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Noche en blanco en busca de una coalición de Gobierno en Alemania

Conservadores, Verdes y Liberales pelean por superar sus abultadas diferencias para forjar un Gabinete Jamaica ante el temor de nuevas elecciones

Ana Carbajosa
Merkel abandona este viernes de madrugada las negociaciones.
Merkel abandona este viernes de madrugada las negociaciones.STEFANIE LOOS (EFE)

Noches en blanco negociando contrarreloj, desacuerdos a primera vista insalvables y probablemente también algo de teatralidad. Las conversaciones de los partidos alemanes llamados a formar una coalición de Gobierno están resultando todo lo complicadas que se preveían, sin que sea posible de momento atisbar un final feliz. Hasta 15 horas ha durado el maratón negociador la noche del jueves al viernes para tratar de poner en pie un acuerdo de mínimos que garantice que el bloque conservador de Angela Merkel (CDU/CSU), Liberales y Verdes serán capaces en las próximas semanas de forjar la inédita y conocida como coalición Jamaica.

El plazo que se habían fijado expiró el jueves por la noche y hoy se han vuelto a reunir en una prórroga que se prolongará hasta el domingo. “Este fin de semana tiene que haber un resultado”, consideró Volker Kauder, jefe del grupo parlamentario de la CDU de Merkel. Si no lo hay, Alemania podría verse abocada a celebrar nuevas elecciones.

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La inmigración, el clima, la financiación del Este de Alemania y Europa siguen siendo los grandes focos de la discordia, mientras el resto de Europa espera el alumbramiento de un Gobierno crucial para el futuro de la Unión. Merkel reconoció “diferencias profundas” entre las partes, pero también estimó que vale la pena “pasar a la segunda ronda” que, de alcanzarse en las próximas horas, podría durar todavía varias semanas.

Los llamados a entenderse según dicta la aritmética electoral que resultó de las elecciones generales de septiembre, son tres partidos ideológicamente distantes y en algunos puntos hasta contrapuestos. Es un matrimonio de conveniencia, sin el menor indicio de amor e incluso en ocasiones ni siquiera de aprecio, pero los partidos son conscientes de que sin la coalición que ahora negocian, la primera economía de Europa se verá abocada a una indeseable fase de inestabilidad política. La falta de alternativas mejores es de momento, el único pegamento que cimenta al trío matrimonial.

Saben que sin Jamaica -en alusión a los colores de los partidos y de la bandera de la isla caribeña-, Merkel se verá abocada a gobernar en minoría o si no, el presidente alemán deberá convoca nuevas elecciones, algo que supondría una rareza impropia de estas latitudes. Los principales partidos presienten además que la extrema derecha (Afd), que desprecia unos partidos tradicionales que no habrían sido capaces de ponerse de acuerdo, sería la gran beneficiada en una nueva convocatoria electoral. La falta de alternativas ha contribuido a que los partidos se esfuercen por limar sus diferencias y por buscar el acercamiento robándole incluso horas al sueño.

Camisas limpias

A las cuatro y media de la mañana del viernes hacían las primeras declaraciones los políticos negociadores que fueron saliendo de la ya famosa sede de la sociedad parlamentaria de Berlín. Los grandes ventanales de este edificio próximo al Bundestag se han convertido en un escaparate desde del que los periodistas toman el pulso a las negociaciones. “Las posiciones se han endurecido”, explicaba a la prensa este viernes el vicepresidente de los liberales, Wolfgang Kubicki, quien detalló también que debido a la prolongación de las negociaciones ya no le quedaban camisas limpias en Berlín. Desde Kiel, su esposa, una abogada, le contestó que se buscara la vida él solo.

Los 52 negociadores se fueron a sus casas a ducharse y a las once de la mañana del viernes arrancó la nueva sesión, -la final de póker, según ha sido bautizada por la prensa alemana- que se espera resulte en un texto de consenso, que según los borradores que se han ido filtrando consta de unas 60 páginas y todavía está repleto de corchetes, que señalan los puntos de desencuentro. Uno de los principales atañe a la reunificación familiar de los refugiados. La CSU, el ala bávara del bloque conservador de Merkel representa la corriente más restrictiva en políticas de inmigración y quieren reducir a su mínima expresión la llegada de familiares de personas que han recibido asilo, mientras que Los Verdes se niegan a que se prolongue la actual moratoria impuesta a la reunificación familiar.

El desencuentro gira en torno a las personas con protección subsidiaria, es decir con un estatuto con algo menos de garantías que el asilo y una figura a la que las autoridades han recurrido en los últimos meses. Que los familiares de esas personas puedan o no venir a Alemania es una de las claves del debate. “Se trata de unos cientos de miles de personas”, estimó Horst Seehofer, el debilitado líder de la CSU.

La llegada de más de un millón de refugiados a Alemania en los últimos dos años y el ascenso de la extrema derecha xenófoba ha sembrado el nerviosismo entre los partidos y en especial entre los conservadores de Baviera que podrían perder su mayoría absoluta regional el año próximo debido al empuje de Afd. El bloque conservador acude además a las negociaciones con un pacto interno previo, según el cual no se permitiría la entrada de más de 200.000 refugiados al año.

Poner fecha al fin del carbón en Alemania o a los coches diésel o la supresión de un impuesto destinado a apoyar al Este de Alemania son otros de los asuntos que merodean la mesa de negociación, según van dando cuenta detallada a la prensa los políticos implicados en innumerables comparecencias.

Los políticos son conscientes, además, de que el tiempo apremia. Europa espera un Gobierno en Berlín como agua de mayo para que por fin arranquen las anunciadísimas y profundas reformas de la Zona Euro que Francia y Alemania dicen estar dispuestas a acometer. Fronteras para dentro, la impaciencia comienza también a hacer mella. El viernes, un sondeo de la cadena de televisión ZDF indicaba que hasta un 68% de los alemanes sería favorable a convocar nuevas elecciones si fallan las actuales negociaciones, mientras que apenas un 50% de los preguntados apoya la llamada coalición Jamaica, siete puntos menos que en anteriores encuestas.

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Sobre la firma

Ana Carbajosa
Periodista especializada en información internacional, fue corresponsal en Berlín, Jerusalén y Bruselas. Es autora de varios libros, el último sobre el Reino Unido post Brexit, ‘Una isla a la deriva’ (2023). Ahora dirige la sección de desarrollo de EL PAÍS, Planeta Futuro.

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