_
_
_
_

Ruiz Esparza: “La cancelación del nuevo aeropuerto generaría un descrédito total en México”

El secretario de Comunicaciones y Transportes afirma en una entrevista con EL PAÍS que el 3,3% del PIB mexicano está en riesgo si se frena la construcción de la infraestructura

Ignacio Fariza
Ruiz Esparza, durante la entrevista.
Ruiz Esparza, durante la entrevista.Alicia Fernández

Gerardo Ruiz Esparza (Ciudad de México, 1949) recibe a EL PAÍS en un chalé de una zona residencial de la Ciudad de México que hace las veces de sede provisional de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes desde que el terremoto del pasado 19 de septiembre dañase la sede oficial. A una semana del inicio de la campaña electoral para las elecciones mexicanas de julio el debate sobre el nuevo aeropuerto capitalino toma fuerza: el candidato que lidera los sondeos, Andrés Manuel López Obrador (Morena), propone su cancelación, mientras que el candidato priista, José Antonio Meade, y el de Por México al Frente (una coalición de PAN -centroderecha-, PRD -centroizquierda- y Movimiento Ciudadano -centro-), Ricardo Anaya, defienden su continuidad.

Pregunta. ¿Qué supone para México la construcción del nuevo aeropuerto?

Respuesta. Tener un aeropuerto saturado es un grave problema, fundamentalmente por no poder crecer y por el riesgo que representa estar operando al máximo de su capacidad. Implica no perder algo así como el 3,3% del PIB. Tenemos 295 empresas trabajando; 40.000 empleos, que llegarán a 100.000 este año; bonos internacionales por 6.000 millones de dólares y una próxima emisión de 1.500 millones; más una línea de crédito de 3.000 millones. [Si se cancelase] se generaría una desconfianza y un descrédito total ya no en el proyecto, sino en el país.

P. ¿Hasta qué punto está blindado?

R. No hay un blindaje legal, pero sí social, empresarial y financiero. Es imprescindible, pero también hay que entender que quien sea el próximo presidente tendrá la facultad soberana de hacer lo que quiera: si quiere romper relaciones con Estados Unidos, cancelar el aeropuerto o todas las reformas, lo podrá hacer. Pero las repercusiones de cualquiera de ellas serían terribles para el país.

P. ¿Qué porcentaje de la obra se ha desarrollado hasta ahora?

R. Hay 29 obras en proceso. Esperamos terminar la estructura de la terminal, de dos pistas y de la torre de control en esta Administración. En términos generales podríamos hablar de un avance del 30% y quizá llegaremos a un 50% o 55% al final de esta Administración.

P. Quienes critican su construcción lo hacen con varios argumentos: su elevado coste, el lugar elegido —el lago de Texcoco, de suelo blando, que se hunde constantemente— y razones medioambientales.

R. El aeropuerto sigue costando 13.300 millones de dólares, que es el coste inicial. Cambió el tipo de cambio, sí, y la inflación. Y hay que afrontarlo por ley, pero son factores que son atribuibles a un mal proyecto o a un descuido. Sobre el lugar, la respuesta más clara es que el actual aeropuerto está construido sobre el mismo terreno, aún más bajo, y lleva 60 años operando. Así de claro.

P. ¿No habría sido más económico construirlo sobre otro tipo de suelo?

R. Si hubiéramos tenido que comprar este terreno, cuando menos, habríamos tenido que pagar 200.000 millones de pesos. Si tenemos que comprar otro equivalente en cualquier otro lado, habría sido prácticamente el triple, 600.000 millones. Este suelo es igual que el del centro de la Ciudad de México. Las técnicas ya son tan avanzadas que no es más caro construir en un suelo que en otro.

P. A lo largo de este sexenio han proliferado los casos de corrupción. También los sobrecostes en proyectos de infraestructura. ¿Se siente responsable?

