La derrota en Baja Sajonia complica a Merkel las negociaciones para formar Gobierno
Merkel pierde unas elecciones regionales clave a dos días del arranque de las negociaciones para formar una coalición en Berlín
El partido de la canciller, Angela Merkel, ha sufrido una derrota en las elecciones del Estado de Baja Sajonia, en la primera cita con las urnas después de las espinosas generales alemanas de hace tres semanas. El batacazo electoral en norte del país se perfila clave para medir la correlación de fuerzas de los partidos en un momento decisivo: el miércoles arrancan las complejas negociaciones que deben alumbrar un Gobierno de coalición en la primera economía europea. Merkel, fragilizada por esta nueva derrota, tiene ante sí la complicada misión de poner en pie una coalición de tres partidos con intereses antagónicos.
La socialdemocracia de Martin Schulz (SPD) habría frenado su caída libre y triunfado en Baja Sajonia logrando un 37,7% de los votos, según las proyecciones que publica la televisión pública ARD. En segunda posición, los conservadores de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Merkel habría obtenido un 33,7% de los votos lo que representaría su peor resultado desde 1959. Los Verdes, con un 8,8% quedarían en tercera posición. Die Linke, La Izquierda no alcanzaría en 5% necesario para estar en el Parlamento regional.
Alternativa para Alemania (Afd), la ultraderecha que en las generales se convirtió en la tercera fuerza más votada en Alemania, entraría en el Parlamento regional, al superar con un 6% de los votos el mínimo exigido. Con Baja Sajonia, la derecha ultranacionalista estaría ya presente en 14 de las 16 Cámaras regionales, según las proyecciones. A diferencia del Este de Alemania, donde Afd arrasa, Baja Sajonia no es un territorio fértil para la ultraderecha por su buena situación económica, como reconocen fuentes del partido; pero también por las luchas internas y los escándalos que asedian al partido al norte de Alemania.
Con cerca de ocho millones habitantes, Baja Sajonia es la patria de Volkswagen y un Land relativamente rico, con una agricultura muy industrializada. El voto conservador clásico, la CDU, se concentra en el mundo rural y la socialdemocracia es sin embargo más urbana. Los dos grandes partidos alemanes, la CDU y el SPD llegaron muy igualados a unas elecciones regionales en las que la educación, la seguridad y los refugiados han vuelto a ser los grandes temas de debate.
En Hanover, los dos grandes partidos han gobernado de forma intermitente durante décadas. Hasta ahora, gobernaba el SPD junto con Los Verdes, pero la huida de una diputada ecologista a las filas conservadoras en agosto acabó con la frágil mayoría de Gobierno y ha obligado a un adelanto electoral. A finales de verano, la CDU le sacaba a la socialdemocracia una ventaja de 12 puntos porcentuales. La remontada socialdemócrata de las últimas semanas ha sido espectacular.
El pasado septiembre Merkel logró un cuarto mandato para gobernar Alemania, con un resultado muy superior al de la segunda fuerza más votada, el SPD, pero obligada a encontrar socio de Gobierno para alcanzar la mayoría. El partido de la canciller sufrió además una sangría de votos, que emigraron en buena parte –hasta un millón- a la extrema derecha.
Se habló entonces de las dificultades que tendría una canciller debilitada para formar un Gobierno de coalición, que según la aritmética y descartada la gran coalición debe contar con tres partidos. Una alianza con conservadores, liberales y verdes se perfila a estas alturas como la única opción matemáticamente viable. Pero las incompatibilidades entre los partidos son enormes y el desplome de los apoyos de la canciller encargada de liderar las conversaciones de coalición complica aún más la situación. En este contexto, la derrota en Baja Sajonia alimenta las tesis más sombrías que vaticinan una legislatura inestable en Alemania.
De puertas para adentro, la derrota en Hannover, corre el riesgo de alentar las voces críticas del partido de Merkel, que discrepan con el viraje al centro de la CDU que la canciller ha impuesto en los últimos 12 años. El politólogo Gero Neugebauer, cree sin embargo que “no hay una intención real de debilitar a Merkel en su partido, porque de momento no hay un candidato con posibilidades reales de reemplazarla”.
Cuatro derrotas
Los resultados son por el contrario excelentes noticias para una socialdemocracia en horas muy bajas. El SPD asestó este domingo su primera victoria en lo que va de año, en el que ha cosechado tres derrotas regionales consecutivas como preludio del gran batacazo en las generales, cuando se hundió hasta alcanzar su mínimo histórico. Su candidato, Martin Schulz, que a principios de año despertó un entusiasmo desbordado, resultó tener menos tirón del que incluso sus rivales imaginaban.
Baja Sajonia podría haber sido su tumba política, según analizaba la prensa alemana. La victoria en Hanover, aunque por la mínima, demostraría que puede haber vida para el proyecto Schulz más allá del cataclismo de las generales. Gran parte de la victoria es achacable sin embargo a Stephan Weil, actual jefe de Gobierno regional y cabeza de cartel del SPD en estas elecciones. Weil es según las encuestas un candidato infinitamente más popular que su rival, Bernd Althusmann de la CDU. “Ha sido un éxito brillante”, ha dicho el domingo Weil poco después de las seis de la tarde, tras conocerse los primeros resultados.
Preocupación por la educación
A pesar de que las elecciones de Baja Sajonia se hayan convertido en un asunto crucial en el ámbito nacional, el tema estrella de campaña ha sido netamente local. La educación ha sido la mayor preocupación electoral, según reflejaron las intervenciones de los políticos y las encuestas. La competencia en materia de educación recae precisamente sobre los Länder.
En Baja Sajonia, como en otros Estados federados el debate es intenso acerca de si los alumnos deben o no repetir curso, si los niños con discapacidad deben aprender en escuelas especiales o junto al resto de alumnos o cómo deben ser las notas en los primeros años de escolarización. Ampliar o no la cobertura del transporte escolar gratuito en el segundo Estado más extenso de Alemania ha sido otro de los ejes del debate político.
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