Un juez lleva a juicio oral a Cristina Kirchner por encubrimiento en la causa Amia
La expresidenta está acusada de proteger a cinco iraníes acusados del atentado terrorista de 1994 contra la mutual judía
Cristina Fernández de Kirchner irá a juicio oral por presunto encubrimiento agravado, obstrucción a la justicia y abuso de autoridad. El juez Claudio Bonadio quiere que la expresidenta de Argentina explique ante un jurado si tramó un “plan criminal” para dar impunidad a los sospechosos del atentado contra la mutual judía Amia, que en 1994 causó 85 muertos. Kirchner enfrenta un pedido de prisión preventiva por este caso, pero no fue a la cárcel por tener fueros parlamentarios. Estará, sin embargo, sentada en el banquillo: ella misma pidió que el caso llegue a juicio oral “para que se sepa públicamente que esta causa es un claro ejemplo de persecución política”, según dijo a EL PAÍS un integrante de la defensa de la exmandataria.
La causa contra Kirchner es una derivación de una denuncia del exfiscal Alberto Nisman, presentada cuatro días antes de aparecer muerto en su apartamento de Buenos Aires de un disparo en la sien. Nisman había acusado a la entonces presidenta, a su canciller, Héctor Timerman, y a otros altos funcionarios de "dotar de impunidad" a cinco iraníes sospechosos de ser los autores intelectuales del atentado a la Amia, el peor de la historia de Argentina, a cambio de beneficios económicos bilaterales. El plan se plasmó a través de un memorando firmado entre Argentina e Irán y aprobado por el Congreso en el que Teherán se comprometía a tomar declaración a los acusados dentro de su territorio. El memorando se presentó en aquel momento como la única posibilidad de avanzar en la investigación por el ataque terrorista, paralizada por la negativa iraní a aportar el testimonio de sus ciudadanos acusados en Buenos Aires. Para el juez, en cambio, el acuerdo fue en realidad un intento por proteger a los iraníes a cambios de normalizar las relaciones diplomáticas, en momentos en que Argentina sufría el escarnio del aislamiento internacional.
Kirchner dijo siempre que la investigación de Bonadio fue una persecución política orquestada desde el gobierno de Mauricio Macri. Y sostuvo que una decisión de Estado que pasó incluso por el Parlamento no puede ser judicializada. “Hay decisión de condenarla, pero ahora que el expediente se haga público se sabrá la verdad. Hoy está todo escrito, es oscuro, y la gente no tiene acceso a los detalles, pero un juicio oral permitirá que todo el mundo se entere de la verdad”, dijeron desde la defensa de Kirchner.
Para el juez, en cambio, la cosa está clara. Por eso decidió cerrar la instrucción y elevar la causa a juicio oral. Durante el gobierno de Kirchner se gestaron “negociaciones secretas y oficiales que mantuvieron funcionarios del Poder Ejecutivo Nacional, con representantes de la República Islámica de Irán que culminaron en la suscripción del Memorando de Entendimiento", escribió Bonadio en un fallo de 26 páginas. “Se procuraba así la normalización de las relaciones con Irán para favorecer a los acusados de nacionalidad iraní, en desmedro de la justicia, las víctimas y el castigo de los imputados", dijo el juez. El memorando, entonces, fue la “cristalización” de esta estrategia de ocultamiento de la verdad.
Este es el tercer juicio oral que enfrenta Cristina Kirchner. El primero es por la llamada causa “dólar futuro”, basada también en una decisión de su Gobierno, en este caso la venta de dólares a menor precio para evitar que la cotización suba más de la cuenta. El segundo es por una causa por presunta corrupción, en la que está procesado el empresario Lázaro Báez, beneficiario de millonarios contratos de obra pública durante el kirchnerismo. La causa Amia es, sin duda, la que presenta más claroscuros porque el memorando con Irán nunca entró en vigor por el rechazo que mereció en Teherán. Las alertas rojas de Interpol para detener a los sospechosos iraníes tampoco dejaron nunca de estar vigentes. El juicio comenzará, a más tardar, en el segundo semestre del año. Cristina Kirchner deberá participar al menos de la apertura, momento en que todos verán su foto sentada en el banquillo.
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