Palestina resta relevancia al “simbólico” traslado de la embajada de EE UU a Jerusalén
"Hemos esperado 70 años por Jerusalén. Si hay que esperar a que se vaya Trump, lo haremos”, dice Nabil Shaat, asesor de la Autoridad Nacional Palestina
El traslado oficial de la embajada de Estados Unidos de su ubicación actual, en Tel Aviv, a Jerusalén el próximo 14 de mayo no cambia los planes de Palestina de colocar en esta misma ciudad la capital de su Estado. “Hemos esperado 70 años por Jerusalén. Si hay que esperar a que se vaya Trump para que se nos reconozca nuestro derecho soberano en esta parte de la ciudad, lo haremos”, asegura Nabil Shaat, asesor presidencial para las relaciones Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Situado al pie de lo que será la embajada norteamericana en Jerusalén, Shaat explica, mapa en mano, cómo la nueva legación diplomática quedará ubicada en tierra de nadie, pero al este de la Línea Verde (la línea divisoria establecida tras el armisticio de 1949 que separa el Este del Oeste de Jerusalén). “La tierra de nadie no es parte de Jerusalén Oeste. Trump al final de su discurso [cuando anunció el traslado de la embajada el pasado 6 de diciembre] dijo que es un movimiento que no viola la legislación internacional, pero la viola. Y también el statu quo alcanzado sobre Jerusalén, las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU y los compromisos adquiridos por los sucesivos gobiernos estadounidenses… Es un traslado ilegal”, sentencia Shaat.
“La prioridad es echar a los israelíes fuera de los territorios ocupados. Para nosotros trasladar la embajada aquí es simbólico. La realidad que nos preocupa es la creciente ocupación de los colonos israelíes, ni siquiera la fuerte ocupación militar, sino el quedarse con la tierra pedazo a pedazo, poco a poco, reemplazando los palestinos, en una política de limpieza étnica que continúa hoy en día. Eso es lo realmente grave”, dice señalando hacia el asentamiento de Talpiot Este, una extensión del barrio judío de Talpiot, que se expande hacia la parte oriental de la Ciudad Santa, en dirección al vecino barrio árabe de Sur Baher.
El traslado oficial de la embajada y el reconocimiento de la Ciudad Santa como capital de Israel han abierto un abismo “insalvable” entre la ANP del presidente Mahmud Abbas y la actual administración estadounidense. “Lo que ha hecho Trump es alinearse con la ocupación israelí por eso queda completamente deslegitimado para dirigir el proceso de paz. Trump ha puesto fin al papel preponderante de Estados Unidos en él”, afirma el que fuera ministro de Exteriores con el fallecido presidente palestino Yaser Arafat.
Junto a Shaat, el parlamentario árabe israelí, Ahmad Tibi, asiente. “Lo que ha hecho Trump es asumir totalmente la narrativa israelí y las políticas de Netanyahu (el primer ministro hebreo) encaminadas a enterrar la idea de la solución de los dos estados”, dice el diputado al frente de la Lista Árabe Conjunta de la Knesset (el parlamento israelí). El político árabe israelí, añade además que el magnate estadounidenseha dado luz verde a Netanyahu para seguir desarrollando políticas encaminadas a aumentar la presencia judía en los barrios del Este de la Ciudad Santa. “Esto no afecta sólo a los palestinos porque parte de su agenda contiene minar los derechos de la minoría árabe que vivimos en Israel. La denominada Ley de Ciudadanía está redactada en ese sentido. La lengua árabe dejará de ser lengua oficial en Israel pero, además, los árabe israelíes no tendremos los mismos derechos que los judíos”, adelanta Tibi.
La nueva legación diplomática estará en un antiguo edificio utilizado por el consulado americano pero, en realidad, no estará terminada hasta dentro de unos seis años. Actualmente ocupa unos 6.000 metros cuadrados pero, según el proyecto presentado en medios israelíes por el arquitecto Amir Maan, cuadruplicará su espacio tras el derribo del antiguo Hotel Diplomat, aledaño al complejo. “Es otro ejemplo del doble rasero del ayuntamiento de Jerusalén. Apenas se conceden permisos de construcción a los palestinos pero en este caso se ha facilitado todo de forma inmediata”, critica Shaat.
En el acceso a la nueva embajada, donde ya ondean las banderas de Israel y Estados Unidos, trabajadores municipales colocaban este miércoles pacientemente flores rojas, blancas y azuladas en un guiño a la enseña de las barras y estrellas. El alcalde de Jerusalén, Nir Barkat, publicó este lunes en Twitter su foto colocando las señales que indican en hebreo, árabe e inglés el camino a la nueva embajada de Estados Unidos. “!Esto no es un sueño, es una realidad!”, escribió eufórico el regidor.
Israel también pondrá el nombre de Donald Trump a una plaza cercana a la nueva embajada norteamericana en agradecimiento a su apoyo pero, de momento, no podrá ser testigo de ese honor porque según la Casa Blanca, el presidente norteamericano no formará parte de la delegación que inaugurará el complejo diplomático el 14 de mayo en Jerusalén.
La exportación de cardamomo de Guatemala en peligro de ser boicoteada
Tanto Nabil Shaat, asesor en política exterior del presidente palestino, Mahmud Abbas, como el diputado árabe israelí, Ahmad Tibi, hicieron un llamamiento a la comunidad internacional para que no participe el próximo lunes en los actos de inauguración de la embajada de Estados Unidos en Jerusalén. “Boicotear el acto es actuar en coherencia con la legalidad internacional vigente. Por eso los representantes de otros países no deben acudir”, dice Shaat.
Reconoce que la Autoridad Palestina no se quedará de brazos cruzados frente a países como Paraguay, Honduras o Guatemala, que ya han anunciado que seguirán los pasos de Estados Unidos y trasladarán próximamente sus embajadas a Jerusalén. Estudiarán acciones diplomáticas pero, sobre todo, intentarán conseguir el apoyo de los países árabes para ejercer presión económica. "Guatemala es el principal exportador de cardamomo al mundo árabe. Es un aditivo que se usa mucho aquí para el café. Creemos que el boicot a la exportaciones de cardamomo pueden dañar seriamente la economía guatemalteca. Aún no hemos llegado a eso. Los países árabes aún no han movido ficha como para amenazarles ahora, pero ya veremos, es una de las opciones que barajamos", advierte Shaat.
El dirigente palestino reconoce que el traslado de la embajada en sí no es tan definitivo a la hora de marcar la agenda del Gobierno. “Lo interesante será ver como el resto de países acomodan sus relaciones a la nueva situación, cómo se producen los contactos con los americanos aquí (...) Queda un largo camino por delante. Son tiempos difíciles. Hay que ver qué pasa con las elecciones legislativas en noviembre en Estados Unidos. Si Trump sale reforzado, tendremos que esperar dos años más. El mundo esta cambiando muy rápido y parte de la inestabilidad existente Oriente Medio es por eso”, concluye Shaat.
Precisamente el presidente palestino, Mahmud Abbas, se encuentra de gira por latinoamérica para evitar otros países sigan la estela de Tump.
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