R. ¿Son comentarios mediáticos o legales? Porque ninguno tiene tema legal. Se ha dicho que la empresa Higa es consentida de la Secretaría cuando no tiene un solo contrato. ¿Cómo puede haber licitaciones corruptas cuando la empresa que se dice que es la consentida no tiene un solo contrato? Dos, OHL: no tiene un solo problema legal en México. Tiene una autopista de [un total de] 80 que hemos concesionado y dos licitaciones de 15.000. Si esa es empresa consentida… Hay otras que tienen 20 o 30 contratos. Mucho de esto es un padecimiento de fake news. ¿Qué hemos hecho? Toda la información y las licitaciones son públicas. Todas. No hay una sola acción legal de ningún constructor o de un tercero en contra de la Secretaría.

P. ¿Cree que se ha hecho todo lo posible contra la corrupción en este sexenio?

R. A ver, se ha hecho lo que nunca antes. ¿Y sabe quién lo reconoce? Nadie. Lo que interesa es decir que hay licitaciones opacas. Es parte de un interés mediático-político. Otra cosa es la realidad.

P. ¿No cree que pudieron hacer más?

R. Difícilmente. Sinceramente, creo que si hubiera algo más que se pudiera hacer ya lo habríamos hecho. Hacer todo público, informar permanentemente de todas las obras, tener presencia permanente en medios, en Twitter, en Facebook… Poco se toma en cuenta.

P. El año pasado dos personas murieron después de que el coche en el que viajaban cayese por un socavón en una autopista recién inaugurada. Aún no se ha producido una sola sanción, inhabilitación o destitución. ¿Qué opinión le merece?

R. Esa es una buena pregunta para la Secretaría de la Función Pública, que es la que lleva el procedimiento. Yo me quejo de lo mismo: ya debía haber habido sanción. Hemos coadyuvado para que las empresas y los servidores públicos responsables reciban la sanción que les corresponda. Yo no tengo facultades para sancionarlos.

P. ¿Tiene la conciencia tranquila?

R. Al 100%. Fue un accidente. Llevamos 6.500 kilómetros de carreteras construidas sin un solo problema. Se tapó un tubo de agua, se rompió y eso hizo que 200 metros de una obra que hoy está funcionando perfectamente bien se colapsaran. No tiene nada de ilegal: que se haya querido hacer ver como ilegal no quiere decir que tenga nada de ilegal. Obviamente las empresas van a tener que pagar el daño y habrá servidores públicos que, por no avisar de que había un problema, van a ser sancionados.

P. La Función Pública encontró irregularidades en pagos por valor de más de 1.000 millones de pesos en esa obra. ¿No cree que se pudo haber hecho más para asumir responsabilidades, también, en ese punto?

R. Ya se acreditó, peso a peso, lo que costó. Hace falta que salga su dictamen sobre si los servidores públicos responsables lo hicieron bien. A mí modo de ver ya justificaron absolutamente todo. No es lo mismo decir que una carretera costó el doble que decir que esa carretera requirió un carril más, puentes o taludes adicionales.

P. El caso OHL le ha granjeado importantes críticas. ¿Se arrepiente de algo?

R. No hay ninguna crítica real ni justificada. Con nosotros no hay problemas: se dice que es empresa amiga mía, a la que se favorece… No hay nada. ¿Con qué elementos se dice que hay cochupo? Con mentiras y falsedades. Hay intereses: la empresa lastimó a unas gentes que tenían un convenio con el Estado de México y OHL fue factor para que se lo quitaran. Y, luego, esas personas tenían una concesión de un tren que se lo quitamos aquí, en la Secretaría, y eso provocó que se irritaran. No conozco acusación de nadie más.

P. ¿Está decepcionado por no haber sido incluido en la lista plurinominal de su partido, el PRI, al Congreso?

R. No. Mi máxima ilusión es poder avanzar en este proyecto de infraestructura y telecomunicaciones. Nunca hubo el más mínimo motivo para que a mí se me mencionara como un prospecto. Que haya estado mi nombre en el aire parte de un intento de influir en un desprestigio: primero era que estaba buscando mi inmunidad y, luego, que me bajaron. Es totalmente falso.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ignacio Fariza
Es redactor de la sección de Economía de EL PAÍS. Ha trabajado en las delegaciones del diario en Bruselas y Ciudad de México. Estudió Económicas y Periodismo en la Universidad Carlos III, y el Máster de Periodismo de EL PAÍS y la Universidad Autónoma de Madrid.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_