“Los hombres deben estar en el feminismo moderno”
La directiva de la agencia de Naciones Unidas aboga por un feminismo joven e inclusivo y sostiene que hacen falta cuotas de mujeres en la Administración y empresas
Martilleando estereotipos. Así, poco a poco, pero de forma constante plantea María Noel Vaeza, directora de programas de ONU Mujeres, la ingente tarea de debilitar y en última instancia acabar con los estereotipos de género que arrinconan a las mujeres y perpetúan actitudes machistas entre los hombres. “No todos los hombres son depredadores. Muchos no quieren estar en la misma bolsa”, afirma. Por eso aboga por un feminismo moderno, con una agenda amplia en defensa de los derechos de las mujeres, que cuente con los hombres. “Ellos deben también formar parte”, recalca en Madrid, donde ha acudido de viaje oficial para presentar el programa Ciudades Seguras y para reunirse con responsables del Gobierno y expertas.
La denuncia contra el acoso y los abusos sexuales que sufrieron durante décadas cientos de mujeres en la industria del cine alumbró el año pasado al movimiento #MeToo. A esa oleada de alcance mundial la había precedido #Niunamenos, en rechazo a la violencia de género en América Latina. Los movimientos de mujeres viven un momento de efervescencia, como se vio el pasado 8 de marzo, cuando decenas de miles salieron a la calle en todo el mundo por el Día Internacional de la Mujer, para denunciar y visibilizar la desigualdad y la violencia que sufren a diario. Este sentir, considera Vaeza, está llegando a todas las regiones del mundo. "Es como que la gente se está despertando y está diciendo bueno basta. Ahora nos toca hablar”, afirma.
Desde ONU Mujeres, la directora de programas de la agencia internacional quiere alentar esos movimientos de mujeres. "Estimulándolos, pero no desde el feminismo clásico de élite. Sino que sea el feminismo joven, el que incluye a hombres; hombres jóvenes y dinámicos que quieren una nueva masculinidad", asegura la uruguaya. "Eso, para nosotros es fundamental”, recalca. España asiste conmocionada a la sentencia por el llamado caso de La Manada, en el que cinco jóvenes acusados de la violación grupal a una joven en las fiestas de San Fermín en 2016 han sido condenados por abusos y no por violación. Una condena que ha encendido el debate sobre la legislación de los delitos sexuales. Poco después de que se hiciese pública la sentencia, en Chile, una mujer fue violada en grupo por un grupo de hombres en las proximidades de una parada de metro. En India, una joven que denunció otra violación grupal fue quemada viva por señalar ante la policía a sus agresores. Algo tiene que cambiar.
Vaeza habla con voz pausada, pero firme, de generar un movimiento con una agenda que abarque los distintos ámbitos que afectan a la mujer. “No es solamente el tema de la violencia de género, es el acceso a la justicia, el empoderamiento económico, las alianzas”. "En los Parlamentos solo hay un 23% de mujeres, de media. Y solo un 9% de alcaldesas. Eso no es nada", exclama Vaeza, que visitó la redacción de EL PAÍS y se reunió con un grupo de mujeres periodistas.
La directora de programas de ONU Mujeres ve un rayo de esperanza en los hombres que se quieren sumar al cambio, como ha demostrado la iniciativa He for She, que promueve la institución, y en la que participan 10 presidentes del mundo, como el de Uruguay, Tabaré Vázquez, entre otras destacadas figuras de empresas y Universidades. Y a ese compromiso, la experta añade otra gran clave: la política del cuidado. "Si no existen políticas públicas, claras de cuidado de adulto mayor y al niño, es imposible que las economías de los países crezcan y las mujeres salgan a trabajar”, resalta.
La Economía es otra de las claves en este proceso. En momentos de crisis, de datos negativos del PIB, en los que los Gobiernos buscan políticas originales para impulsar el mercado laboral, Vaeza lo tiene claro: “Si el crecimiento económico mundial está estancado es porque la mujer no participa, y hasta que la mujer no participe no va a haber crecimiento económico”. Citando estudios de distintas consultoras, asegura que el mundo crecería un tercio más si la mujer entrara al mercado laboral. “Estamos hablando de trillones de dólares. ¿A qué estamos esperando?”. A la pregunta de por qué no se está haciendo más con esos datos sobre la mesa, Vaeza lo tiene claro: “Seguimos en una sociedad patriarcal, hay 11 presidentas mujeres en 200 países”. Recuerda, además, que hay todavía 56 países en los que las mujeres no pueden heredar la tierra, ni se les permite abrir una cuenta solas y sociedades en las que el divorcio puede representar su fin.
“Es una cuestión de poder. Hablémoslo claro y duro”, concluye la directiva, que considera que, en realidad, ese es el motivo de las desigualdades en el mundo. “El que tiene el poder no lo cede y es cuestión de desmontar esos arquetipos”. Vaeza se muestra partidaria de las cuotas, aunque sea de forma temporal, para acortar la brecha histórica de la incorporación de la mujer al ámbito laboral fuera del hogar. Se calcula que todavía las mujeres van a tardar 89 años en alcanzar una igualdad económica. “No es cuestión de opacar o suplantar, porque si amplias la torta no le quitas el espacio a nadie”.
Ciudades seguras
María Noel Vaeza ha llegado a Madrid para presentar el programa de Ciudades Seguras, una iniciativa con la que la agencia de Naciones Unidas busca recopilar datos sobre las situaciones que afrontan las mujeres en su día a día, bien sea machismo, acoso o inseguridad en los lugares públicos. Madrid es una de las ciudades que se ha sumado a este proyecto en el que ya participan otras 27, como El Cairo, Kigali o Nueva Delhi.
En Dublín y Quito, por ejemplo, tras el análisis con perspectiva de género se determinó que había que renovar su diseño para hacer los espacios públicos más inclusivos, seguros y receptivos. En la capital ecuatoriana, además, se estableció una ordenanza local para hacer más efectiva la persecución del acoso callejero y se remodeló el sistema de transporte en autobús —pasillos de cristal transparente, rediseño de las paradas, una aplicación móvil para denunciar, etc—, donde muchas mujeres habían denunciado acoso.
ONU Mujeres quiere mejorar el intercambio de datos entre instituciones, busca la colaboración de las empresas para evitar los estereotipos y trabaja en iniciativas para la promoción de leyes donde el acoso sexual callejero sea criminalizado.
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