El Gobierno tunecino acusa a la oposición de respaldar acciones violentas
Ya son más de 600 las personas detenidas durante las pasadas tres noches de disturbios en el país
La temperatura política en Túnez se halla a punto de ebullición, después de la tercera noche consecutiva de agitación en varias ciudades del país a causa del malestar generado por la política de austeridad recogida en la Ley de Presupuestos de 2018. Mientras la cifra de personas arrestadas durante los altercados supera las 600, el primer ministro, Yusuf Chahed, ha acusado directamente a “redes mafiosas” y al principal partido de la oposición, el izquierdista Frente Popular, de estar detrás de las acciones violentas.
“Estos individuos no son más que oportunistas, que aprovechan las protestas sociales legítimas para servir los intereses de redes de corrupción contra las que luchamos desde hace años”, espetó Chahed en una visita a la localidad de El Battan, cerca de Tebourba, uno de los epicentros de las protestas, y donde falleció la única víctima mortal de la crisis, presuntamente atropellada por las fuerzas de seguridad. “Seamos claros, esta gente que utiliza a los jóvenes para destruir y robar quiere sembrar el desorden con la esperanza de liberar a los suyos que hemos arrestado”, añadió en referencia a un presunto chantaje por parte de una decena de capos del contrabando detenidos en otoño.
Si bien la campaña Fesh nastanneu? (“¿A qué esperamos?”, en árabe dialectal tunecino), la plataforma que convocó a las movilizaciones, ha organizado manifestaciones pacíficas durante el día, incluida la capital, pero por la noche se han producido acciones violentas como ataques a comisarías de Policía o asaltos a comercios. Por esta razón, el Gobierno ha desplegado el Ejército en algunas de las provincias más problemáticas. Los representantes de Fesh nastanneu? se han desvinculado de estos actos, calificados por el Gobierno de “vandalismo”, y denuncian que el Ejecutivo los utiliza para criminalizar su causa.
El Frente Popular (FP), el principal partido de la oposición, no se ha librado de la ira de Chahed, que señaló específicamente a sus dirigentes cuando culpó también de la situación a “la irresponsabilidad de ciertos políticos”. “Este partido votó a favor de la subida del IVA, y después lo encontramos protestando en la calle. Esto no es responsable”, remachó.
La respuesta del líder del FP, Hamma Hamami, que cuenta con 15 diputados en la Asamblea de Representantes, se convirtió en una diatriba vitriólica. “¿Quién da lecciones al Frente Popular? ¿Aquellos que utilizaron el ácido para quemar a la gente? ¿Aquellos que mataron a Nagdh? ¿Aquellos que atacaron [el sindicato de] la UGTT en 2012?”, bramó en una rueda de prensa haciendo referencia a varios actos violentos atribuidos a simpatizantes del partido islamista Ennahda, que forma parte de la “gran coalición” que dirige el Ejecutivo.
Posteriormente, ha lanzado sus puyas al otro partido en el Gobierno, a Nidá Tunis, al que pertenece el propio Chahed: “¿De quién debemos recibir lecciones, de los que arreglan sus problemas internos a bastonazos en Hamamet [donde se celebró un caótico congreso del partido]? ¿De Yusuf Chahed, que habla de las redes de contrabando y corrupción? ¿Pero quién le ha puesto en el poder a él?”. La tensión sube en Túnez y podría desbordarse el próximo domingo, séptimo aniversario de la Revolución.
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