según informó el primero a través de las redes sociales, coincidió “en la importancia de la amistad entre España y Marruecos” y en “impulsar la agenda bilateral ya acordada y explorar las nuevas oportunidades que ofrece esta relación renovada. También promoveremos una relación más estrecha entre Marruecos y la Unión Europea”, apostillaba.
Estaba previsto que Albares y Burita coincidieran en la reunión que, el pasado día 27, celebraron en Barcelona los ministros de Exteriores europeos y árabes en el marco de la Unión por el Mediterráneo (UPM), dedicada monográficamente al conflicto de Gaza. Además de la ausencia del jefe de la diplomacia israelí, ya anunciada, a última hora se descolgó también Burita. Según fuentes de la organización, el marroquí se excusó alegando la preparación del viaje que, una semana después, haría Mohamed VI a Emiratos Árabes Unidos (EAU), su primera visita oficial en cinco años, mientras otras fuentes señalan que Marruecos intenta hacer equilibrios entre la solidaridad árabe con el pueblo palestino y su creciente cooperación militar con Israel.
Este será el primer encuentro entre Albares y Burita tras un largo paréntesis electoral que hizo que quedara aparcado el desarrollo de la hoja de ruta. Uno de los temas que quedó pendiente es la visita oficial a Marruecos a la que Mohamed VI invitó a Pedro Sánchez el pasado 2 de febrero. El monarca, que se encontraba en su mansión vacacional de Pointe Denis (Gabón), dio plantón al presidente español y a los 11 ministros que le acompañaron a la Reunión de Alto Nivel (RAN). Mohamed VI sustituyó la esperada audiencia por una llamada telefónica en la que invitó al jefe del Gobierno español a realizar una visita oficial a su país. Aunque el comunicado de la casa real alauí aseguraba que la visita se realizaría “en breve”, todavía no hay fecha.
Al margen de esta visita, cuya concreción depende del Palacio Real, las conversaciones de Albares en Rabat girarán en torno a una agenda que incluye las relaciones comerciales, que baten cifras récord; la apertura de las aduanas de Ceuta y Melilla —la primera de nueva planta y la segunda cerrada desde 2018—, para la que sigue sin vislumbrarse la fecha, aunque hace ya casi un año que se realizó la primera prueba piloto, o la inmigración irregular, que ha sufrido un fuerte repunte.
Mientras en 2022 se produjo una fuerte caída de la llegada de pateras —el número de inmigrantes irregulares que alcanzaron España por vía marítima bajó un 27,9%, porcentaje que llegó al 29,7% en Canarias—, la situación ha empeorado drásticamente en 2023. Las llegadas por vía marítima han crecido un 82,3%, con un aumento del 17% en la Península y Baleares y del 134,8% en el archipiélago canario, entre el 1 de enero y el 30 de noviembre de este año.
El Gobierno atribuye este fuerte aumento a la dramática situación del Sahel —donde se han multiplicado los golpes de Estado y el yihadismo sigue ganando terreno— y a la inestabilidad en países como Senegal, a donde ya viajó el pasado 30 de octubre el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. Sin embargo, el hecho de que más de 10.000 inmigrantes llegaran a Lanzarote y Fuerteventura, islas situadas frente a las costas del sur del Marruecos y el norte del Sáhara, revela que la ruta desde el país vecino también se ha reactivado.
El viaje de Albares se produce en un momento en que está a punto de cerrarse la crisis diplomática con el otro gran vecino del sur, Argelia. Tras 19 meses con la representación vacante, el Gobierno concedió el pasado 14 de noviembre el plácet al nuevo embajador argelino en Madrid, Abdelfetá Daghmun, que aún no se ha incorporado a su puesto.
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