“No veo la necesidad de un Ejército europeo”
El político ultraconservador quiere mantener la cooperación con la OTAN y se muestra muy preocupado por las amenazas híbridas
Hace 23 años, Timo Soini (Rauma, 1962) fundó el partido ultraconservador y xenófobo Verdaderos Finlandeses (VF) en el país nórdico. Autodenominado “moderado”, en 2017, cuando VF se partió en dos, Soini abandonó la dirección de la formación a la que consiguió encumbrar hasta convertirse en socios de Gobierno para formar un grupo algo menos extremista: Reforma Azul. El pasado jueves, Soini, ministro de Exteriores del Gobierno finlandés, explicó en Madrid la importancia de la Seguridad y la Defensa en la Unión Europea con el eterno telón de fondo de la potencial entrada del país nórdico en la OTAN.
“Es importante que las puertas [de la OTAN] continúen abiertas para nosotros”, insistió durante una entrevista posterior a la conferencia con este diario. Finlandia y Suecia son los únicos países de la región del Báltico que no forman parte de la Alianza Atlántica y Soini lo achaca a la misma razón: Rusia. “Los que apoyan la entrada en la OTAN lo hacen por miedo a Rusia; y los que no quieren entrar es porque creen que la relación con Rusia está bien como está”, dice.El tema omnipresente en los debates políticos de la región nórdica le produce una enorme carcajada que le sonroja hasta el extremo. Aunque el país, de poco más de cinco millones de habitantes, está fuera de la OTAN, invierte un impresionante 1,7% del PIB en Defensa, muy cerca del objetivo de la Alianza del 2% que solo cumplen EE UU, Grecia, Estonia y Reino Unido. Y es que la frontera que Finlandia comparte con Rusia tiene nada menos que 1.300 kilómetros. El enemigo está muy cerca.
El país, por un lado coquetea con la OTAN; pero por el otro, entra de lleno en la nueva política de Defensa Común de la UE (PESCO). “En Defensa comunitaria, Finlandia no será un outsider”, dijo en el Instituto de Cuestiones Internacionales y Política Exterior. Le basta con la cooperación entre los 27 Ejércitos y reconoce en este sentido que el Brexit deja “una gran pérdida” en la Seguridad común. “Reino Unido debería quedar lo más cerca posible” del bloque. El ministro —corpulento, simpático, con gafas y una marcada raya que le parte en dos la melena color ceniza— no apoyará el Ejército comunitario, uno de los grandes anhelos del presidente Jean-Claude Juncker. “No veo la necesidad de un Ejército europeo”, insistía Soini argumentando que con él se podría generar una duplicidad de competencias con la OTAN.
Rusia
“No le tenemos miedo [a Rusia]. Y ellos lo saben y lo respetan”, insistía en la misma línea que el presidente finlandés, el conservador Sauli Niinistö. Ni siquiera la nimia posibilidad de que el país pueda cambiar de rumbo tras los comicios de marzo le hace pestañear. “Es importante lo que pase en Rusia, pero no dictará nuestras políticas”. Lo único que inquieta al ministro es la guerra híbrida y las noticias falsas y pide que se pongan más esfuerzos en combatirlas.
Soini reconoce también que cuando hay momentos de desconfianza con Rusia se pone fin “a la finlandesa”. Es decir, de frente. En 2015, con la llegada masiva de refugiados a la UE, Finlandia y Noruega detectaron un gran flujo de migrantes que entraron por el Ártico. Helsinki señala ahora a Moscú de haber controlado el flujo, aunque Soini no se atreve a confirmar que fuera intencionadamente. La situación se calmó “con mucho diálogo y negociaciones”, dice sin desvelar el contenido.
Al mismo tiempo, Finlandia no tiene complejos a la hora de criticar la “indefendible” anexión de Crimea por parte de Rusia. O apoyar sin tapujos las sanciones económicas de la UE a Moscú.
-Rusia respondió vetando la entrada de productos europeos. ¿No ha dañado esto a la economía finlandesa?
-“Por supuesto, es el precio a pagar”.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.