Rusia extenderá a los medios la legislación sobre “agentes extranjeros”
La medida llega después de que RT haya tenido que registrarse como agente del Kremlin en EE UU
Los medios de comunicación internacionales que trabajan en territorio de Rusia podrán ser declarados “agentes extranjeros” y sometidos a una regulación especial por el Ministerio de Justicia, a tenor de unas apresuradas enmiendas de ley que la Duma Estatal (cámara baja del Parlamento) planea aprobar el miércoles 15 de noviembre.
Respaldadas por Rusia Unida (el partido gubernamental mayoritario en la Duma) y los demás grupos parlamentarios, las enmiendas introducen un nuevo concepto en la legislación nacional,—a saber medios de comunicación que actúan como “agentes extranjeros”— y son presentadas como una “respuesta especular” al tratamiento recibido por el canal de televisión estatal ruso RT en Estados Unidos. Allí, RT América, que se financia del presupuesto estatal, ha tenido que registrarse como agente extranjero de acuerdo con la legislación norteamericana.
En la forma en que fueron difundidas el martes, las enmiendas, preparadas por un grupo de trabajo especial formado el viernes pasado, no hacen referencia explícita a medios de comunicación de EE UU, sino a entidades registradas en el extranjero en general “con independencia de su forma de organización jurídica”, en el caso de que reciban “dinero” o dispongan de “propiedades” de órganos estatales, organizaciones extranjeras o internacionales, ciudadanos extranjeros, personas sin ciudadanía o apoderados y entidades jurídicas rusas que, a su vez, reciben dinero y propiedades de origen extranjero. De entrada, pues, los medios estatales y privados son equiparados entre sí a la hora de definir qué entiende Rusia por “agente extranjero” en el terreno de los medios de información.
La enmienda legal no especifica la lengua o lenguas de trabajo de los medios susceptibles de ser incluidos en una lista, que previsiblemente será gestionada por el Ministerio de Justicia, que gestiona también la lista de organizaciones no gubernamentales de carácter “político” calificadas de “agentes extranjeros” a tenor de una enmienda de ley de 2012. Estas ONG, un total de 88 en la actualidad, son sometidas a controles especiales, financieros y administrativos, más severos de lo habitual. Se desconoce si los medios de comunicación considerados agentes extranjeros se sumarán a la lista de ONG o si formarán una lista aparte. “Si un medio extranjero se incluye en una lista de agentes extranjeros, tendrá que rellenar declaraciones financieras y también, es muy probable que tenga que etiquetar su contenido en una forma aproximadamente semejante a lo que sucede en EE UU”, dijo el vicejefe de la Duma, Piotr Tolstói al canal de televisión Rossiya 24. Si un medio no cumple estos requisitos del Ministerio de Justicia, se le aplicarán sanciones, afirmó el político, según el cual el carácter de las sanciones será decidido por el Ejecutivo.
“Los medios de comunicación y periodistas independientes se enfrentan a persecución en Rusia casi diariamente y muchos destacados periodistas fueron obligados a abandonar la profesión. Las nuevas iniciativas llevarán la presión sobre los medios a un nivel completamente nuevo”, manifestó Denís Krivosheev, vicedirector de Amnistía Internacional para Europa y Asia Central.
En 2014, Rusia aprobó una ley que prohíbe a los inversores extranjeros poseer más del 20% de las acciones de medios de comunicación rusos. Esta enmienda dejó fuera del mercado a algunos importantes inversores internacionales, pero no afectaba a las actividades de servicios informativos que operan también en lengua rusa, como BBC, Deutsche Welle o Radio Free Europe-Radio Liberty.
Debido a la experiencia histórica y a la terminología utilizada en la represión estalinista, la expresión “agente extranjero” se identifica en Rusia con el espionaje y puede predisponer negativamente a los interlocutores rusos con relación a una persona o entidad identificados de tal manera.
Con el fin de acelerar la aprobación de las enmiendas, estas han sido incorporadas a un proyecto de ley sobre otro tema distinto (el bloqueo de páginas web declaradas “indeseables”) que ya había sido aprobado en primera lectura. Para el miércoles, la Duma planea la segunda y definitiva lectura de ese proyecto de ley (con las enmiendas “parásitas” asociadas), que después pasará al Consejo de la Federación (cámara alta del parlamento) y a la firma del presidente Vladímir Putin.
Andréi Klímov, vicepresidente del comité de internacional del consejo de la Federación, manifestó el martes en una rueda de prensa que estas enmiendas de ley son un paso aislado de carácter especular con EE UU para dos paquetes de legislación posteriores, destinados a “defender la soberanía del Estado” y “evitar la injerencia en los asuntos internos de Rusia”. Klímov anunció un informe anual sobre este tema y también la creación de un “libro negro” que fijará casos de injerencias de un Estado en asuntos de otros y hará una lista de los que provocaron la “adopción de sanciones antirrusas sobre la base de informaciones falsas”.
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